Vivimos perdidos en un mundo mental de dudas y preocupaciones, con horarios de agobios infinitos, saltando de alivio en alivio, para hacer más llevadero el tedio o el esfuerzo, y con el miedo en el cuerpo, intentando evitar un futuro, que en realidad es el pasado. Esto es el mundo del Ego. Esto es lo que ha gestado el Patriarcado durante los últimos 5 mil años. Pero ahora ha llegado el momento de empezar a Vivir desde el Ser y comprender que nunca fue necesario sufrir (aunque tiene su sentido evolutivo), y que la Vida lo que quiere es que Disfrutes. Este artículo está basado en la ponencia que ofrecí en el I Congreso ¡Despierta Ya!, que se celebró en el Marq de Alicante, y fue organizado por un grupo de personas que están creando una plataforma para unificar a todos los profesionales que ayudan en esta labor de traer consciencia a los demás. (dejaré enlace en cuanto esté activa su web) Vivimos en la cabeza En esta sociedad moderna vivimos totalmente en la cabeza. Todo el día en la mente dándole vueltas a miles de idas, pensando en qué hay que hacer, en el trabajo, los hijos, familia, amigos, tareas, el supermercado…. Habitamos un mundo mental, desde el cual nos relacionamos con los demás, intentando averiguar qué piensan, con el fin de ajustar nuestra conducta para ser aceptados o queridos, o por lo menos ser útil… ¡Qué lío! Cuando estamos en la mente, estamos fuera de nuestro centro, y desconectados del cuerpo. Creamos emociones en base a interpretaciones mentales del Ego, reaccionando ante todo de manera desempoderada. Pero además, cuando estamos en la mente y no en nuestro centro, dejamos un vacío dentro (creado por nuestras necesidades infantiles que no fueron cubiertas), que atrae por resonancia esas mismas carencias, generando más insatisfacción y frustración. Para colmo, dentro de esa locura mental del Ego, nos vemos desde afuera, y nos maltratamos, despreciándonos, hablándonos mal, ¡¡incluso insultándonos!! Sanando al niño interior herido Lo que en el fondo estamos haciendo es despreciar y maltratar a nuestro niño interior herido. Esa parte nuestra que es la más frágil y está más necesitada. Ese fragmento de uno mismo que se quedó paralizado, aterrorizado, herido, sufriendo, llorando y esperando que alguien grande algún día le rescate. Pero lejos de salvar a nuestro niño interior herido, le damos la espalda, le encerramos en una casa abandonada y tiramos la llave. Sin embargo, así nunca podremos Disfruta de la Vida, ya que es ese niño interior quién sabe conectar con el Disfrute. Por eso, creo que el primer paso es atender esta herida que nos aleja de Ser. Y la buena noticia es que ya no hace falta hacer terapia durante años para comprender qué pasó y cómo trabajarla. ¿Por qué? Pues, por un lado, porque indagar en tu pasado sólo sirve para entender qué es un patrón, y por otro, si la mente egoica (sus dudas y su necesidad de hacer las cosas bien y de arreglarlo roto) es parte del problema, difícilmente puede ser parte de la solución. Por todo esto, mi propuesta pasa por comprender más profundamente la naturaleza de nuestra desconexión y cómo surgió. De alguna manera u otra todos y cada uno hemos sido desatendidos por nuestra mamá. En algún momento ella no supo sentirnos, darnos lo que necesitábamos, amarnos, abrazarnos, nutrirnos, darnos seguridad sin sobreprotegernos… Y esto no la convierte en mala o descuidada. De hecho, no tiene nada que ver con si fue buena o mala madre. Esto es así porque ella tampoco recibió de su madre todo lo que de bebé necesitó. Durante el patriarcado la Humanidad ha mostrado su lado más cruel, causando innumerables traumas, que luego han sido transmitidos de generación en generación. Estos traumas no resueltos se perpetúan por herencia epigenética (nuestras creencias; ver Memorias Celulares). Mientras haya registros de Memorias Celulares traumáticas en el