Lilith en la I (o en Aries). Rompe el Ego, brilla desde el Ser y muestra el camino

Lilith es una incomprendida, incluso para la mayoría de astrólogos. Se la asocia con lo oscuro, con los impulsos e instintos más bajos, con el sexo y la depravación, con los vampiros, incluso con la muerte de niños. Pero esta visión corresponde a una comprensión muy parcial de una energía que desde el patriarcado no se entiende de ninguna manera. Lilith no es oscura y tenebrosa, sino que nos impulsa y nos obliga a seguir evolucionando para conectar con lo más puro y auténtico de nosotros, a la vez que purgamos todas las identificaciones egoicas que nos lo impiden.

Calcula tu Lilith

Lilith además es mágica, ya que no sólo es la figura astrológica que nos habla de cómo funciona la consciencia colectiva de la Humanidad, desde el bajo astral hasta la Inteligencia Planetaria, sino que gobierna las sincronías, desde las más terribles, como cuando un tren atropella a un coche que justo en ese momento pasa por un paso a nivel, hasta las más sublimes, como cuando conoces al amor de tu vida porque te sientas casualmente a su lado en un autobús que no ibas a coger.

La primera vez que me propuse estudiar a fondo a Lilith, intenté conectar profundamente con ella, y lancé la intención de querer conocer a este personaje mítico que fue desmaterializado porque Adán prefería tener una mujer más a su servicio, que no una tan independiente y deseante de igualdad. Al día siguiente fui a un concierto que ofrecía una amiga (con Lilith en Aries), y allí me presentaron a una mujer, conocida de mi amiga, que usaba el apodo de Lilith en una red social, y que, después de media hora hablando, intuí que su Lilith estaba en la primera casa. Le pedí la fecha, y la tenía en conjunción al Ascendente. ¡Había conocido a Lilith en persona!
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El día en el que empecé a escribir este artículo, esta misma amiga ofrecía otro concierto al que fui. De repente, aparece otro amigo músico (con Lilith en Aries), mientras yo hablaba con otra amiga (“casualmente” con Lilith en la I) sobre este artículo que estoy escribiendo. Sin escuchar la conversación que estábamos teniendo, de repente me cuenta lo que cito a continuación, y me quedo maravillada porque es la definición perfecta de Lilith en casa I, en Aries o en aspecto con Marte (Marte rige a Aries, quien gobierna la primera casa):

“Estaba sintiendo a nuestra amiga cantar y he percibido cómo ella canaliza algo, como un ente, cuando canta, y no es ella; no es la chica que conozco de cuando tomamos café.  Pero luego me he sentido a mí, y me he dado cuenta de que yo hago lo mismo cuando toco mi música. Y te he sentido a ti, cuando hablas, y a través de ti fluye una sabiduría que no eres tú. No exactamente. Es un algo que incluye todo el conocimiento y la energía de todas tus vidas pasadas. Es el alma que se expresa a través de ella. No es ella, pero realmente sí lo es. Somos alma y somos también el cuerpo que ésta habita”.

​Y así, sin más, Lilith me volvió a contestar a mis preguntas sobre ella, con rotundidad, con claridad, de manera mágica, con fuerza, con conexión real, sin Ego. Y es que así es Lilith, una energía que nos habla de la consciencia colectiva planetaria y que nos invita a conectarnos todos con lo más auténtico de uno, con el Ser, para luego conectarnos con los demás en un Mundo en Red.
 
Y por si fuera poco, la Lilith que conocí en el primer concierto, que ni siquiera vive en España, ¡estuvo a punto de venir también al concierto por sorpresa! No lo hizo, pero la sorpresa me la dio al día siguiente, cuando se pasó a saludarme. Lilith es mágica y desea profundamente que la conozcamos!!

Famosos con Lilith en la I y en Aries
Algunos ejemplos de famosos con Lilith en la casa I según Astrotheme son: los cantantes Michael Jackson y Joan Baez (quienes además tienen a Lilith en Aries), Shakira y Elton John, las actrices Marilyn Monroe, Natalie Portman (Star Wars y el Cisne Negro), Calista Flockhart (Ally Mcbeal), Courtney Cox (Mónica en Friends) y Christina Ricci (Miércoles Adams) y Alain Delon y Sean Connery (007), la modelo Vanessa Paradis, el pintor Pablo Picasso, Marie Curie, Jiddu Krishnamurti, Juana de Arco, la astróloga Liz Greene, los ex dirigentes  Silvio Berlusconi y Ronald Reagan, el director de cine Stanley Kubrick (2001: una Odisea en el espacio, la Naranja Mecánica), y el futbolista Eric Cantona. Y Lilith en Aries: Albert Einstein, las actrices Scarlett Johansson, Meryl Streep, Sigourney Weaver y Kate Winslet, el camaleónico Gary Oldman (Chruchil), los cantantes Justin Beiber y Bruce Springsteen, Kurt Cobain, Prince y Sinead O’Connor, el DJ David Guetta, el pacifista Mahatma Gandhi, el fundador de Facebook Mark Zuckerberg, el pintor Vincent van Gogh, y el capo del narcotráfico Pablo Escobar. Santa Teresa de Jesús es un ejemplo de Lilith en aspecto con Aries.
 
