Desde el desarrollo de la física cuántica y la teoría de cuerdas, cada vez la ciencia y la espiritualidad se acercan más. La conciencia crea la realidad para experimentarla. Nuestros pensamientos proyectan lo que vivimos con el único fin de comprender a través de lo que sentimos. En libros como “El Secreto” o documentales como What the bleep? (traducido como “¿Y tú qué sabes? Dentro de la madriguera”) se insiste en la posibilidad de crear nuestra realidad, o mejor dicho, en el hecho de que la estamos creando, pero desde la inconsciencia. La película “Matrix”, con Keanu Reeeves nos invita a despertar y desconectarnos de la matriz de ilusión que nos mantiene en la inopia. Y ahora el libro "Un Curso de Milagros" (UCDM) nos abre a desprendernos de los deseos e ilusiones del Ego para conectarnos con nuestra esencia. En realidad todos nos están hablando de lo mismo, de la posibilidad de crear nuestra realidad, pero como Lewis Carrol intuyó en su libro de Alicia en el País de las Maravillas, el tránsito de la identificación con la forma que nos da seguridad -porque está lleno de cosas que se repiten- a caer dentro de la madriguera del conejo, donde el tiempo no existe, implica pasar por y aceptar el caos. En cierta manera es como cuando emigras a un país nuevo en donde no conoces ni el idioma, ni las costumbres, ni la forma de vestir, y que es sustancialmente diferente de tu lugar de origen.
Tenemos mucho miedo el caos, nos da pesadillas y creemos que en él está nuestra perdición. Pero si atravesamos esta percepción, descubrimos que no es más que un mar de múltiples posibilidades para crear y experimentar. En las siguientes líneas intentaré explicar de manera muy simple cómo funciona la mecánica cuántica, cómo creamos con nuestro pensamiento y cómo atravesar el espejo de doble cara caos/múltiples posibilidades para realmente crear nuestra realidad a voluntad. El observador es el que crea Más Plank creó la Teoría Cuántica a principios del siglo XX, casi medio siglo después de que Lewis Carroll escribiese Alicia en el País de las Maravillas, para explicar el comportamiento de luz procedente de un objeto caliente. Para resumir mucho y simplificar, en esencia los físicos se encontraron que los fotones no son ni ondas ni partículas, sino que pueden tener ambas funciones a la vez. ¿Y de qué dependía de que se manifestara de una u otra manera? Del observador. Antes de ser observado existe un estado, una especia de “sopa cuántica” de múltiples posibilidades. Cuando observamos, creamos la realidad como si estuviéramos materializando fotograma tras fotograma de la película de nuestra vida. Esto lo hacemos todos, y es más, lo hacemos conjuntamente, ya que nos une la consciencia colectiva. Así, por consenso y repetición, la mesa es sólida porque “creemos” que lo es. Y aunque suene extraño, si llegase un día en el que todos creyésemos que no lo es, dejaría de serlo…, así de sencillo. En otras palabras, la “realidad” que nos rodea no es real, sino una ilusión creada por lo que creemos. ¿Y cómo podemos cambiar esta percepción? Respuesta: desconectándonos de la Matrix. “Pero si los demás siguen conectados, yo no me puedo separar para ver que la mesa no es sólida”, pensaréis. Lograr esto es más complicado, pero percibir cambios en aspectos más sutiles de tu realidad sí es posible. Si cambia tu realidad emocional, cambia cómo percibes/creas tu mundo. Esto se explica muy bien en la película “¿Y tú qué sabes?”. Hoy por hoy no podemos directamente crear materia con nuestra intención, pero sí podemos generar múltiples posibilidades a partir de las relaciones que vivimos. Un ejemplo, decides encontrar un trabajo que te llene, que sea afín a tu vocación. Proyectas la intención, y te encuentras con una secuencia de hechos casuales, de encuentros con personas que te facilitan la obtención de tu proyección. Hoy por hoy materializamos a través de las relaciones. Desde el deseo creamos lo que no queremos Ahora, ya me veo alguno sentado en el sofá de su casa, concentrado en que le llegará un nuevo coche…, y no sucede nada. O en el mejor de los casos, le roban el viejo porque dejó las llaves puestas por despiste… Cuánta gente lee libros como El Secreto, se propone materializar lo que desean y ser felices, y de repente la vida les da una bofetada de “realidad”. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué esto funciona para unos y para otros no? Muy simple, nuestra mente –porque no sabemos utilizarla bien- solo la usamos para separarnos de nuestro cuerpo. Proyectamos desde allí, pero totalmente desconectados de nuestro cuerpo. Podemos crear con la intención, pero necesitamos sentirlo, experimentarlo en nuestro cuerpo para que no se quede en un mero estado de anhelo aquello que pretendemos lograr. Si deseas algo, es porque tu cuerpo siente que no lo tiene y tu mente simple interpreta que lo necesita para sobrevivir. Si estás en modo supervivencia, estás desconectado y –fisiológicamente- huyendo de lo que tenías enfrente. En este estado no puedes enfocar tu intención ya que tu atención está en todo menos “enfrente”. Un ejemplo, imagina que “deseas” un trabajo. Tu cuerpo “escucha” la palabra “deseo” y se pone en modo supervivencia = corre y busca seguridad. ¿Y dónde encuentras la seguridad? En tu cueva mental, es decir, dándole vueltas a las cosas a la cabeza. Así pues, “deseas” y lo único que creas es un montón de pensamientos dispersos: “necesito llegar a final de mes”, “no tengo para pagar la letra”, “y si no lo encuentro”, “cuando tenga dinero podré cambiar de sofá”,… Menos mal que estos pensamientos tienen poca fuerza para materializar porque son tan efímeros… Si no, imagina el caos que habría… Aunque