cuerpo, habrá fragmentos del alma no integrados, niño interior herido, y puntos ciegos a la hora de cuidar un bebé. Una madre herida no puede más que seguir causando la misma herida que tiene ella. Algún día eso dejará de ser así, pero hoy por hoy, aún hay mucho por limpiar a nivel energético-emocional en este planeta. Lo que sí podemos hacer cada uno de nosotros es ser consciente, no tanto de cómo es esa herida, sino de las carencias, de las necesidades básicas no cubiertas de pequeños. No importa qué pasó, ni por qué sucedieron esas deficiencias (no hay que meter más mente), sólo hemos de hacernos conscientes de nuestro cuerpo como si fuera el de un bebé, y cuidarnos con todo el mimo y atención que en su día nos faltó. De esta manera, empezaremos a poder sostener emociones y sensaciones en el cuerpo sin disociarnos, sin que el Ego se active, sin que la mente se separe el cuerpo… Éstas son los tres tipos de necesidades básicas: Necesidades fisiológicas: pon atención en cuándo tienes frío o calor, cuándo necesitas ir al baño, si tienes sed o hambre, o si estás cansada y necesitas dormir. Cuáles son tus ritmos, en el día, en el mes o a lo largo del año. Aprender a conocer tu fisiología y respétala profundamente. Cuídate (a ti y a tu cuerpo) con todo el amor y cariño que debería recibir un bebé. No te aguantes las ganas de ir al baño y no permanezcas en situaciones incómodas para tu cuerpo. Si aprendes a prestar mucha atención a esto, empezarás a sostener mucho mejor el sentir en el cuerpo sin reaccionar. Conozco el caso de un hombre que enseguida perdía el control y gritaba con enfado al que se le cruzaba. Resulta que le sucedía esto especialmente cuando tenía hambre. Cuando empezó a llevar consigo barritas y comerlas antes de sentir el vacío en su estómago, fue capaz de gestionar muchísimo mejor su rabia, hasta el punto de no volver a perder el control. Quiero añadir que el enfado manifestado, la ira, es siempre fruto de una sensación de abandono que, a su vez, suele ir asociado a tener el estómago vacío. Necesidades de conexión y nutrición: ¿cómo te nutres? No sólo me refiero a la calidad de los alimentos que tomas, sino a qué energías consumes. ¿En qué ambientes te metes? ¿Te tragas todos los problemas de los demás? ¿Y las redes sociales y televisión? ¿Eres consciente de la energía emocional que consumes y cómo te afecta? Aprende a discriminar, no sólo la calidad de lo que comes o bebes, sino las energías que te rodean. Elige aquello que te nutre y aporta. De esa manera tu corazón se despejará de toda esa energía emocional más densa que le rodea, atraído por ese vacío interior del que hablaba antes. Cuando el corazón está despejado, la acción nace de él y no de la cabeza, es decir, conectas con tu intuición y ésta guía tu vida. Necesidades de seguridad: sostener la energía de tu Ser, de tu alma, no es fácil porque es muy intenso para el cuerpo, por eso es tan importante mantener un cuerpo sano a todos los niveles. Haz deporte, si es aeróbico mejor. Un cuerpo fuerte, en el que puedes confiar, te permitirá sostener mejor la energía y las emociones. Además, un deporte aeróbico intenso mueve tanta energía que también ayuda a movilizar Memorias Celulares, a “purgar karma”. Para cubrir las necesidades de seguridad, también es importante la alimentación, pero en este caso la clave es ser consciente de cómo la energía de los alimentos hace que vibres de una manera determinada, y cómo eso hace que atraigas un tipo de energía u otro. Salir a la Naturaleza es otra clave, por un lado, porque el contacto con la tierra sana la relación con la madre, y por otro, porque la amplitud de miras cuando estás en el campo, en el mar o en la montaña relajan el sistema nervioso, ya que es lo contrario a la mirada estrecha (visión túnel) del modo supervivencia. Y hablando de éste, es clave aprender a respirar con el