Dicen que la vida es dura, que es un valle de lágrimas, y que lo normal es sufrir. Pero en este artículo quiero explicaros cómo la Vida sólo pretende que integremos experiencias, que desde la perspectiva del Ego nos negamos a tener. Por eso, necesitamos repetir una y otra vez el mismo programa, la misma lección, hasta que la vivencia se hace tan densa que no la podemos eludir.
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Capricornio, regente de la casa X, es el signo cuya energía nos habla de la jerarquía, de la ley y el orden y de la autoridad, la esencia del patriarcado. Cabría pensar que, a ojos de un observador, Lilith relacionada con este signo, pasaría bastante desapercibida, ya que es un ámbito externo, relacionado con la profesión, y nos resulta muy normal ver a personas obsesionadas o que dedican toda su energía a su trabajo. Pero Capricornio también nos habla del Ego, y no olvidemos que Lilith juró venganza contra la identificación del hombre con este aspecto de la personalidad.
Así, desde una perspectiva tridimensional, desde un punto de vista plano de la vida, desde el patriarcado y su excesiva identificación con la mente concreta, Lilith en la casa X o en Capricornio, o asociada a Saturno, provoca una gran ambición, perfeccionismo, productividad, exceso de responsabilidad en el trabajo, y en la vida en general, un deseo de controlar y de forzar el orden, deseo de reconocimiento, pero también una dificultad para satisfacer esa ambición y para recibir ese reconocimiento, y una falta de compromiso en lo emocional. Para profundizar más en esto, recomiendo el excelente libro de Jesús Gabriel Gutiérrez, “Lilith, el enfado interior”. |
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