Escorpio es un signo enigmático y una energía poco comprendida, incluso para muchos astrólogos. Se asocia con sexo, herencias y control, y con los instintos más bajos. Es oscuro y destructivo, dicen, es también el mago o el chamán, y en el mejor de los casos, transformador. Pero Escorpio es mucho más que eso, es absoluta apertura, entrega e intercambio, y nos enseña a ir más allá del Ego para descubrir nuestros superpoderes y la magia de la Vida.
Yo tengo a Escorpio en el Ascendente y a Plutón en Virgo en conjunción a Urano un grado antes de la cúspide de la 11, en aspecto con Júpiter, Saturno, Quirón, Mercurio, la Luna, y la conjunción Lilith Marte que tengo en Acuario, en la cúspide de la 4. Así que lo que os voy a contar está basado en mi viaje en la integración de esta energía.
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Lilith en la XI (o en Acuario), Sé tu propio Sol y atraerás otros Soles para crear un Mundo mejor4/8/2018 El 6 de agosto, 2018, ingresa Lilith otra vez en Acuario, donde estará unos 8 meses, y esta vez lo hace en el contexto del final de la serie de eclipses en el eje Leo-Acuario. La pregunta neta que nos lanza tanta energía sutil en el signo del aguador es, “¿estás siendo tú mismo?” La Era de Acuario y el despertar de consciencia de la Humanidad se despliega ante nosotros, y Lilith en casa XI, en Acuario o en aspecto con Urano nos mostrará el camino.
Sagitario es un signo dual, al igual que Géminis, su opuesto, y Lilith cuando entra bajo la influencia del centauro, nos pone en contacto con la luz y la sombra, y el conflicto entre ambas. Este eje nos habla de la mente concreta, que separa del cuerpo por miedo a que los instintos se apoderen de la conducta de uno, y la mente superior, que busca ir más allá y conectar con la Verdad Universal. Éste es el viaje de las personas con Lilith en casa IX, Sagitario o en aspecto con Júpiter.
Capricornio, regente de la casa X, es el signo cuya energía nos habla de la jerarquía, de la ley y el orden y de la autoridad, la esencia del patriarcado. Cabría pensar que, a ojos de un observador, Lilith relacionada con este signo, pasaría bastante desapercibida, ya que es un ámbito externo, relacionado con la profesión, y nos resulta muy normal ver a personas obsesionadas o que dedican toda su energía a su trabajo. Pero Capricornio también nos habla del Ego, y no olvidemos que Lilith juró venganza contra la identificación del hombre con este aspecto de la personalidad.
Así, desde una perspectiva tridimensional, desde un punto de vista plano de la vida, desde el patriarcado y su excesiva identificación con la mente concreta, Lilith en la casa X o en Capricornio, o asociada a Saturno, provoca una gran ambición, perfeccionismo, productividad, exceso de responsabilidad en el trabajo, y en la vida en general, un deseo de controlar y de forzar el orden, deseo de reconocimiento, pero también una dificultad para satisfacer esa ambición y para recibir ese reconocimiento, y una falta de compromiso en lo emocional. Para profundizar más en esto, recomiendo el excelente libro de Jesús Gabriel Gutiérrez, “Lilith, el enfado interior”. Lilith fue la mujer primigenia de Adán, y según la leyenda, exigió a éste ser tratada con igualdad. Pero Adán se negó y pidió a Dios una mujer más servil, siendo por ello creada Eva desde su cositlla. Lilith fue entonces desmaterializada, lo cual le enfadó bastante, y provocó que ella entonces jurase lucha eterna en contra del Ego de los hombres. Así, es fácil de imaginar que el propósito del alma de aquellas personas con Lilith en la casa VII (y Lilith en Libra o en aspecto con Marte), la casa del encuentro con el otro (pareja, socios, enemigos), es conseguir relacionarse desde el Ser y no desde roles fijos, rígidos, no de vínculos cuyo único propósito es darle al Ego lo que desea, a saber, que le cuiden, que le sacien sus necesidades, que le atiendan… Cómo os podéis imaginar, esto es un caldo de cultivo para todo tipo de desavenencias en las relaciones. Y es que Lilith, cuyo único deseo es encarnar en cada uno de nosotros para que seamos más auténticos y vivamos desde el Ser, nunca tolerará una relación normal, tradicional y al uso… Muy a pesar del nativo que, en la mayoría de los casos, ha crecido en un ambiente en el que los padres negaron entre ellos sus verdaderos sentimientos, por uno y otro motivo. Lilith es una incomprendida, incluso para la mayoría de astrólogos. Se la asocia con lo oscuro, con los impulsos e instintos más bajos, con el sexo y la depravación, con los vampiros, incluso con la muerte de niños. Pero esta visión corresponde a una comprensión muy parcial de una energía que desde el patriarcado no se entiende de ninguna manera. Lilith no es oscura y tenebrosa, sino que nos impulsa y nos obliga a seguir evolucionando para conectar con lo más puro y auténtico de nosotros, a la vez que purgamos todas las identificaciones egoicas que nos lo impiden.
Lilith en la VIII nos habla de la lucha y el amor por el poder, que no son más que máscaras para esconder una gran vulnerabilidad. Estos nativos han de aprender a no tomarse de manera personal la intensidad de lo que sienten, sino comprender que están percibiendo las memorias celulares más terribles y tabú de la Humanidad. Su labor pasa por viajar o bucear con su mente a los lugares más recónditos para traer la información que pueda liberar a los demás de sus memorias.
La astrología del Ser es una herramienta de autoconocimiento y conocimiento general que abre la mente a percibir la vida más allá de las tres dimensiones; a ver la realidad desde lo más esencial, las energías, y comprender que no hay error en la experiencia, sino sólo resistencia a ver la realidad en su forma más esencial y pura.
Cuando el alma planifica la encarnación, se llena de buenos propósitos, pero se olvida que la experiencia dual implica aprender a adquirir aquello que en realidad te pertenece. La experiencia es resistencia, ya que esta fricción es la que hace posible vivir las lecciones de la Vida. Vivir en este plano necesariamente conlleva frustraciones. Reconocer quién eres, desarrollar tu identidad, disminuirá la cantidad de destino que sufres, pero no eliminará la experiencia. En realidad, se puede decir que, a mayor consciencia, menos polarizada la experiencia. No es fácil tener a Lilith en casa IV, ya que exige no tomarse personal el mundo de lo emocional. Este bebé nace en una familia en la que hay una gran represión de las emociones, porque en el linaje ancestral ha habido trauma, dolor, secretos inconfesables o incluso personas con ciertos poderes psíquicos que han sido ocultados. En definitiva, es un hogar con una carga emocional muy fuerte, pero con un acuerdo tácito de no abrir esa Caja de Pandora. Pero Lilith en la IV ofrece el regalo de aprender a saltar sobre el oleaje emocional, de mostrar al niño interior juguetón, y de abrir y conectar a los demás desde la pureza.
Si hay algo que resume los últimos 5 mil años de patriarcado, es una dinámica traumática por la cual, en la pugna por el poder, los inocentes son oprimidos y maltratados. Es la lucha entre el que tiene el poder establecido y el que cree que tiene la razón al proponer los cambios. Esta pugna la podemos aplicar a todas las épocas, ya sea en el medievo o en la actualidad, y en todos los ámbitos, tanto empresarial, social, político, como en el hogar. No importa la dimensión, el color ni los protagonistas, en todos los casos, el sacrificado fue el mismo: el inocente. Dentro de cada uno de nosotros, se ha librado esta misma batalla, y el precio que hemos pagado es la negación de nuestro niño interior, el cierre de nuestro corazón.
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