En la novena y última entrega de la serie que he hecho sobre el Sistema Nervioso y el Ego, te cuento la función de la respuesta de la Relajación, pero para hacerlo, te explico lo que es la activación del S.N., y así puedes comprender por qué la Relajación sólo es el proceso de recuperación, y no un objetivo espiritual.
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En la octava entrega de la serie que estoy haciendo sobre el Sistema Nervioso y el Ego abordo la respuesta de la Socialización, que es el Yin de la Respuesta de Juego (Yang).
Estas dos respuestas van muy de la mano, y lo normal es oscilar entre la receptividad de corazón y de ideas de la Socialización y la acción del Juego, de manera suave y dinámica. Esto es posible con el Nervio Vago frontal activado que es el que regula nuestro sistema nervioso, y por tanto, no hay estos picos de energía que nos llevan a extremos de demasiada activación o agotamiento, típicos del Nervio Vago dorsal y los estados de incoherencia. En la séptima entrega de la serie que estoy haciendo sobre el Sistema Nervioso y el Ego os hablo sobre esta respuesta que es la primera de las coherentes, es decir, desde el Ser. El Juego moviliza mucha energía, como en la Lucha, pero desde la alegría y la curiosidad, y con el deseo de crear, en lugar de desde el miedo.
Y a diferencia de la Huida, el objetivo no es la búsqueda hedonista del placer, sino la satisfacción de crear y cocrear algo con los demás para el bien común, activando los talentos propios. En la sexta entrega de la serie que estoy haciendo sobre el Sistema Nervioso y el Ego os hablo sobre esta respuesta a menudo mal vista, y sin embargo, tan cerca de los estados coherentes.
El estado de lucha está muy cerca de estar en coherencia, de la respuesta del juego (Nervio Vago frontal), pero en la medida en la que atacamos a lo que deseamos, no estamos alienados. La motivación debajo de la lucha es el miedo a la destrucción, a la pérdida o a la separación. Cuando estamos en la respuesta de huida, al igual que en procrastinación, no toleramos la frustración. A diferencia de éste, en la huida sí accionamos, porque es un estado del Sistema Simpático, aunque la motivación es la huida del malestar, del dolor, del vacío... evidenciando que en este caso, como en todos los estados del Nervio Vago Dorsal, no hubo la contención, atención, afecto, constancia y seguridad que el bebé necesitó para tener un Sistema Nervioso regulado
En la cuarta entrega de esta serie de posts sobre el Sistema Nervioso y su relación con el Ego te traigo la tercera reacción: el pollo sin cabeza. El nombre no es muy científico, pero la idea es adaptar el conocimiento científico sobre el Sistema Nervioso y la fisiología a nuestras circunstancias cotidianas. Porque sólo así dejaremos de macharnos y comprenderemos que alinearnos con nuestra Misión de Vida es cuestión de ir más lento, se más amable con nosotros mismos, y enfocarnos en ir en la dirección de lo que queremos.
¿Por qué tu cabecita da tantas vueltas? ¿Por qué pierdes el tiempo en tonterías y te cuesta hacer lo que realmente quieres? ¿Por qué te enganchas a las redes sociales, a pesar de que te hacen sentir más ansiosa? ¿Por qué no llegas a final de mes y nunca llega el momento de cumplir tus sueños...?
En esta ocasión hablo de la inmovilización, que es el estado más disociado y más bajo de energía. En este estado nos sentimos en el abandono y, si se cronifica, caer en la depresión, o padecer todo tipo de problemas de salud, en especial digestivos, así como fibromialgia, autoinmunes, fatiga crónica... Este estado es una respuesta al trauma.
Quiero hablarte del sistema nervioso y cómo afecta lo que sentimos, pensamos y hacemos. Si entiendes tu biología, es mucho más fácil bajar conceptos abstractos como Ego, presencia, Ser e incluso procrastinar.
Cuando barajamos conceptos mentales y entendemos la espiritualidad como una menta a conseguir, estás en modo pollo sin cabeza, y por tanto, desde el Ego. Desde este estado tenemos el sistema nervioso disregulado y no puede estar presente porque no hay coherencia entre lo que piensas, sientes y haces. |
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