Reconocimiento sin Ego
Dicen de las personas con Lilith en la I, o en Aries o aspectada a Marte, que pueden ser agresivas o tímidas, que son hábiles con la palabra, que pueden ser mansos o magnéticos, inmaduros, depresivos, incoherentes, o que pueden mostrarse muy sensuales, sexuales, embaucadores… Dicen también que ansían ser reconocidos, pero cuanto más lo intentan, peor les sale. Estos nativos han de aprender a mostrarse sin Ego si quieren ser “reconocidos”…; aunque paradójicamente este deseo pertenece al Ego. Y cuanto más Ego muestran, con más Ego se encuentran al enfrentarse a otros. O cuanto más necesitados se encuentran, menos recibirán.
 
La parte del arquetipo más conocida de Lilith es la de la bruja mala, la de una mujer vengativa y cruel, como la Maléfica del cuento de la Bella Durmiente. Pero esta figura también hace referencia a la consciencia colectiva, desde sus estratos más densos, también llamados bajo astral, hasta los más numinosos, incluso más allá de los arquetipos de ángeles. Un mundo intangible que, por serlo, es temido por todos aquellos que están desconectados de su cuerpo y de su sensibilidad, y por tanto, determinados por sus Miedos del Ego.
 
Lilith viene a liberarnos del yugo de la ceguera sensible a la cual nos ha condenado el sistema patriarcal, y para hacerlo, se hace necesario romper con las estructuras egoicas que nos hemos creado en los últimos 5 mil años…; y es evidente que eso tiene que doler, aunque sea un poco.
 
Según dónde uno tiene a Lilith en la carta natal, ese es el ámbito en el que uno viene a desmontar barreras egoicas, sea el individuo consciente o no de ello. En ámbitos más personales, como la identidad, comunicación o las emociones, se hace más difícil la presencia de Lilith, que cuando su energía se puede disipar a través de la actividad intelectual. Desde mi punto de vista, las posiciones más difíciles son la casa IV o Cáncer (el mundo de la familia y lo emocional), la casa I o Aries (la personalidad), la casa III o Géminis (la comunicación), y la casa VIII Escorpio (las memorias celulares y traumas de los ancestros), aunque en ésta última resulte menos frustrante que los otros tres. En artículos anteriores he hablado de las demás posiciones, y en éste toca abordar la casa I (y también extensible a Aries y en aspecto con Marte), que nos habla del Yo, de la personalidad o identidad, y de la voluntad de acción.
 
Buscando el punto medio
Cómo decía mi amigo músico, sin saberlo, Lilith en la I nos habla de la llama, la fuerza, del alma que quiere encarnar plenamente, pura, auténtica, expansiva, vital… Pero para lograrlo, la persona ha de madurar y desidentificarse de su Ego, y convertirse en un canal, ya que el alma tropieza con éste. La Energía de Aries es la fuerza del espíritu mismo que encarna con intensidad, con fuerza, para luego poder crear algo en la materia. Aries es impulso, dirección, identidad, y propósito.
 
Pero la dinámica de Lilith obliga a desarrollar una madurez suficiente como para sostener toda la energía acumulada durante tantas vidas pasadas. El nativo con Lilith en la I (o Aries y en menor medida en conjunción con Marte) posee una personalidad fuerte; tan fuerte como su espíritu, que quiere manifestarse a través del humano. Pero en cuanto se enfrenta a los demás, su llama inevitablemente activará e iluminará cualquier resto de identificación egoica que se ponga por delante. El resultado es que el nativo se encontrará en competición con los demás. Así, o bien desarrolla una personalidad más exuberante, dominante o manipuladora para no ser aplastado, o se retrotrae y se cierra para no exponerse a esto; o se refugia asociándose con otra persona, sobre la que desahoga su atención y, por tanto, la intensidad de su vivencia; o se esconde en su mundo mental.

Estas personas vienen de familias que han vivido situaciones de encierro (Piscis es el signo anterior) y opresión. Puede que hayan tenido que realizar trabajos forzados, que hayan sido esclavos, o que hayan estado confinados en una cárcel sin poder hacer nada. El resultado es la vivencia de que no hay lugar para expresar la voluntad individual, lo cual lleva a trascenderla y conectarse con una voluntad mayor, la del alma, que en el individuo con Lilith en la I (o en Aries o aspectado a Marte) pugna por manifestarse, libre de las identificaciones egoicas previas, que son las que la habían encarcelado. Esto es lo mismo que decir, estas personas tienen un deseo enorme, un impulso irrefrenable de Ser ellos mismos, libres de sus propias estructuras mentales y de los lazos emocionales que les conectan a los demás e impiden que sean ellos mismos. 
 
