La astrología es una herramienta de autoconocimiento increíble, aunque quizá para muchos resulte tan compleja que no se atrevan siquiera a acercarse a ella. Pero el lenguaje simbólico, arquetípico de los signos esconde una sencillez que se hace más obvia al abordarlos desde la cualidad energética de cada uno. Comprender las energías básicas y su expresión a través de los signos del zodíaco permite hacer accesible la astrología a cualquier persona. Luego cada uno puede investigar y hacerlo todo lo complejo que quiera, al intentar adaptarlas a expresiones concretas en la materia. Cada mes ofrezco un taller sobre la Energía de los Signos en el Centro de Terapias Mezquida (Jávea, Alicante), relativo al signo que inicia en ese momento. Se trata de unos encuentros interactivos, en los que, con una buena dosis de humor y un poco de teatro, nos adentramos en la vivencia de la energía de cada signo. Acabo de empezar un segundo ciclo con Aries, y durante este año me he propuesto escribir un artículo sobre la energía de cada signo, como resumen de cada encuentro. Este trabajo está basado en los libros de "Las Lunas, el refugio de la memoria" y "Los ascendentes en astrología", de Eugenio Carutti (Casa XI, Argentina), "Saturno" de Liz Green (Reino Unido) y "Astrología de la luna nueva" de Jan Spiller.
Aries, impulso y dirección Aries es el primer signo del zodíaco y simboliza los inicios. Es impulso y dirección, como la energía del Big Bang. Es un signo de fuego, regido por Marte, el dios de la guerra y la acción. Una persona con sol en Aries es directa, honesta, algo brusca, con gran dosis de coraje y le caracteriza la acción. Es un líder natural. La carta astral está compuesta por muchos elementos, pero los principales, los ligados con la personalidad, son el Sol, la Luna, el Ascendente y Saturno. Si Aries o Marte están involucrados con estos en tu carta natal, la energía ariana te afecta. Pero no necesitas saber de astrología para saber si la energía de Aries tiene que ver contigo o no. Siéntela. ¿Cómo entra y se despliega la energía de Aries en tu vida? ¿Le das buen cauce o está bloqueada? A continuación te daré algunas claves de esta energía que, si sabemos ponerla en movimiento, nos ayuda a iniciar nuevos ciclos, nuevos niveles de experiencia. Cuando un Aries entra en tu vida, prepárate que inicias un nuevo ciclo. Puede que simplemente te toque de compañero o un nuevo amigo, o que sea tu pareja o un hijo. De alguna manera su presencia te afectará. Puede que te fascine su arrojo y coraje, entonces irás absorbiendo esas cualidades que necesitas para iniciar una nueva etapa. O puede que rechaces su empuje, y entonces vivas el conflicto y la oposición de esa energía para comienzos que quiere entrar en tu vida, pero tú aún te aferras a lo viejo. Cuando esto suceda, expresa tu intención al Universo de abrirte al cambio, y de paso, pide que sea lo más fácil y suave posible. Otra forma que la energía ariana tiene de irrumpir en tu vida es a través de accidentes o cosas que se rompen. Aunque las energías primero entran directamente a nivel de consciencia, no solemos percatarnos del mensaje, y lo normal es que ésta se vaya densificando en su expresión. De esta manera, empezamos a tener problemas psicológicos, luego de relaciones, y finalmente físicos. Así pues, un accidente, un golpe o una rotura nos invitan a hacernos conscientes de que algo nuevo se inicia. Recibiendo la energía de Aries Un ascendente Aries es un iniciador de caminos, que sin embargo tiene como memoria el mundo de ensoñación de Piscis. La acción no le vendrá natural, sino que poco a poco deberá ir interiorizándola a través de las personas arianas o autoritarias, o de los sucesos violentos o de acción que le rodea, y que a lo largo de su vida irá atrayendo. La energía de Aries tiene muchos niveles de expresión, al igual que las demás, pero es imprescindible primero interiorizarla y contactar con ella a través del cuerpo. Aries pide ser fisicalizada antes de poder usarse en el plano de las ideas. No comprender esto puede llevar, literalmente, a muchos dolores de cabeza. Así que si tienes mucha energía ariana que pide circular a través de ti, menos pensar y más acción. Es más, no sólo es Aries el iniciador de la acción, sino que lo que