​La Energía de Escorpio, del terror al amor

El octavo signo del zodíaco es quizá el menos comprendido de todos. Desde un nivel más superficial, se relaciona con el sexo, la muerte y el dinero compartido, pero Escorpio es mucho más que eso. Escorpio nos habla de la dinámica misma de la energía y de la información que ésta transporta. Es la de energía que nos ayuda a comprender a la energía, es Vida y es Amor.
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Es bien conocido ese principio de la física que dice que, “la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma”. La energía queda “atrapada en la forma”, pero tarde o temprano es liberada para dar lugar a otra manifestación física.

Cuando un animal muere, su cuerpo se descompone, y al hacerlo libera una energía que es aprovechada por las siguientes criaturas y seres vivientes de la cadena trófica. Cuando dos personas hacen el amor, pueden engendrar un hijo, una nueva forma creada por la energía movilizada y transferida por sus padres. Cuando el patriarca lega su herencia, ésta se divide entre sus hijos. Si estos invierten en bolsa, el dinero puede servir para financiar el desarrollo de empresas…

La energía atrapada en una forma, cuando se libera, puede crear otra forma

​Sol en Escorpio es intenso, pasional, profundo, emocional y tiene un ojo crítico analítico con interés por todo lo escondido y oculto. Puede pecar de ser demasiado crítico, manipulador e interesarle todo el tema de las drogas y el poder en todas sus formas. Se le relaciona con el sexo, las herencias, el dinero de otros, la psicología, y profesiones con lado oscuro u oscuras del todo, como política, prostitución, la mafia, periodismo, policía, petrolero, o incluso fontanero- por aquello de que por las tuberías circula desde el agua cristalina hasta las heces y nuestros desechos-.

El signo opuesto es Tauro, a quien no le gusta tanto compartir, sino que prefiere hacer las cosas por su cuenta. Así, Tauro pone a Escorpio en contacto con el deseo a través de su necesidad de acumulación. La polaridad Tauro-Escorpio nos revela cómo la experiencia consiste precisamente en crear e identificarse con una forma para luego soltarla y liberar la energía que en ella quedó atrapada. Una energía que, al sublimar la forma, retorna información integrada a la consciencia.

La mala fama o dificultad para comprender a este signo es debido a nuestro grado de conciencia actual, que se aferra a las formas y tanto le cuesta soltar aquello con lo que se había identificado. Pero precisamente éste es el valioso aporte de la Energía de Escorpio, comprender cómo las polaridades se integran para informar a la consciencia de la experiencia. Una vez que la forma es soltada y la polaridad integrada, entramos en Sagitario y en un nuevo nivel de conciencia ampliado que nos permite atravesar el Techo del Ego (Capricornio), es decir, cambiar el programa.

Escorpio, como explica el astrólogo argentino Eugenio Carutti, es el momento en el que, todo aquello que fue apartado para que el bebé pudiera desarrollarse sin peligro, ahora ha de ser reconocido, aceptado e integrado. El Ego que se cocina en el horno canceriano es como el bebé. Para madurar necesita mucha energía, es decir, ir transformándose a través de la experiencia, y al final, deberá salir al mundo, donde, una vez empoderado, deberá entregar sus talentos al servicio de los demás.
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Una persona que tiene mucha energía de Escorpio, viene a transformarse, quitarse capa tras capa, para ampliar su consciencia, y así ser elemento transformador para otros. Pero para lograr esto, es necesario soltar la identificación con la forma, el apego. El Ego (la Luna) inmaduro quiere aferrarse a lo conocido, a las mismas formas, que repite una y otra vez. Trascender este apego, soltar y ser realmente libre, es la labor que Escorpio planeta.

Una persona que tiene mucha energía de Escorpio, viene a transformarse, quitarse capa tras capa, para ampliar su consciencia, y así ser elemento transformador para otros.

​Nos aferramos o identificamos con nuestro nombre, el de nuestra familia, nuestro pueblo y nuestro país, al género y la forma de tener relaciones, al trabajo o profesión, a nuestras posesiones y hasta a nuestros hijos…  Escorpio nos dice que nuestra esencia no es nada de eso, que todo ello sólo sirve el propósito de tener experiencias, más extremas cuanto más nos aferramos a las cosas con las que nos identificamos. Sin embargo, si asumes Escorpio, puedes vivir o experimentar diferentes formas, y ser consciente de que no eres nada de eso.

