Hace un par de meses escribí un artículo en el que explicaba qué son las memorias celulares y la importancia de liberarlas, de soltarlas. En la presente entrada, quiero ampliar esta visión y ofrecer un protocolo para poder trabajar esas memorias. Se puede decir, en esencia, que venimos aquí a experimentar vivencias para comprenderlas. Una vez comprendidas, las integramos a nuestra conciencia, individual y colectiva. Nuestras experiencias son tanto más extremas o polares, son más radicales en el plano físico, en tanto en cuanto no nos hacemos conscientes de su vivencia en planos más sutiles. En otras palabras, si uno no es consciente, necesitará vivir una enfermedad, un accidente o algún tipo de tragedia para darse cuenta de que hay algo que tiene que aprender e integrar. Sin embargo, si uno es consciente de sus procesos, y está alineado con su Ser, en vez de tardar una década para darse cuenta de que ha de cambiar algo, acepta abrirse a la transformación desde las experiencias más sutiles, por ejemplo, desde que percibe que algo le hace estar fuera de coherencia. Tener experiencias e integrarlas implica hacerse consciente de memorias celulares, y la emoción asociada a éstas. Es más, si se comprende cómo operan en nosotros las memorias celulares, uno incluso se puede ahorrar mucho trabajo de análisis e introspección. Y es que, en realidad, el fin último del desarrollo personal es despejar las memorias celulares, ancladas en el cuerpo mediante los Miedos del Ego, para así poder:
Nuestra experiencia de realidad según nuestras memorias Creemos que la vida es intentar defenderse, luchar y superar las cosas que “nos suceden”. Pero en realidad, somos nosotros los que creamos las experiencias, tanto más densas y extremas, cuanto más inconscientes seamos. En esencia, poseemos una serie de memorias celulares en el cuerpo, es decir, de información grabada en nuestros tejidos que aún no ha sido integrada. Esta falta de integración se registra en el cuerpo a través de una emoción. De la misma manera en la que necesitamos cerrar círculos de aquello que queda pendiente, y cuando tenemos una herida abierta, no podemos evitar el impulso de querer sanarla, mientras las memorias celulares estén activas, tenemos la necesidad de sentir la emoción asociada para poder integrarlas, liberarlas, y así permitir que surjan los talentos. Nuestra realidad es en verdad bastante impersonal. Somos 7 mil millones de personas en el planeta, y sólo tres miedos que, en el juego de integrarlos e nuestra consciencia (ver Estructura del Ego), recrean la lucha entre el que tiene el poder, el que tiene el conocimiento y el inocente que asiste como víctima última de esa separación. O lo que es lo mismo, el objetivo de cada uno de nosotros es empoderar a nuestro niño interior y dar sus talentos al mundo. Nuestras experiencias no es algo personal, aunque la emoción que nos provoque sea intensa, sino que son historias arquetípicas de la Humanidad. ¿Acaso te crees que eres la única al que le ha abandonado su pareja? ¿Piensas que sólo es a ti a quien su jefe no reconocer tu talento especial? ¿Sólo así te engañan las personas en las que confías? No somos únicos por nuestro sufrimiento, sino por nuestros talentos, y es nuestra responsabilidad, y la de nadie más, sacarlos a la luz.
Así, una visión diferente de la realidad es que venimos a descubrir nuestro mayor potencial para ponerlo al servicio de crear un Mundo mejor. Para ello necesitamos alinearnos con nuestro Ser, despejando los Miedos del Ego. Y por eso vivimos experiencias que nos llevan a este camino. El mecanismo que lo hace posible son las memorias celulares. En un momento dado (por ejemplo, por un tránsito astrológico), se activa una memoria celular. Cuando se libera una memoria surge una sensación en nuestro cuerpo. En el origen de esa memoria (puede ser en tu vida, en la de tus antepasados o en vidas pasadas… da igual dónde crees que originan, son historias de la Humanidad) hubo una experiencia, al no tener herramientas para integrarla, nuestra mente se separó de sentir esa sensación, generando pensamientos que, a su vez, crearon una emoción. De esta manera, la emoción se convierte en el indicador de esa separación y, por tanto, de esa experiencia pendiente. La memoria celular es el registro de la información de una experiencia pendiente de integrar. Su consecuencia es la separación entre una sensación (que es algo así como el primer aviso de la experiencia que se tiene que vivir), una emoción (la que hemos generado para crear la ilusión de control) y una historia arquetípica de la Humanidad (con la que esa memoria resuena). Todo ello registrado en el cuerpo y oculto en el subconsciente. Lo que llamamos “sanarnos” es en realidad traer a la consciencia lo inconsciente, que por definición está negado. Ver lo rechazado o separado de nosotros desde una perspectiva más amplia, en la que uno no es víctima de nada, es lo que nos libera de las experiencias que de otra manera conllevan sufrimiento. Así pues, podemos decir que la realidad que vivimos es consecuencia de proyectar fuera la causa de la emoción que no sabemos integrar. En otras palabras, cuando se activa una memoria, la sensación provoca un tipo de pensamientos y una emoción. Como no sabemos cómo colocar esa emoción, generamos experiencias en el exterior, algo así como que buscamos engancharnos con alguien, tener algún conflicto, que justifique nuestro estado emocional. Por ejemplo, si se me activa una memoria de esclavitud, inconscientemente voy a provocar fuera “enganches” con otras personas antes las cuales me sienta sometida, y así poder proyectar sobre ellas la culpa de mi de sometimiento. La propuesta al trabajar con la liberación de memorias es la siguiente:
Liberando memorias con enfermedades Si la información que conlleva la memoria es negada durante mucho tiempo, el registro se densifica tanto que puede provocar síntomas físicos o enfermedades. Realizar el ejercicio de memorias celulares es igualmente eficaz para estos casos, solo que la sensación se sustituye por el síntoma:
Te invito a que pruebes esta técnica para soltar memorias y a que compruebes sus efectos. A veces la liberación es inmediata, otras veces se requiere repetirla varias veces. También puede ocurrir que, al liberar una memoria, duela otra parte del cuerpo. Es aconsejable entonces realizar el ejercicio con esa nueva sensación o dolor. Cuando liberas memorias, automáticamente integras la experiencia en tu consciencia, ampliándola. Al ampliar tu consciencia, puedes llegar a atravesar el Techo del Ego, dejar el "modo dame", empoderarte y ofrecer tus talentos al mundo para el bien común. En el caso de síntomas físicos y enfermedad, además, puedes descubrir los talentos que estos indican. De la misma manera que vemos que en biodescodificación cada síntoma indica un conflicto emocional, también nos muestra un talento. Por ejempo, dolores de espalda indican el talento para sostener, la psoriais para proteger, o la diabetes para unir y reconciliar. Hacerte cargo de tus talentos te libera. Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico
3 Comentarios
Natalia
17/7/2019 05:10:57
Quiero info del curso de memoria celular. Gracias
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Guiomar
17/7/2019 10:07:44
Hola Natalia. En la web tienes más información sobre Memorias Celulares https://www.vivirdesdeelser.com/memorias-celulares.html . Y si te suscribes o me sigues (ver contacto/sígueme ) te podrás enterar de cuando haga un taller online ?
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Byron orellana
11/3/2020 08:00:57
Gracias por la oportunidad en realidad deseo sanar muchas cosas dento de mi y tener paz interior
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