sucede después no es de su competencia, ya se encargarán los demás de pulir y encauzar eso que inició. De hecho, Aries tiene licencia para cometer errores y equivocarse. ¡Es su obligación! Ya sé que si tienes mucho Capricornio o Virgo en tu carta esto te puede resultar "chocante", y tu fuerte superyó o la figura de autoridad que proyectes sobre el mundo te servirán para escudarte de tu obligación para la acción, pero te invito a probar tirarte a la piscina de cabeza a ver qué pasa. Y tranquilo, que Piscis (en casa XII) ya se habrá encargado de echarle agua. Al ascendente en Aries le beneficia tener una buena base emocional (Cáncer en casa IV) para ayudarle a lanzarse al mundo y a la acción, aunque ha de estar atento a no refugiarse en lo conocido. Y deberá trascender la inercia de desear intercambiar su energía con los demás (Escorpio en casa VIII). Esta vez toca hacer las cosas solo y disponer toda tu energía para tus fines. Hasta cierto punto, esto mismo se puede aplicar a la casa cuya cúspide esté en Aries. Ésta es la que marca el ámbito en el que inicias nuevos ciclos. Aunque habrás de vencer la tendencia a sólo soñar con un cambio o a ni siquiera hacer nada. Esa casa requiere acción, y si no te comprometes, ¡la vida te hará llegar la energía ariana desde fuera, de una forma u otra, para espabilarte! Después del impulso ariano, viene el equilibrio libriano. El signo opuesto, Libra, nos recuerda que no estamos solos en el mundo, y que cualquier irrupción ha de luego ser equilibrada e igualada con los demás. Aunque no por mucho tiempo. La vida evoluciona en pulsos, hacia fuera y hacia adentro, como el latido del corazón. Los pulsos se definen en los movimientos contrarios que los contrastan, y la expansión o contracción relativa marcan el límite de cada ciclo. Y son estos bordes los que definen, a su vez, el límite de nuestra experiencia en cada ciclo. Así pues, Aries se encontrará con la resistencia que le limita inevitablemente. Es el límite de ese ciclo o nivel. Si Sol en Aries se expresa con la energía ariana, y el ascendente ha de encontrársela para darse cuenta que es él quien la manifiesta realmente, la Luna en Aries no la puede evitar, porque desde la inconsciencia, resulta que en el fondo le da seguridad. Podemos decir que un Sol en Aries tiene un accidente, reconoce que fue el culpable y aprende a poner límites así. La Luna en Aries se vuelve a chocar porque no entiende otra manera de conducir; ésta es la que le da seguridad. Mientras que el Ascendente en Aries va en el asiento de atrás cuando es otro quien conduce el coche y se choca (la experiencia de esta energía le llega necesariamente a través de otros y de situaciones)...; pero resulta que le pasa lo mismo una y otra vez, con lo cual al final empieza a entender que el accidente tiene que ver con él. Amor de Aries La madre de Luna en Aries es una amazona deseante, que impone su voluntad. ¡No hay quien le lleve la contraria! El niño ariano lunar se cría en un ambiente rodeado de acción, violencia o personajes de fuerte característica ariana, como policías, militares, deportistas, empresarios pontentes... Como si fuera lo normal, desde bien pequeño se expondrá a peleas, manifestaciones de violencia verbal o física, accidentes, golpes, choques. Su defensa será estar alerta, una rápida respuesta, la hiperactividad y atacar antes de que le ataquen. Se creerá independiente y valorará en extremo su libertad y el desapego, pero no será consciente de que toda su acción es una reacción, y por tanto, depende en extremos de la contraposición del otro. ¡Es un dependiente disfrazado de independiente! Será muy bueno para iniciar cosas, pero su esfuerzo es de breve consistencia, ya que pronto se sentirá atrapado y querrá salir corriendo otra vez. Su brusquedad le resulta tan natural, que nunca entenderá cuando otros le piden rectificar, le señalan los fallos o quieran ponerle límites. De hecho, va tan rápido que difícil será para él parar ir mirarse dentro. Para esta lunita el amor va ligado a la acción. Entre bocado y bocado de comida pillado al vuelo, te dirá que te desea con un empujón, y rápidamente saldrá corriendo hacia un nuevo compromiso recién sacado de la manga, y de corta duración. Y cuando quiera quedar contigo, lo dejará