En la sexta entrega de la serie que estoy haciendo sobre el Sistema Nervioso y el Ego os hablo sobre esta respuesta a menudo mal vista, y sin embargo, tan cerca de los estados coherentes. El estado de lucha está muy cerca de estar en coherencia, de la respuesta del juego (Nervio Vago frontal), pero en la medida en la que atacamos a lo que deseamos, no estamos alienados. La motivación debajo de la lucha es el miedo a la destrucción, a la pérdida o a la separación. Un explorador y su equipo, Leónidas y sus 300 soldados que lucharon contra los turcos hasta la muerte, no le tenía miedo a ésta. La entrega y rendición a algo mayor que uno, la colaboración con otros y la creatividad son las claves, además del movimiento consciente, para entrar en coherencia. Cómo sé si estoy en este estado El verdadero estado de lucha está en coherencia y alineado con el Ser (lo veremos en el siguiente post), como cuando un explorador emprende una aventura con su equipo, o los soldados espartanos de Leónidas, que en 300 se enfrentaron a los turcos y a la muerte sin duda y sin miedo. Sin embargo, el estado de lucha que solemos habitar está impulsado por miedo y, especialmente, por el miedo a ser menos, a ser pisoteado, despreciado, abatido, por el miedo al fracaso... En otras palabras, por el Miedo al Descontrol, uno de los tres miedo del Ego. En la lucha así entendida, atacamos a quien nos queremos acercar para no sentir vulnerabilidad..., para protegernos. En el estado de lucha, jugamos el papel de perpetrador para no ser víctimas, y esto implica una conexión por atracción a la persona que atacamos: puede ser el jefe que en el fondo admiramos porque queremos ser como él, o nuestra pareja porque queremos que nos haga sentir seguros, a nuestros hijos para que nos hagan caso, o al vecino con el que deseamos una convivencia en paz... Desde esta perspectiva, hay mucha incoherencia en atacar a quien te quieres acercar para no sentir la vulnerabilidad y no ser tú la víctima. Por qué caíste en este estado Este estado es típico del Miedo al Descontrol. Este miedo aparece en familias donde hay mucha inseguridad, debido a un trauma físico real de los progenitores o adultos: un accidente de tráfico, un atraco, una pérdida importante, guerra..., que lleva a una búsqueda activa de seguridad, aunque nunca se termina de sacudir el trauma del cuerpo. Por ese motivo, la inseguridad interna se proyecta fuera, para luego atacar al sujeto de la proyección. En este tipo de hogares, los adultos son protectores y/o controladores, y "asumen el alma" de los niños o miembros débiles (no dejan sentir). Los hijos así criados no aprenden a tener sus propias experiencias en el cuerpo, creando codependencia y perpetuando el patrón de lucha. Una sociedad donde hasta tu vecino es un enemigo potencial En la sociedad actual, donde hay tanto trauma en las familias que no ha sido procesado (y que a su vez genera más trauma), en el que se pone tanto énfasis en la seguridad para que la población se sienta insegura, no confiamos ni en el vecino. Al mismo tiempo, nos desempoderamos creyendo que papá Estado o mamá Medios de comunicación nos vayan a salvar. Y es precisamente esta entrega de nuestro poder la que nos hace influenciable y vulnerable, además de muy alejados de nuestro Ser y del estado de coherencia. Y es que el Estado y los Medios nos provocan la misma inseguridad que mamá y papá. Síntomas del estado de lucha
Qué te hizo vulnerable a este estado
Características de este estado
Para salir de este estado
Un consejo importante En la lucha hay una activación simpática importante y una activación del cerebro instintivo. La proyección del miedo de este poder visceral es lo que te lleva a posicionarte en el perpetrador o caer a la procrastinación y el papel de víctima. Sin embargo, en la medida en la que aceptas, cultivas y trabajas con esta energía, dándole una expresión sana a través de la creatividad y la expresión de tu singularidad, te será más fácil acercarte a los estados coherentes del Sistema Nervioso (Nervio Vago frontal), y en especial, al juego: disfrutar, crear, jugar bailar con un niñ@. Esto es Vivir desde el Ser. Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoach
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