La astrología existe desde hace milenios y es conocida especialmente como herramienta predictiva, pero esta ciencia antigua ahora cada vez más cobra una mayor popularidad y relevancia como medio de autoconocimiento y de desarrollo personal. La información de la carta natal sirve para profundizar en lo más recóndito de la psique personal y colectiva, como apreció el famoso psicólogo Carl G. Jung hace ahora un siglo. Las posiciones sobre el mandala astrológico de la Luna, los Nodos, Saturno, Plutón, Neptuno, Urano, Quirón y Lilith nos revelan información muy profunda sobre las creencias, carencias y traumas personales, transgeneracionales y colectivos, ayudando a través de su configuración consciente a sacarlos a la luz y empoderarnos como seres únicos.
La información del día, hora y lugar de tu nacimiento revela no sólo las tendencias kármicas, sino también cuál es el máximo potencial de expresión. Al nacer, de bebés, nos identificamos con la energía de nuestra Luna, la cual simboliza el pasado, la madre, las emociones y el Ego. Pero también nos desconectamos de toda la información de nuestra alma, como señala la herida de Quirón, para poder acoplarnos a nuestra familia. La inercia del Nodo Sur, Plutón y los aprendizajes pendientes de Saturno, nos llevan a entretenernos en la formación y maduración de un Ego, el cual eventualmente será un vehículo que nos ayude a conectar con nuestro Ser. A la vez, Lilith, el lenguaje del alma, el Nodo Norte y el Sol nos invitan a evolucionar e integrar la totalidad de quiénes somos, activando los talentos necesarios para que el Ser pueda expresarse a través del cuerpo/Ego de la manera más plena. La mirada astrológica no sólo nos aporta esta valiosa información personal, sino también nos abre a comprender a los demás, descubriendo la maravillosa miríada de Seres únicos que habitan este bello planeta, así como la increíble perfección del ensamblaje de todos los eventos, sucesos e individuos a lo largo de ese continuo que llamamos tiempo. Y a la vez, esta mirada nos lleva a transformar nuestro punto de vista hasta comprender que en realidad el objetivo nunca fue resguardarse del futuro, por ejemplo, anticipando la retrogradación de Mercurio y tomando las precauciones necesarias, sino comprender que la Vida lo único que quiere es que tú seas más tú, y por tanto más feliz. Y la forma de lograr esto es abriendo tu percepción para comprender los arquetipos astrológicos y sentir las energías, permitiendo la transformación que la Vida y los astros te proponen. Entonces ya deja de ser necesario temer a Mercurio Retrógado, ni siquiera a la conjunción Saturno-Plutón, porque comprendes que tú eres eso, tú eres ese movimiento, al igual que lo es toda la Vida en este bello planeta que es el que nos sirve de referencia para contemplar el cosmos… Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga, astróloga y coach transformacional
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