abdomen, o al menos practicarlo varias veces al día de manera consciente, ya que de esta manera se estimula el nervio vago, aumentando el sistema parasimpático que, a su vez, disminuye el simpático, que es el encargado de la respuesta de huida o ataque. Por último, el saber ver las cosas con perspectiva, en un contexto más amplio, es muy útil para permitirse sentir sensaciones intensas en el cuerpo. Te recomiendo que asignes un lugar, que para ti sea seguro, y un momento del día, en el que te permitas con total seguridad explorar y experimentar las sensaciones y emociones que se activen en ti, en tu cuerpo. Se cree que es más espiritual no molestarse por cosas que tienen poca importancia, y eso hace que las personas corran un tupido velo sobre las pequeñas cosas que las pueden contrariar. Pero creo que esto puede llevar a un error, ya que no se trata de no sentir, sino todo lo contrario. La Vida hay que experimentarla, hay que sentirla en el cuerpo, tanto lo bueno como lo malo. Otra cosa es reaccionar. La reacción es fruto de no saber sostener la intensidad energética y emocional en el cuerpo. Así pues, no se trata de no sentir, sino de no reaccionar, pero sí sentir. De hecho, la Vida te propone siempre la experiencia sensible desde el nivel más sutil, pero por regla general no hacemos caso, y entonces la energía se densifica más y más, y las vivencias también se hacen más y más densas. Sin embargo, si somos lo suficientemente sensibles y nos permitirnos sentir la energía emocional más sutil, en las vivencias insignificantes, como que tu móvil no funciona, podemos liberar Memorias Celulares dolorosas o desagradables sin necesidad de vivir un acontecimiento más grave. Pero, desde el Ego, lo que hacemos es lo contrario. ¡¡Intentamos evitar sentir a toda costa!! Resistimos tanto, que al final tiene que llegar un uranazo que rompa con todo como un rayo. El complejo de Edipo En estos dos complejos, acuñados desde el psicoanálisis, encontramos otra clave de la dificultad que tenemos para Disfrutar. Hablaré del complejo de Edipo, y la relación madre-hijo, y el de Electa, y la relación padre-hija. Independientemente de si te resuena o no en tu experiencia personal, estos dos complejos son arquetípicos, y nos afectan a todos. Todos tenemos un lado masculino y uno femenino, y todos somos adultos y niños a la vez. Se dice que el complejo de Edipo sucede cuando el niño se enamora de su mamá. Pero no se menciona qué pasa con la mamá para que el niño sienta eso. Y es que hasta los 7 años los hijos absorben todo de su madre, sienten cómo y a través de ella. Por esto mismo, si el niño quiere acaparar el vínculo con su madre, hemos de analizar por qué ella no puede soltarle. Ser mujer y ser madre implica resonar con un dolor arquetípico de pérdida de hijos y abandono o soledad. Cuando una mujer tiene una regla o un parto doloroso, se está conectando con el campo morfogenético (consciencia colectiva) de todas las mujeres que han sufrido pérdidas, dolor y abandono relacionado con tener hijos. Y esa emoción colectiva de pérdida no resuelta lleva a que, en el parto, cuando un hijo se aleja o se tiene la regla, la sensación se intensifica y el dolor llega a ser intolerable, llegando al sufrimiento. He de añadir que algo doloroso se puede vivir conscientemente y desde el Disfrute (experiencia sensible), sin sufrimiento (hay evidencia científica que lo demuestra), pero para eso hace falta entrar en el dolor con coraje… El complejo de Electra El complejo de Electra es cuando la hija se enamora de su padre. Ella es su ojito derecho. Los dos están encandilados mutuamente. Pero llega un momento en el que el papá siente algo más. Y ella siente lo mismo porque lo absorbe de él. Es la potencia de las almas que se reconocen (recomiendo ver este vídeo de Sergi Torres sobre la Sexualidad y las Relaciones de Pareja). Sin embargo, como