Pero si no soltamos, Escorpio nos puede llegar a desgarrar, a través de experiencias muy extremas, del dolor, el sufrimiento y hasta la muerte. Cuando una persona tiene mucha energía de este signo, estará en contacto profundamente con la naturaleza del miedo que escindió la mente del cuerpo, y que está en la base de nuestra individuación y la creación de nuestro Ego. Su misión será profundizar y conocer los Miedos del Ego, para transformarlos en ella y transformar luego a los demás.

Este reto requiere un alma muy madura, ya que, si no, la consciencia demasiado identificada con la forma, sentirá terror y terminará intentando controlar y acumular. Pero la energía ha de fluir y no se puede pretender retenerla. Nuestro intento por evitar que las cosas sucedan, nuestra resistencia, es el motivo por el cual terminamos con enfermedades, accidentes, problemas de relaciones o psíquicos y emocionales… La energía estancada se densifica cada vez más y eso duele y da miedo.

Llevamos muchos milenios creando una identidad egoica y sufriendo traumas por esa conciencia de separación forjada por el miedo. A su vez, éste nos lleva a resistirnos, grabando las memorias celulares, generación tras generación. Es Escorpio la energía que explica este proceso y la que ayuda también a liberar esa información densificada y atascada. Es gracias a la indagación profunda en nuestras propias dinámicas y memorias que logramos liberar el dolor del pasado. Escorpio es un experto en dolor, traumas y enfermedades.

Escorpio es un experto en dolor, traumas y enfermedades

Luna en Escorpio, la entrega y la absorción como refugio
Esta Luna es la menos amable para un bebé que acaba de nacer, en cuanto que exige que el recién nacido se exponga de entrada precisamente a todo aquello que la sociedad considera tabú, demasiado duro o inaceptable, como la muerte, la guerra, el dolor, el sexo…. Mamá es una persona absorbente y cuyo campo áurico atraviesa al niño, que encuentra su único refugio replegándose a su interior. Esto a la larga le convertirá en un experto en crisis, algo muy útil para ayudar a personas que sufren, pero que sólo podrá ser realmente eficaz si abandona su propia adicción al sufrimiento y la absorción inconsciente de la energía de los demás.

Luna en Escorpio (y Plutón en aspecto con Luna, aunque un poco menos intenso) ayuda a los demás, pero lo hace porque la fusión con mamá le lleva a creer que está eternamente condenado a seguir los dictados y deseos del clan de que esté a su servicio. Pero, por otro lado, le da pánico quedarse enganchado en una rueda sin fin en la que cuando uno recibe, luego está obligado a dar. Eso le lleva a “dar lo que no se le pide, para así obtener lo que nunca se vio obligado a pedir”. Los acuerdos de esta Luna son tácitos, como los de la mafia, que siguen las mismas reglas. Traicionar el pacto con la “familia” se paga con la “muerte”. La identidad individual no es reconocida, sino sólo la entrega a mamá y al clan. Como es de imaginar, cuando hay mucho Escorpio en una carta, hay grandes y terribles historias que revelar en la familia.

Con tanta intensidad, esta Luna desarrolla el mecanismo de replegarse hacia adentro, hacia un espacio personal e inaccesible. Pero este movimiento le convierte en un agujero negro que absorbe a los demás. El agobio de este efecto provoca otro movimiento hacia afuera. No hay escapatoria. Luna en Escorpio se encuentra atrapada tanto dentro de sí misma, como cuando está con los demás, porque suya es una naturaleza deseante y absorbente. Cuando descubre esto, entonces es cuando puede empezar a expresarla como magnetismo, ya libre del condicionamiento inconsciente de su refugio.

Así como la madre es todo, y al igual que sucede con las otras Lunas de agua, el padre no tiene presencia, y en definitiva, no es capaz de ejercer la función de límite y separación de esa madre que todo lo que ocupa. Es por esto que aprender a poner límites es una de las maneras en las que esta Luna puede salir de su refugio y desarrollar otras partes de su carta. La otra manera de madurarla, es poniendo palabras a lo no dicho, algo casi tabú para una Luna en agua, pero necesario para disolver aquellos acuerdos tácitos y hacer consciente lo oculto.