tampoco es malo que se produzca el caos, porque así soltamos el control…. En definitiva, si deseas, no puedes crear lo que quieres. ¡Toma ya! “¿Entonces, qué?” Pues lo primero es desapegarse del deseo. En otros posts he hablado del modo “dame” del Ego inmaduro. Con este Ego no podemos conectar con nuestro Ser, que es el requisito imprescindible para crear con el pensamiento lo que intencionamos. El modo “dame” es un programa de supervivencia, es la Matrix, y para crear nuestra realidad hemos de salir de él. Madurar nuestro Ego nos permitirá llegar al modo “doy”. Si deseo estoy reafirmando la separación de mi mente y mi cuerpo. Porque en definitiva, si deseo algo es para sentirme bien. Es para ¡SENTIR! Si deseo algo estoy admitiendo que mi mente está desconectada de lo que siento, de mi cuerpo. ¿Y qué los mantiene separados? El miedo. Miedo al caos, miedo a sentir cosas desagradables, miedo al daño, miedo a recuerdos oscuros,…. Miedo a nuestras células. Memorias celulares En nuestras células está la información que necesitamos para integrar quiénes somos, pero el Ego mientras va madurando necesita excluir la parte más fea de su realidad para no verse engullida por ella. Ahora, llega un momento en el que ésta ha de ser abordada, ya que en ella podemos descubrir nuestros mayores talentos, enterrados bajo una capa de emociones negativas. La vida nos brinda múltiples oportunidades para descubrir quiénes somos en profundidad y sacar lo mejor de nosotros a través de las experiencias que vivimos. Un inciso, aquí está una de las claves de todo. Estamos separados de nuestro cuerpo. La mente va que rula a cien por hora, pero todo lo que procesa no se experimenta en el cuerpo y no se lleva a la acción. La mente como mero contenedor no es nada. Si no experimentas las cosas, si no llevas a cabo los cambios que percibes, estos se esfuman y todo sigue igual. Volviendo a las memorias celulares, las emociones más oscuras las experiencias más terribles han dejado su huella en nuestro cuerpo a través de ellas. Estas experiencias piden ser liberadas a la luz de la conciencia para que podamos integrarlas. Necesitamos cerrar círculos, comprender historias que han pasado. A veces estas historias son tan remotas que pertenecen a tus abuelos o bisabuelos, o a otras vidas tuyas, y también se manifiestan en tu vida, pero con acontecimientos quizá menos amenazantes aunque extrañamente igual de intensos. Atravesando el espejo del caos ¿Cómo cerrar estos círculos? Mirándote en el espejo. Mirando al caos. Recuerda, toda la realidad que ves la estás creando tú, sólo que desde la inconsciencia del modo “dame”, tu realidad se te viene encima como una tarta de merengue en una broma de mal gusto. Todo lo que te pasa es un reflejo de tu interior. Aunque sea terrible. Todo lo que te hace o dice otro es un mensaje de ti para ti, aunque no quieras oírlo. Esto puede sonar un poco duro al principio. Pero te prometo que si tomas estas premisas muy en serio, si te haces 100% responsable de lo que te sucede, si no echas la culpa de nada afuera, y a cambio aprovechas cada situación para concerté mejor, empezarás a crear tu realidad desde la conciencia. ¿Qué no te gusta en el otro? Ese rasgo es algo tuyo. Examina de qué manera o cuándo tú eres así. Piensa en qué momentos eres o haces lo contrario y que otros quizá deberías comportarte más así. Reconoce en ti ese rasgo y todas sus manifestaciones, de una polaridad a otra. No te lo tomes como un castigo, porque detrás hay un tesoro. Todas estas manifestaciones son en realidad un gran talento que aún desconoces en ti, pero que te pertenece. Ahora, habrás de intentar definirlo. Un ejemplo, imagina que alguien autoritario te echa una bronca y te achantas. Examina en qué momentos eres tú el que manda, y cuándo obedeces sin más, sin cuestionarte nada. ¿Cuál es el talento que esto oculta?: ser tu propia autoridad con tu propio criterio. El mundo de múltiples posibilidades al otro lado del espejo Realizar este trabajo de introspección, una y otra vez, te hace enfrentarte a tus miedos y te ayuda a sostenerte en tu centro, sin dispersarte en mil pensamientos, echando la culpa fuera, en modo “dame” de supervivencia. Poco a poco te vas alineando con tu Ser, vas desapegándote de las necesidades del Ego inmaduro y del deseo, vas soltando las formas (físicas, sociales, mentales –creencias-), y así, en tu esencia, sin densidades que te lo impidan, un día atraviesas con tu mano el espejo del caso, luego con todo el cuerpo, y te encuentras en un mundo en donde todo es posible… ¡Bien venido al mundo de Alicia en el País de las Maravillas! Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga y astróloga
3 Comentarios
elisa
4/11/2015 14:34:02
DOY FE
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Jesús v
19/1/2020 18:36:29
Muy interesante, pero poco concreto. Ejemplo si tienes una deuda, sin casa, tu pareja te deja, un trabajo de poco sueldo etc, como puedes no desear? Es obvio que eso no se puede de forma concreta. O pon un ejemplo de forma concreta como abstraerte de una posible demanda por falta de pago, no tener un lugar estable donde.vivir etc. No desear? Platica la alternativa en concreto por favor.
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Guiomar
20/1/2020 15:53:46
Hola Jesús, lo que explico es que muchas veces nuestro deseo viene de una necesidad o carencia y por eso atraerá más necesidad y carencia. Antes de poder crear con la mente, con tu intención, la vida que quieres, has de ver tu sombra, tus proyecciones, y liberar tus Memorias Celulares. Tienes mucha info en mi web, en la sección de herramientas.
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