Lilith, luna negra, es una figura astrológica y mitológica poco comprendida desde el sistema de valores del patriarcado. Desde la inconsciencia, Lilith da miedo, es oscura y tenebrosa, y amenaza con inundarnos de terror y catástrofes. Pero esto sólo es así cuando no comprendemos la energía y el poder femenino de la mujer primigenia. Una fuerza que tiene por misión desenmascarar el Ego. Cuenta la leyenda que Lilith fue la primera mujer de Adán, hasta que éste se hartó de que ella tuviera sus propias opiniones y deseos. Así que Adán pidió a Dios que la sustituyera. El Todo Poderoso entonces desmaterializó a Lilith y creó a Eva. Lilith, desde el plano astral, juró librar su particular batalla contra el Ego de los hombres. Para el patriarcado, Lilith es oscura, misteriosa y malvada, porque provoca que los hombres pierdan el control de sus instintos e impulsos. Una interpretación curiosa, y por supuesto muy machista, como era de esperar considerando cómo se ha tratado a las mujeres y lo femenino en los últimos 5 mil y pico años. No es que el hombre pierda el control, sino que es una mujer invisible, muy astuta y malvada la que provoca a los hombres. ¿Nosotras somos las hormonales? Un pequeño inciso, aunque también tiene que ver esto con Lilith. Me resulta curiosa la mentira que todos nos hemos creído sobre que las mujeres somos inestables por culpa de nuestras hormonas. Nosotras tenemos ciclos hormonales de alrededor de 28 días. A partir de la ovulación, tendemos a dirigir nuestra energía hacia adentro, y después de la menstruación, hacia afuera. La sociedad en la que vivimos no sólo no admite nuestros ciclos, sino que además nos exige rendimientos que no se adaptan a ellos. Por ejemplo, antes de la regla necesitamos estar más aisladas y reflexivas, pero la necesidad de cumplir en el trabajo es invariable. Por otro lado, se supone que nosotras somos las inestables, las que nos dejamos llevar por las hormonas, y sólo porque una vez al mes puede que suframos los síntomas del Síndrome Premenstrual (que en realidad es nuestro cuerpo pidiendo recogimiento y silencio y nosotras no haciéndole caso). Sin embargo, en los hombres la fluctuación hormonal es constante. Aunque varía según casos, es normal tener unas 10 erecciones a lo largo del día, y lejos de ser esto un problema en nuestra sociedad, se considera una muestra de virilidad y de salud genital. A esto hay que añadir que culturalmente creemos que los hombres tienen el derecho de satisfacer su excitación sexual, ya sea de una manera u otra. Así que, para ellos está bien tener fluctuaciones hormonales diez veces al día y responder a ellas, pero para nosotras es inapropiado tenerlas una vez al mes, y además tenemos que adaptarnos a las exigencias de su testosterona… Curioso. Lilith, en contacto con lo sutil Pues es precisamente esta versión parcial, patriarcal y un tanto misógina de la realidad contra la cual Lilith se rebela. Pero como mujer que es, y como símbolo lunar que representa, su venganza no es por activa, sino por pasiva…; por mucho que se haya querido atribuir a ella nuestras reacciones más instintivas y bajas. La acción y la reacción son atributos masculinos (energía expansiva), mientras que lo femenino tiene que ver con el sentir. acoger y el recibir (energía contractiva). De la misma manera que quienes tienen reacciones hormonales son los hombres, y quienes percibimos los estados hormonales somos las mujeres…. Lo digo en genérico con propósitos únicamente ilustrativos, porque todos sentimos y reaccionamos. Lilith en realidad representa todo el mundo de lo sutil, del astral, de lo energético, que no se puede captar con nuestros sentidos más directos. Representa el subconsciente colectivo y la consciencia colectiva, los campos morfogenéticos, toda la “red neuronal” de nuestro planeta, las habilidades psíquicas y la percepción sensible. Lilith es la parte inmaterial de Gaia y la parte más sutil e inconsciente del mundo emocional. El hombre se ha creído separado de la Tierra, y hasta ha osado declararse más poderoso que ella, capaz de dañarla y ultrajarla con su insensibilidad. Sin embargo, Gaia lo es todo. Es lo material y es lo intangible. Es el hombre, la fauna y la flora, y es los ecosistemas, la geología y la atmósfera; también es las redes energéticas que lo unen todo… Lilith son estas redes, desde su