Sobre todo, en caso de las niñas Luna en Escorpio (y en menor medida Plutón-Luna), mamá puede ser vivida como una araña, que teje su tela y la atrapó en la infancia. Un atrapamiento que terminó siendo “lo normal”, de tal manera que, de mayor, se convertirá en la mamá pelícano si la necesidad lo requiere: de tan generosa y entregada que es, puede metafóricamente hacer como esta ave que, cuando hay escasez de alimento, se picotea el pecho para que sus pequeños coman de su carne.
Tal es la intensidad de las vivencias de esta Luna, que puede suceder que, ante un deseo fusionante, la persona gatille sus mecanismos de individuación y salga pitando, repitiendo un círculo vicioso de intensidad-fuga. La paradoja es que se siente atraída precisamente por relaciones pasionales, en las que puede haber celos y broncas, y en las que uno absorbe al otro. Luna en Escorpio saldrá corriendo, sólo para volver a encontrar otra relación masoquista, o una en la que se pierda por completo en el otro. Y es que éste es el tipo de situaciones que en el fondo le da seguridad.

El sentido de todo esto es transformar todos los ámbitos protectores, cual capas de cebolla que se van pelando para llegar el núcleo del miedo, para ampliar la consciencia (Sagitario) y atravesar el Techo del Ego (Capricornio). Una vez logra ir más allá de los mecanismos en los que se refugia, esta Luna es capaz de sentirse cómoda donde otras no podrían ni soportar la dureza de la situación. Esto la convierte en una experta capaz de entregarse a las profundidades y misterios de la existencia. Es profundamente nutritiva y generosa, brindando afecto allí donde hay más sufrimiento. Dar a otros la oportunidad de enfrentarse con los mecanismos en los que se refugiaron para detener su crecimiento, acompañándolos es su transformación, es su gran talento.

Dar a otros la oportunidad de enfrentarse con los mecanismos en los que se refugiaron para detener su crecimiento, acompañándolos es su transformación, es su gran talento

Ascendente en Escorpio, abrirse a todo lo Humano
Quizá sea éste uno de los ascendentes más difíciles de integrar, en cuanto supone asimilar todo aquello que fue excluido para permitir el desarrollo del bebé. No será un camino fácil, sobre todo si uno se resiste, refugiándose en el armonioso y equilibrado Libra que le precede. El signo de la balanza es como una bucólica pradera en primavera, con vacas que pastan y mariposas que vuelan de flor en flor. Pero el oscuro Escorpio dice, “ya, pero no olvides que ese paisaje es posible gracias a que la vaca deposita sus excrementos, generando turba fértil gracias al material en descomposición y las bacterias y gusanos…” La Vida es todo eso, no sólo el paisaje bucólico.

Así, un niño con este ascendente no es raro que se sienta bien con el cuadro del Bosco (el arte libriano) del Jardín de las Delicias como cabecera de su cama. Un poco de Libra y un poco de Escorpio para ir entrando y saliendo en la profundidad de esta energía que tan bien conoce el dolor, el sufrimiento, la pasión, el desagarro emocional…

Un poco de Libra y un poco de Escorpio para ir entrando y saliendo en la profundidad de esta energía que tan bien conoce el dolor, el sufrimiento, la pasión, el desagarro emocional...

De pequeño se verá rodeado por personas enigmáticas, intensas, cargadas de dolor y sufrimiento, enfermas físicas o psíquicas, la muerte, el suicidio, o situaciones como guerras o golpes de Estado…; también aparecerán otros enigmáticos, magnéticos, pasionales, manipuladores, poderosos…, ya sea en la política, en las finanzas o intelectualmente… Todos ellos serán representantes de esa energía que el niño deberá ir a lo largo de su vida asumiendo como propia.

Es mi ascendente, y con 50 años sigo aprendiendo, o aprehendiendo, cada día algo más de lo que significa esta energía que te abre, capa tras capa, a todo lo que es Humano, bello o no, a la Historia de las emociones, a los más profundo de la psique, propia y colectiva. Cierto es que de niña fue difícil asumir tanta intensidad y el deseo de refugio era mayor que mi posibilidad de aceptarlo, pero ahora considero que es un regalo. Un regalo que requiere desarrollar una buena y profunda base psíquica y emocional para sostenerlo. Pero si lo logras, las dádivas bien merecen la pena.

