Dicen que tener mucho Ego es malo, pero creo que tener muy poco también lo es, porque terminan pisoteándote. Entonces, ¿qué pasa con el Ego? ¿Cuánto hay que tener, o nos tenemos que deshacer de él? ¿Pero qué es exactamente en Ego? Pues en realidad, no lo sé. Es un concepto, con lo cual, es una palabra que describe una serie de emociones o vivencias…., ¿pero cuáles?, no lo sé. Pero te cuento lo que me cuento, y a ver qué te parece y si te sirve. Desde el punto de vista de la astrología más moderna, el Ego es la Luna y el Sol el Ser. La Luna es nuestra personalidad emocional, es lo que nos liga al pasado, habla de lo que vivimos al nacer, de la madre, de la familia, de las ideas no cuestionadas, y por tanto, de todos aquellos aprendizajes inconscientes, condicionados, que resulta que ahora tenemos que ver y disolver para ser conscientes. En mi opinión, al Ego hay que desarrollarlo porque como representación de tu Luna que es, lo necesitas para luego dar al mundo lo mejor de ti y tus talentos. Al Ego no creo que haya que superarlo o descartarlo, sino madurarlo. El Ego no es malo por sí mismo. No. Pobrecito. Sólo quiere atención y un poco de cariño. Pide y pide, y de hecho, no sabe hacer más si no se le da el tiempo y el espacio necesarios para que pueda madurar. El Ego en sí no es malo, sino que hay Egos que han adquirido y asimilado más y mejor la experiencia, y otros menos.
La Luna rige a Cáncer, y para mí este signo es como un horno o una olla en la que el Ego ha de cocerse lentamente para madurar. De hecho, la casa cuya cúspide está en Cáncer nos revela en qué ámbito de la vida debemos madurar nuestro Ego. Nos da las pistas de cuáles son las vivencias, desde la simbiosis al rechazo racional, que debemos vivir cíclicamente para realmente aprender e integrar nuestro Ego. Y una vez bien cocidito, con mucho tiempo, dedicación y cariño, filtrando las experiencias del exterior para no abrumarte con toda la realidad de golpe, podremos estar lo suficiente tiernecitos y hechitos para salir al mundo y dar a los demás desde nuestro mecanismo lunar. Desde lo mejor de nosotros y para el bien común, que de eso se trata. Y si sales al mundo con un Ego aún crudito –vamos, que le falta algún hervor-, pues parará durito. Y como así no gusta tanto como cuando está tiernecito y vulnerable, pues algún palo se llevará para que se ablande…, y vuelta a la olla. O lo que es lo mismo, vuelta a nuestros mecanismos lunares, a nuestras conductas condicionadas y repetitivas, inconscientes e incontroladas. Luego de cocerse un poco más, quizá ya esté preparado para salir y dar al mundo. Así que ya sabes, no tires tu Ego a la basura. Empatiza con él, solo quiere un poco de atención. Y si aún no ha madurado lo suficiente, dale otro hervor con mucho amor. Guiomar Ramírez-Montesinos psicóloga y astróloga
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