nivel más denso, astral y repetitivo, hasta su nivel más sublime: la Inteligencia Planetaria. Cuando somos inconscientes, somos reactivos, y vivimos la vida a la defensiva, creyendo que nos pasan cosas y que personas y circunstancias ajenas a nosotros nos pueden perjudicar. Esto es la lucha del Ego inmaduro que atrae experiencias destinadas a su integración. Lilith, junto a Plutón, es la energía que nos impulsa a evolucionar. Lilith no quiere que nos quedemos parados, dentro de nuestra zona de confort, repitiendo patrones ad eternum. La Luna quiere repetir para sentirse segura, pero Lilith es la responsable de que, de tanto repetir, empecemos a cocinarnos en nuestra propia salsa y oler a chamusquina. Lilith es la rabia interior de nuestras frustraciones más infantiles, es el enfado de cuando éramos bebés y no nos daban lo que queríamos. Representa la rabieta de no tener lo que quiere, pero también el victimismo de no recibir una y otra vez lo que necesito. Lilith nos hace llegar a un punto de vacío, a una sensación de que nos falta algo, después de tanto repetir lo mismo con el mismo resultado infructuoso. Es como el niño que se tira al suelo con una pataleta hasta que el agotamiento le hace quedarse casi dormido…., y seguir deseando lo mismo deja de tener sentido, por lo que cambia el foco a algo nuevo. Lilith puede dar la impresión de que nos boicotea, pero ella quiere que cambiemos y salgamos de ese estado emocionalmente infantil de la repetición y la pataleta, y que conectemos con lo mejor de nosotros, para dar nuestros talentos al mundo. Para esto Lilith provoca una sensación de vacío y de insatisfacción, que nos obliga a soltar esos patrones que nos hacen caer en esa rueda de victimismo-rabia, cuando ésta ya está agotada y toca integrar la información. Lilith negada Desde el patriarcado, hemos negado a Lilith, al igual que al resto de la esencia femenina. Hemos rechazado la sabiduría femenina, quemando brujas durante milenios, hemos castrado la percepción sensible con la razón, hemos gestado tullidos emocionales y marginado un 90% de lo que somos (nuestro lado sensible), desde que olvidamos a las diosas femeninas, naturales e integradoras, y las sustituimos por un solo dios masculino, racional y castigador, desprovisto de emociones y plagado de juicios. Hace 5 mil años, cuando inició la Era del Comercio (el patriarcado), y separamos nuestra mente (el lado racional) de nuestro cuerpo (el lado instintivo), empezamos a negar a Lilith. Al rechazar toda nuestra parte sensible, sensorial, corporal y emocional, creamos culpa y culpables, proyectando fuera nuestros atributos “menos deseables” en aras de la “civilización” y de poder encajar en ella. Esto ha creado un residuo energético astral y denso que es como la “caca” del Ego. Pero para evolucionar, tarde o temprano, hay que integrar lo negado de uno mismo…; debemos recoger nuestra “caca”. Esta “caca” se acumula por resonancia con la que “huele” igual. Por ejemplo, si yo odio, tengo celos, miedo al abandono, o cualquier otra emoción impulsiva, descontrolada o socialmente no aceptada…, lo niego. Estas emociones, y la película mental que las generó, permanecen en el astral como una nube (cada emoción con su nube), llegando a cobrar forma, ya que todo lo que se piensa reiteradamente termina manifestándose. El pensamiento crea forma (consciencia) y las emociones son el pegamento de esa forma. Esta forma de pensamiento era conocida en la antigüedad como egregor o demonio. A todos nos ha pasado cuando queremos hacer un cambio, sentir de un lado una voz o presencia que dice que no puedes, quédate en tu zona de confort, mientras otra en el lado contrario te dice que te lances… Es el clásico “ángel o demonio”. Amparándonos en consensos sociales morales, y en especial, las religiones, negamos en bloque algunas de estas emociones como, por ejemplo, los pecados capitales. Esta negación colectiva produce un desequilibrio también colectivo, que se puede reestablecer mediante el sufrimiento del chivo expiatorio (por ejemplo, Monica Lewinski, quien sufriera el primer y mayor bullying cibernético de la historia), la tragedia personal de un individuo que capta la atención colectiva (como el proceso de enfermedad debido al cáncer de Pablo Ráez), o un acontecimiento trágico que impacta profundamente a un grupo social, como puede ser