El aprendizaje pasa por comprender que, desde Libra, me abro a los polos opuestos y me posiciono en un lado. Pero desde Escorpio, comprendo que ambos polos son una misma cosa y los integro (Sagitario). Yo soy eso que tanto temor me provoca cuando lo proyecto fuera. Escorpio es el poder personal. Una vez integrado, la cara de susto o desafiante, da lugar a la soltura de saberse canal de una energía transformadora…

Pero para eso, ascendente en Escorpio primero ha de transformarse a sí mismo. Y las claves están en la matriz: Libra en la XII le convierte en un excelente armonizador que ahora ha de enfrentarse al reto de unir lo difícilmente combinable, empezando con la imagen interiorizada de los padres, dos seres enfrentados con diferencias irreconciliables, que en realidad representan dos aspectos de la propia psique tan separados que sólo la tensión de la polaridad les unía. El trabajo de reconocerse simultáneamente en ambos es la clave para unir la escisión interna. 

ahora ha de enfrentarse al reto de unir lo difícilmente combinable, empezando con la imagen interiorizada de los padres, dos seres enfrentados con diferencias irreconciliables, que en realidad representan dos aspectos de la propia psique tan separados que sólo la tensión de la polaridad les unía

Con Géminis en la VIII, este ascendente ha de comprender cómo funciona la mente concreta y cómo la cuántica con el fin de que aquella no limite su percepción y sólo sirva el propósito de comunicar ideas, de hacer de puente, mientras se abre a que cualquier cosa es posible. Y Acuario en la casa IV, puede condenarle a vivir escindido de su mundo emocional, que a priori sería lo fácil, pero a la larga sólo precipitaría traumas, o puede ser un buen instrumento para separarse y tomar distancia, antes de volver a sumergirse en el dolor propio y ajeno. La capacidad para tomar una bocanada de aire en el medio de una tormenta en el océano.

Ascendente en Escorpio ha de comprender de manera dolorosamente íntima la naturaleza del apego, pero sin abstraerse de la vida. Caer en las trampas del deseo y del desgarro son vivencias inevitables para integrar esta energía, que una vez logrado, permite vivir intensamente y a la vez en plena libertad. No hay miedo a implicarse, a vivir lo que toque vivir, porque se comprende que es sólo una experiencia que enriquece quien tú realmente eres, “un ser espiritual viviendo una experiencia humana”. Cuando se ha integrado esta energía, se comprende que todo empieza y todo termina de manera cíclica, y que cuando algo llega a su fin, se suelta y uno se abre a la siguiente experiencia, con la alegría y la emoción de que, sea lo que sea lo que la vida traiga, seguro que será una maravillosa aventura.

Ascendente en Escorpio ha de comprender de manera dolorosamente íntima la naturaleza del apego, pero sin abstraerse de la vida

Escorpio no es muerte, es amor
Este signo en realidad es el de la más profunda manifestación del amor. Es el más generoso de todos, en tanto es capaz de entregarse en cuerpo y alma, darlo todo, cuando el individuo comprende que es sólo una forma efímera que se transforma, muere y renace, cada vez que interactúa y da algo de sí.

Su regente Plutón, el supuesto dios del inframundo, nos revela este misterio. Hasta hace poco planeta, ahora ha sido reclasificado porque comparte órbita con Caronte, el barquero del infierno. Caronte sólo te transporta en su barca si has dejado atrás todo, si has soltado todo aquello con lo que te identificabas. Pero es realmente el infierno a donde nos lleva el barquero, o es quizá el camino a la integración… Sólo una persona que haya soltado la identificación con su Ego puede enfrentarse al infierno de sus temores e integrarse….

Plutón es amor, es un planeta rosa con un corazón abierto al que alcanza explorar los confines de nuestro sistema solar (conocido). Es amor por que es integración, unión de todos aquellos aspectos escindidos que nos separaban de nuestro Ser. En la dualidad de la materia, los colores del signo al que rige son el negro (porque es el pigmento que absorbe todos los colores) y el rojo (Vida). Pero en la luz, el resultado de sumar todos los colores, es el blanco. Blanco y rojo combinan para dar rosa.

Integrar todo lo que eres es amor. Y sólo así puedes dar desde el corazón, desde tu Ser.
 
Tener planetas en Escorpio o en su casa, la VIII, o ascendente Escorpio es una invitación a profundizar en la Vida para ir más allá de lo conocido, e integrar tus aspectos más oscuros, detrás de los cuales siempre hay talentos. Es una invitación a viajar en lo profundo de tu psique y la de los demás, para comprender todo lo que nos hace Humanos.

La casa en la que tienes a Escorpio es aquella en la que has de vivir experiencias de todo tipo, a veces extremas, siempre polares, para comprender en profundidad los misterios de ese ámbito. Es dónde has de profundizar para transformarte y luego transformar desde tu corazón.
 
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Guiomar Ramírez-Montesinos
Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico
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