Este 2020 que termina ha sido un año fascinante. Un año en que una buena parte de la Humanidad ha dado un importante salto de consciencia, gracias precisamente al confinamiento y las pérdidas vividas. Un año para reconocer nuestra singularidad, quiénes somos, qué queremos. Un año para aprender a respetarnos y a cubrir nuestras propias necesidades básicas (si quieres saber más de esto, te recomiendo mi libro ‘Vuelve a ti’), para así poder salir al mundo y relacionarnos desde un lugar mucho más alineado con nuestro corazón y, por tanto, con nuestro propósito. Ahora en el 2021 habremos de completar nuestro proceso de madurez, de soberanía sobre nosotros mismos, nuestras emociones y nuestra psique, como seres autónomos autosostenidos, para desde allí empezar a crear nuevos vínculos, nuevas maneras de relacionarnos con los demás, a todos los niveles. Vamos a crear redes comerciales nuevas, locales, de cercanía, más sostenibles. Vamos a organizarnos socialmente, respetando nuestras diferencias, aprendiendo a convivir de manera más armoniosa, porque cuando yo acepto quién soy yo, puedo aceptar quién eres tú sin intentar cambiarte y sin sentirme amenazado. Este acto de conectar con alguien que representa una polaridad propia, automáticamente nos ayudará a purgar karma, a liberar Memorias Celulares, a deshacernos de nuestros miedos internos. La conexión de los opuestos nos libera. Vamos a comprender que familia no es únicamente el núcleo directo de padres, hijos y abuelos, sino también las familias extendidas, con exes y nuevas relaciones, con amigos y miembros de la comunidad. Vamos a aprender que nuestros hijos no sólo son nuestros maestros, sino que vamos a dejar de proyectar sobre ellos esas partes que no sabemos ver de nosotros, permitiéndoles ser mucho más de lo que nos muestran. Vamos a comprender que lo que anula la singularidad, tanto de uno como de los que nos rodean, es precisamente esas proyecciones que hacemos sobre otros para fijarlos en roles que cumplen nuestras expectativas. Y a cambio, vamos a poder sostenernos frente a otros, sin demandas ni expectativas, permitiéndoles ser, sentir, actuar todo lo que son, aunque nos resulte ajeno. Y claro, ese mismo regalo te lo das a ti. Nos vamos a permitir ser todo lo que somos, en todas las facetas diversas y variadas. Algo que no hace mucho habría supuesto acabar en un manicomio o repudiado de la sociedad. Vamos a aprender a encarnar al 100% diferentes estados emocionales, actitudes o personajes, y algunos hasta al mismo tiempo. Pero sin identificarnos o quedarnos fijados en ninguno. Sentir al máximo para experimentar, pero no creer que uno es eso que siente es lo que quiere la Vida y tu consciencia para aprender y evolucionar. Y desde esa libertad de poder encarnar un estado plenamente, sin juicios ni identificaciones, sin cristalizaciones, nos vamos a poder abrir desde el corazón abierto a vincularnos con otro de una manera que antes jamás podíamos haber imaginado. De esta manera, las energías de ambos se mezclan en el encuentro, informando y enriqueciendo a cada uno, en una transformación constante, tremendamente creativa y enriquecedora, pero que antes éramos incapaces de sostener por miedo a quedar sólo o morir. ¿Eres o perteneces? Bienvenido 2021 y el despertar de la Era de Acuario <3 Si quieres saber más, te invito a ver las dos charlas que di sobre el 2021, con MasQi y CEAH Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoach
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