El volcán en erupción de La Palma es reflejo de las energías planetarias del momento. Desde hace décadas la energía se ha ido acumulando debajo de la superficie hasta que por fin ha cogido la fuerza necesaria para romper la superficie y brotar el magma desde las entrañas de la tierra. Quirón estuvo en Aries entre la primera y segunda Guerras Mundiales, y entre 1969 y 1977. Tiempos en los que el impulso de hacer algo diferente que rompiese con los moldes del patriarcado se hizo muy patente. Eran tiempos de rebeldía. Sin embargo, la inercia aún no era suficiente como para vencer al patriarcado.
Ahora, volvemos a tener a Quirón en Aries -pero además con Plutón rompiendo las estructuras capricornianas desde el 2008, Lilith y el Nodo Norte descristalizando la mente y sus creencias obsoletas, y Saturno y Júpiter en Acuario recordándonos que la maestría está en ser uno mismo- y las semillas plantadas en los años ’20 y ’70 empiezan a brotar, como la tierna plantita que tiene la fuerza suficiente para romper el asfalto. Las plantas, al crecer, son capaces de romper y atravesar estructuras muy sólidas. Pero no lo hacen por rebeldía, sino por convicción. Como los Dragones Blancos. La rebeldía no trae nada nuevo. El rebelde es más de lo mismo, ya que su razón de ser es oponerse al poder vigente, y de esta manera refuerza el sistema con su atención. El anhelo del rebelde es que el poder le reconozca y le dé su lugar. El rebelde quiere pertenecer. En Astrología estaríamos hablando del eje Capricornio-Cáncer: la autoridad y la pertenencia. El rebelde es un rechazado que intenta encajar a la fuerza. En cambio, los Dragones Blancos son diferentes. No tienen problemas para entrar en el sistema y entender cómo funciona, pero su sistema de valores es muy claro. No están de acuerdo con lo que hay y saben que lo que ellos traen es el cambio necesario. No les importa, y comprenden que el sistema se ponga en contra. No se lo toman personal porque no necesitan pertenecer. Y es su propia convicción la que empieza a generar el cambio dentro del sistema. Es el profesor de gimnasia que decide no entrenar a los jóvenes para la competición, sino para el disfrute y la salud. Es el político que decide no entrar en los juegos de egos de siempre, y tiende la mano a la oposición. Es la funcionaria que llega nueva e inspira a sus compañeras con su alegría y la forma de decorar su despacho. Un Dragón Blanco es alguien que está convencido de que el cambio es algo necesario, por eso no necesita convencer a nadie. Simplemente es el Cambio, es lo nuevo, y desde su claridad, inspira a los demás. Su corazón y su luz son sus instrumentos. Y tu, ¿eres un Dragón Blanco, un rebelde o parte del sistema? Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoach
1 Comentario
Evelyn
19/11/2021 01:43:06
Una dragona, convertida en clown :)
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