él no aprendió a sentir, no puede sostener esta intensidad, y rápidamente se desconecta, sientiendo culpa o deseo sexual. La conexión con el poder del alma desaparece, y la niña aprende que, si conecta con su poder personal, perderá lo más valioso, al papá que ama. El padre o se aleja del todo, merced a la culpa, o vuelve castado, es decir, sin el poder, o castrante, usando una manifestación no tan espiritual del poder para castigar o reprimir. Así, cuando nos hacemos mayores y deseamos algo, no nos permitimos Disfrutar de ello, no nos dejamos tener lo que queremos y experimentarlo, y en su lugar, manifestamos o atraemos situaciones que nos hacen sentir Culpa-Castidad-Castración. Por ejemplo, quieres un coche nuevo, pero no te permites comprar el que deseas o te desilusiona cuando lo tienes (castidad = papá volvió incompleto), o te sientes culpable por haberte gastado el dinero (culpa) o tienes un golpe (castración). Debido al complejo de Electra, las mujeres nos disociamos y vamos a la mente, y vivimos una relación frustrada con el deseo y el Disfrute porque cuando empezamos a Disfrutar, papá se fue. Dando a luz a nuestro niño interior Antiguamente, las mujeres parían en una cueva o choza, apartada de los hombres y del padre de su bebé, ya que él trae demasiada testosterona por la lucha y la caza, y sentirlo le haría contraerse y, por tanto, sufrir. Diferentes mamíferos tienen la misma costumbre de separarse del macho en ese momento tan sensible y vulnerable. Antes se daba a luz sin sufrimiento, porque la mujer no estaba desposeída de su lado masculino, y en concreto, del coraje. Pero en el patriarcado, se separó la mente del cuerpo, y lo masculino de lo femenino, y la mujer quedó desprovista del coraje, al ser éste un rasgo de energía masculina. Igualmente, ellos se quedaron sin su conexión sensible. Es como si estuvieran en la puerta de esa cueva arquetípica, esperando a poder entrar. Pero ella no quiere que entre, porque si siente su testosterona, su cuerpo se contraerá y aparecerá el sufrimiento. Aunque al mismo tiempo quiere el coraje, pero no sabe cómo pedirlo. Mientras, ellos, inician el viaje del héroe, en busca de aquello que sienten que les falta, y no se dan cuenta que no es más que su lado sensible, y el único camino es hacia adentro. Ha llegado el momento de unir mente-cuerpo, femenino y masculino. Para eso han de ser las mujeres que, desde adentro, abran la puerta y tiendan la mano para coger la antorcha del coraje y entrar profundamente en el dolor, pero sin miedo. Esto se puede hacer si tenemos bien cubiertas las necesidades fisiológicas que aíslan a nuestra niña interior. Luego le diremos a ellos, “ven, sígueme”, y juntos exploraremos la sensaciones y emociones que experimentamos en el cuerpo…, ¡y de esta manera nos daremos a luz a nuestro niño interior! La luz de la consciencia…, para Vivir desde el Ser. El Disfrute Disfrutar es estar presente en la experiencia sensible que registras en tu cuerpo. Se Disfruta de las buenas sensaciones y de las malas. Es posible estar presente sintiendo el dolor, por ejemplo, de la pérdida de un hijo, aunque resulta mucho más fácil si la vivencia la tienes a través de una película vista desde la comodidad del sofá de tu casa, que si realmente sucede este hecho. Cuanto más sensible eres, más capacidad tienes para registrar la experiencia que el Universo te propone, desde vivencias más sutiles de vivencias. Por ejemplo, en vez de tener una discusión con tu pareja, puedes sentir la frustración y la impotencia porque el móvil se te ha bloqueado y no te permite enviar un mensaje que para ti es importante. O en vez de somatizar un conflicto por no expresarlo, puedes llegar a aprovechar las energías del momento para conectar con la emoción grabada en tu cuerpo. Creemos que es más espiritual no dejarse incordiar por estas pequeñas cosas del día a