al azar, bajo el pretexto de ser libre y el desapego extremo, aunque en el fondo teme ser atrapado e invadido, ya sea por una alarma en la agenda del móvil o por la cárcel de un compromiso más serio. Y paradójicamente, este miedo es a la vez su refugio, por lo que siempre atraerá a personas que le quieran atrapar e imponerse a ella, para de esta manera "perversa" poder sentir que su mamá sigue allí con ella. Esta lunita también puede ir por la vida en modo paz y amor, como intento de rechazar a su madre, mostrando su lado más sensible y adaptable, con una gran capacidad para darle al otro lo que necesita y de reaccionar antes los requerimientos de los demás. Pero esta suavidad es sólo el ojo de un huracán que podemos contemplar al ampliar la vista, manifestándose en un radio de varios kilómetros a la redonda, alrededor de esta lunita que tendrá el botiquín lleno de parches para tapar todas esas heridas. Armada hasta los dientes, cuanto más te ame, más te atacará o entrará en modo hiperactivo. No tiene sentido ofenderse de esta lunita si te das cuenta de que en el fondo eres tú quien la ha convocado en tu vida. Y es que esta ella lleva mucha energía ariana de inicios. Así que mejor te examinas e intentas ver cuál es el nuevo propósito de tu alma, y de qué manera puedes empezar a enfocarte en él. Y mientras tanto, a la lunita en Aries, mejor si la aceptas tal cual es, con sus salidas, sus contrariedades y ataques, y aprendes tú a poner los límites que necesitas, y así de paso le ayudarás a encontrar los suyos. Y si verdaderamente quieres desarmarla, dile -desde el corazón, que su detector de mentiras no te dejará pasar ni una-, "haz lo que quieras, te voy a querer igual". Y así, con estas palabras, de manera mágica, ella podrá empezar a explorar otras partes de su carta, de su personalidad, más allá de la Luna, que le permitan poco a poco ir integrando su personalidad. Resistiendo a Aries Saturno limita, resiste, bloquea, y sirve el propósito de concretizar en la materia, en el mundo físico, cualquier energía que toca. Tradicionalmente considerado un maléfico, en realidad es el portador de grandes regalos que podemos llegar a manifestar de manera consciente. Saturno te hará sufrir, pero sólo para que puedas aprender y luego dar los frutos de ese aprendizaje al mundo. Se trata de un trabajo que llevas varias vidas intentado resolver a través de la experimentación. Combinado con la energía de Aries lo que está en juego es la identidad. ¿Quién soy? ¿Cómo me muestro al mundo? Nuestra ansia de pertenencia nos lleva a "traicionar" nuestra esencia, nuestro verdadero Ser, y crecemos con una sensación de inadecuación que, en este caso, nos lleva a creer que en realidad somos la máscara que mostramos ante la sociedad. ¡Qué buenos actores podemos llegar a ser! No se trata de fingir o pretender, sino de una falta de consciencia de la propia identidad que te lleva a dar la imagen que crees que los demás quieren ver. Pero esto producirá siempre una insatisfacción, impulsada por el vacío entre tu expresión externa y todas aquellas partes de ti que quedan al margen de la integración. Al final, el aislamiento saturnino lleva hacia una mirada interior a través de la cual algún día podrás empezar a quitarte una máscara tras otra de lo que se supone has de ser, para terminar desnuda, sin armas, sin acción, sin hechos, sensible, abierta y vulnerable, delante de todo el mundo. Y entonces serás tú. No hay mucho más en esta energía tan básica y tan sencilla que es la de Aries. Es simple y pura acción. Pero es la contradicción entre el propósito de nuestra alma y el miedo al cambio lo que lleva a la energía de Aries a fisicalizarse en extremo. A veces hasta el punto de llevar a guerras y a actos de violencia extrema. Pero, habría que preguntarse si realmente estas manifestaciones de Aries son tan terribles, o si quizá sean peores nuestros miedos, que nos nublan la vista y nos impiden ver el camino de lo nuevo que se tiende ante nosotros. Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico
2 Comentarios
Sofia
2/10/2016 04:50:38
Excelente, gracias
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Sofia Barrero
2/10/2016 04:51:27
Excelente Guiomar, gracias.
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