En éste vídeo comparto información sobre la dinámica de los momentos de cambio, y cómo polarizamos entre depresión y rabia antes del bajón energético precio al cambio. Para más información, te dejo el siguiente artículo: http://www.vivirdesdeelser.com/blog-info/tocando-fondo-y-creando-una-nueva-linea-temporal
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A muchos nos cuesta expresar nuestra autoritaria, bien porque somos muy introvertidos y receptivos, o porque estamos condicionados culturalmente a reprimirla por educación. En especial para la mujer, dictar una orden, imponerse, está muy alejado de nuestra zona de confort. Pero no ejercer tu autoridad puede conllevar a que otros lo hagan sobre ti, y tarde o temprano necesitas poner límites. Cómo asumir la propia autoridad de manera sana para ser asertivo es lo que desarrollaré a continuación Lilith, luna negra, es una figura astrológica y mitológica poco comprendida desde el sistema de valores del patriarcado. Desde la inconsciencia, Lilith da miedo, es oscura y tenebrosa, y amenaza con inundarnos de terror y catástrofes. Pero esto sólo es así cuando no comprendemos la energía y el poder femenino de la mujer primigenia. Una fuerza que tiene por misión desenmascarar el Ego.
Cuenta la leyenda que Lilith fue la primera mujer de Adán, hasta que éste se hartó de que ella tuviera sus propias opiniones y deseos. Así que Adán pidió a Dios que la sustituyera. El Todo Poderoso entonces desmaterializó a Lilith y creó a Eva. Lilith, desde el plano astral, juró librar su particular batalla contra el Ego de los hombres. Para el patriarcado, Lilith es oscura, misteriosa y malvada, porque provoca que los hombres pierdan el control de sus instintos e impulsos. Una interpretación curiosa, y por supuesto muy machista, como era de esperar considerando cómo se ha tratado a las mujeres y lo femenino en los últimos 5 mil y pico años. No es que el hombre pierda el control, sino que es una mujer invisible, muy astuta y malvada la que provoca a los hombres. Ya sé que el título es un poco extraño, pero en esencia es la mejor manera de definir aquella parte nuestra que no queremos reconocer porque nos avergüenza, nos duele o incluso nos da rabia admitir. Estoy hablando de la sombra…, es más…, me refiero al lado más oscuro de nuestra sombra, la que está simbolizada por Plutón y sus apegos.
Me fascina Plutón. Seguramente tenga que ver algo mi ascendente en Escorpio (signo regido por este planeta). No es casualidad que he acuñado un vocablo en su honor, a saber, “emplutonado”: Dícese de aquel estado como autista, psíquico, introspectivo, cuasi catatónico, que sobreviene como resultado de una profunda introspección o de una inmersión en el estudio de cualquier cosa. Una inmersión que te arrastra, y en cierta manera, te enajena de todo lo demás. Eso es Plutón, bueno, sólo una parte. Veo a Trump asumiendo la presidencia de E.E.U.U., bailando con su mujer, Melania, sin ninguna química, sin ninguna conexión entre ellos, y no puedo más que sentirme como un pequeño roedor observando a un dinosaurio -feliz él en su ignorancia y como máximo depredador-, mientras soy consciente de un enorme meteorito que está a punto de impactar la Tierra y cambiar radicalmente el estado de las cosas.
Tradicionalmente a Capricornio se le asocia con la cabra que sube la montaña y no para hasta lograr la cima. Es la constancia y la perseverancia, es la capacidad para fijar un objetivo y tener la paciencia y la determinación de ir a por ello, cueste lo que cueste. Pero la Energía de Capricornio es mucho más que eso. Nos habla del Techo del Ego, dónde y de qué manera ponemos el poder fuera merced a la culpa, y qué hemos de hacer para dar un salto de consciencia.
Descubres que te sientes insatisfecha en tu vida, que te falta algo. Empiezas a hacer tu trabajo de desarrollo personal, a conectar contigo. Cambias algunos hábitos y te marcas toda una serie de buenos propósitos. Y entonces, ¡zaca!, algo pasa que ye hace sentir que has vuelto a dónde habías empezado, que todo tu esfuerzo hasta ese momento no ha valido la pena, que sentirte más satisfecho o mejor no es más que una quimera…. ¿Qué ha pasado?
Emociones que surgen de la nada, síntomas y dolores físicos que aparecen y desaparecen sin mucho sentido, emociones que brotan en oleadas, o resfriados que vienen y van… En las últimas semanas estos procesos están muy activos, pero no se trata del síndrome postvacacional, no es culpa de la vuelta a la rutina o porque no nos hayamos cuidado lo suficiente… Estamos limpiando memorias celulares de miles de programas que nos condicionan, muy antiguos, que ya solo entorpecen nuestra evolución. ¡Ha llegado la hora de soltar!
¿Qué son las memorias celulares? Cuando uno empieza a realizar su trabajo de desarrollo personal, lo primero que hace es indagar en el pasado para poder reconocer sus patrones condicionados. Tomar consciencia de estos es lo que nos permite librarnos de su influencia, cuando comprendemos que ya no tienen por qué determinar nuestra vida. Que si mamá no me amó lo suficiente, que si papá no estuvo presente…. Estas interpretaciones nos llevan a sentir carencias, que a su vez instintivamente nos sentimos impulsado a suplir, deseando precisamente aquello que creemos nos faltó. Cáncer es el cuarto signo del zodíaco y simboliza tradicionalmente al clan, a la madre, la familia, la historia…, es todo lo que nos ata al pasado. También nos habla de nuestro mundo emocional, que inevitablemente va unido a esos primeros años de nuestra vida. Pero Cáncer también es el horno en el que se cocina nuestro Ego, que ha de madurar para servirnos como instrumento que nos permite dar lo mejor de nosotros al resto del mundo.
Cáncer es la forma estable en la que algo nuevo se puede desarrollar. Es la clara del huevo que nutre y protege al incipiente polluelo mientras evoluciona necesariamente confinado dentro de la barrera protectora que es la cáscara (Capricornio). Pero al igual que llega un momento en nuestra evolución en el que hemos de liberarnos de los límites de nuestro pequeño mundo para seguir creciendo, así la futura ave precisa deshacerse de esa frágil cárcel que ya no sostiene su crecimiento. Para nosotros, esa barrera es el Techo del Ego, simbolizado astrológicamente por Capricornio…. Pero bien, de la energía de este fascinante signo ya hablaré dentro de seis meses, en diciembre, cuando nos toque experimentarla… Entre medias, repasaré los cinco signos que nos plantean las diferentes pruebas de maduración de nuestro Ego. Últimamente se habla mucho de la presencia y lo importante de estar en el “aquí y ahora”. Pero por mucho que lo intentamos, parece más difícil de lo que parece. A menudo, el intento de estar presente y no poder conseguirlo puede conllevar mucha frustración. ¡Y es que precisamente por el hecho de “intentarlo” no lo podemos lograr! La presencia no es algo que se pueda forzar.
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