día. Pero justo de lo que se trata es de sentir y registrar estas experiencias en el cuerpo, pero no reaccionar. Reaccionar proporciona un alivio inmediato, y es lo contrario de sostener. Sostener la experiencia es Disfrutar de la experiencia. Una vez que aprendes a Disfrutar de lo “malo”, puedes empezar a Disfrutar de lo bueno. Y es que la energía de lo que deseas es mucho más intensa en el cuerpo que la energía de lo que ya no te gusta, porque lo “malo conocido” es energía que es familiar pero vieja para ti (porque se ha repetido muchas veces), mientras que lo “bueno deseado” es energía nueva. Toda energía nueva tiene una vibración más alta que la vieja. Aprender a Disfrutar es aprender a sentir, a reconocer y soltar lo viejo, y a abrirse a lo nuevo, sin que el Ego inmaduro interfiera, o lo que es lo mismo, sin pensar, interpretar, ni reaccionar. Además, la mujer (y el hombre desde su lado femenino), merced al complejo de Electra, como ya he mencionado antes, asocia al Disfrute Castidad-Culpa-Castración. Por ejemplo, quieres hacer un viaje que te hace ilusión, y terminas atrayendo en tu vida alguna bronca o reproche. En definitiva, en vez de tener un anhelo y luego Disfrutarlo plena y conscientemente en el momento presente, nos vamos a la mente, con Castidad-Culpa-Castración. Te invito pues a empezar a Disfrutar con aquello que deseas y eliges. Si has ido a comer con una amiga, estate presente y observa cómo surgen Castidad-Culpa-Castración, en la forma de “me pido el plato más económico” (Castidad), “debería estar en casa arreglando el armario” (Culpa) o una bronca o mal rollo (propia o ajena) que atraes, por ejemplo, cuando vuelves a casa (Castración). El Coraje Se necesita Coraje para entrar en lo más profundo de uno, para ver la sombra y para sostener sensaciones y emociones en el cuerpo. El Coraje nos conecta con la potencia del alma. Pero para acceder a él, primero hay que integrar y saber usar la rabia, sosteniéndola en el cuerpo. La rabia está mal vista porque se asocia a una emoción desbocada y destructiva. Sin embargo, esto sólo es verdad cuando no es sostenida, sino echada fuera por el cuarto o quinto chakra, en la forma de pelea o insultos. Cuando sientes rabia, es señal de que te has salido de tu centro, por haber repetido un patrón o creencia que ya es viejo para ti por enésima vez. Si eres consciente de esto, la puedes usar para volver a ti. Es necesario aprender a sostenerla en el cuerpo, y en concreto, en el primer y segundo chakra, ya que así te ayuda a colocarte en el momento presente de manera inmediata y te conectar con la tierra. Cuando te haces con tu rabia y la sostienes, es el momento perfecto para lanzar una intención, y definir qué patrón es ya viejo para ti, ya no quieres seguir experimentando, para luego intencionar algo nuevo, y encaminarte hacia ello. Esto es el Coraje que te permite ir más allá de tu zona de confort (patrones antiguos), venciendo las pruebas del Techo del Ego y tus Miedos. (ver Usa rabia para estar presente). Resumen La Vida quiere que Disfrutes, que sientas la experiencia en tu cuerpo. Cuanto más sensible seas, antes sentirás la experiencia, y así la vivencia será cada vez más sutil y simbólica, sin necesidad de vivir tragedias. Así que empieza por cuida a tu niño interior y darte cuenta cuando estás en la mente, con el Ego inmaduro activo, para volver a poner el foco en tu cuerpo y lo que sientes. Aprende a sostener sensaciones y emociones en tu cuerpo sin reaccionar y sin irte a la mente (si ¡n pensar, sin interpretar). Ve más allá de tu zona de confort y atraviesa tus Miedos del Ego. Empodérate liberando Memorias Celulares e integrándolas, conectando con tu cuerpo. Entonces decide lo que quiere, ves a por ello y ¡¡¡Disfrútalo!!! por Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoaching
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