un atentado terrorista o la guerra de Vietnam. Un accidente lilitiano Hace un par de meses murieron tres ciclistas atropellados en Xàbia (Alicante) por una joven bajo los efectos de las drogas y alcohol. Este suceso es claramente lilithiano. No sólo por la chica que perdió el control de sus impulsos, bajos los efectos narcotizantes de sustancias que merman las capacidades intelectuales, invadiendo el carril y arcén contrarios, sino por el dolor colectivo que conmovió a toda la comarca y a la comunidad ciclista internacional. Es más, en ese instante, a las 8:30 de la mañana, el guerrero Marte acababa de transitar el ascendente y se encontraba en la casa 12, la del sacrificio (donde canaliza la rabia colectiva y posición muy habitual en deportistas de élite). Enfrente, en oposición, Lilith en Sagitario, entrando en la casa 6, la de Virgo y las responsabilidades. Dos flechas (la de Marte y la de Sagitario) apuntando a darse. Los ciclistas son sacrificados (casa 12), mientras que la joven habrá de asumir la responsabilidad (casa 6) de sus actos y de su condena. Cuan fácil es hallar culpables: terroristas, el bando contrario, el malo, el pecador, la drogada… Lilith no busca herir necesariamente, busca evolución para que todos conectemos a nivel planetario. Si negamos nuestras sombras, tarde o temprano el desequilibrio habrá de corregirse. ¿No sería más fácil hacernos responsables, asumir nuestras incoherencias? ¿No sería más sencillo atender el problema que tenemos con los jóvenes que consumen drogas, y no comprenden que sus actos puede provocar consecuencias graves, atendiendo sus carencias emocionales, que son las que originaron la baja tolerancia a la frustración..?
Lilith astrológica Astrológicamente Lilith aún no es muy bien comprendida, la literatura buena sobre ella es escasa, y la información es confusa… tal y como es Lilith. En inglés, me gusta el trabajo de Delphine Jay, y en español, el de Jesús Gutiérrez. Para mí, en esencia, Lilith nos dice dónde tenemos disponible toda la energía acumulada de vidas pasadas. Pero sólo podremos acceder a ella cuando aprendamos a no tomarnos personal el ámbito (casa) y el signo en donde se encuentra. Mientras estemos en “modo dame”, esperando recibir algo de los demás, Lilith liberará de vez en cuando su energía sobre nosotros de manera negativa, dura, brusca, a través de algún acontecimiento. Cuando eso suceda nos dará rabia, nos sentiremos atacados o con resentimiento. Luego nos invade una sensación de vacío y la necesidad de soltar, de cambiar o, si nos resistimos, vivimos cambios inesperados y bruscos, con la sensación de no haber elegido. Desde la inconsciencia solemos evolucionar a la fuerza. Cuando por fin soltamos nuestros apegos, cuando dejamos de tomar las cosas de manera personal, los talentos asociados a nuestra Lilith empiecen a manifestarse. Y cuando ofrecemos estos talentos al mundo, la fuerza de Lilith se despliega para apoyar nuestro camino evolutivo, siempre y cuando actuemos de manera impersonal… Lilith no perdona si tus fines son personales y egoístas. Esto no siempre es fácil, ya que hay casas y signos por naturaleza muy personales. Por ejemplo, una Lilith en la casa 4 o en Cáncer confiere mucha sensibilidad emocional, pero obliga a tomarse las emociones de manera impersonal, algo francamente difícil para un Ego inmaduro. En este enlace de la “bruja del universo” puedes encontrar información sobre Lilith por casa y por signo. Te invito a conocer un poco más a Lilith. Aunque no sepas nada de tu carta natal, intenta conectar con su energía. Pon la intención, y pide que se manifieste (si estás preparado). Pide al Universo que sea lo más fácil y suave posible. Ábrete a la percepción sensible y las múltiples causalidades. Se consciente de tus resistencias, apegos y rabias. Observa la sensación de vacío y ábrete a lo nuevo. Sal de tu zona de confort, despliega tus talentos y empieza a dar desde lo más auténtico de ti. Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoach
2 Comentarios
26/4/2020 18:14:48
hola fantastico:
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Guiomar
26/4/2020 20:08:37
Hola José Luis, hago consultas de Astrología psicológica y evolutiva, no predictiva. Aquí tienes toda la info: https://www.vivirdesdeelser.com/sesiones.html
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