En definitiva, estos nativos vienen a forzarnos a que nos deshagamos de nuestras identificaciones egoicas para poder ser libres de verdad y relacionarnos desde el Ser (Lilith en la VII tiene una misión similar). Independientemente del grado de consciencia que se desarrolle, estos nativos, desde bien pequeños, no se sentirán reconocidos, no verán sus exigencias atendidas o no podrán mostrar su personalidad tal cual es sin encontrarse un enfrentamiento por parte de los demás.
 
Según la carta natal individual, el nativo puede de adulto mostrarse más introvertido y reservado, o todo lo contrario, más exagerado, exuberante o autoritario. Sea como fuere, encontrar el punto medio en el que uno encarna y canaliza el fuego del espíritu de manera magnética será el resultado únicamente de un largo viaje de desarrollo personal, a través del cual se alcance el equilibrio entre saberse singular, mostrando el brillo propio, sin creerse especial ni buscar ser reconocido. El pacifista Mahatma Gandhi es un buen ejemplo de sublimación de Lilith en la I, así como la actriz Meryl Streep y sus opiniones sociales y políticas en defensa de la mujer.
 
Diferencia entre Lilith en I, en Aries y en aspecto con Marte
Aunque en este artículo estoy equiparando, Lilith en la I, en Aries y en aspecto con Aries, no es exactamente lo mismo. Lo más intenso es tener Lilith en la I y en conjunción con el Ascendente, mientras que, si ésta se haya más cerca de la casa II, el efecto se refracta bastante. Lilith en Aries es igualmente intenso, aunque si no está en la casa del Ascendente, será en el ámbito de la casa en la que se encuentre dónde se hará notar. Si es en casa IV, puede ser muy parecido a Lilith en el Ascendente, aunque quizá no sea tan obvio. También puede afectar mucho la vida de una persona en casas III, VII y VIII, aunque se puede proyectar fácilmente sobre otros y no vivir como algo que le sucede a uno. Mientras que, en aspecto con Marte, la conjunción es el más fuerte, aunque puede afectar más a la voluntad que a la personalidad.
 
La reacción introvertida
Imagina nacer con la llama del espíritu fuerte en tu interior, pero a tu entorno le molesta o se siente muy incómodo contigo, y tu carta tiene mucha agua, es decir, eres una persona más receptiva y sensible. Cuando el Ego del otro se activa ante ti, puedes sentir que te anula, que te castra, que no te ve o reconoce. Como respuesta, te cierras. Pero si activas tu Ego, para demandar desde él haciéndote la víctima, algo que ves que los demás sí pueden hacer, te encontrarás con que el otro se cierra, te rechaza, o incluso te ataca.
 
Es frustrante y puede provocar una gran inseguridad, así como una evasión de la propia personalidad, bien a través de la identificación con otra persona o con grupos de personas. Así, el nativo puede dispersarse y dejarse determinar por los demás, de tal manera que su voluntad deja de ser suya. Es decir, en vez de vivir su identidad, vive la identidad ajena o la colectiva, con el consiguiente menoscavo de su propia iniciativa y de su autoestima. Me viene a la mente la frase de Santa Teresa de Jesús (Lilith en aspecto con Marte), “vivo sin vivir en mí”.
 
En cartas con más aire, la fuerza de Lilith se disipa en la actividad académica, en tener relaciones superficiales o a través de la comunicación. El nativo puede ser un intelectual, muy locuaz y prolífico en las relaciones, aunque mientras se siga tomando personal su identidad, todo ello lo hará huyendo de mostrarse tal cual es: leyendo o estudiando con demasiado énfasis, cotilleando o dispersándose en relaciones sociales o hablando sin parar. Pero en el fondo, sentirá que hay algo demasiado intenso e inadecuado en él. Inadecuado, no porque realmente lo sea, sino por temor a la reacción que la propia energía provoca sobre los demás, y porque desde pequeño vivió como otros le aplastaban o anulaban.
 
Aries y Marte también se relacionan con la acción, con el impulso y con la voluntad. Pero cuando Lilith los toca, el individuo introvertido tiene un profundo temor a las consecuencias de su voluntad o de su impulso, relegando su acción a una reacción o a cumplir demandas ajenas. Hace y hace, pero como consecuencia del deseo ajeno, y no tanto porque lo ha elegido. Por otro lado, cuando pretende ejercer su voluntad para crear un resultado determinado, tampoco le salen las cosas. ¡No son dueños de su voluntad! No es fácil desidentificarse de lo que uno hace, pero tiene que aprender a hacer por hacer, ya que hay algo mayor que no es su Ego (el Ser), que determina la voluntad de el nativo con esta Lilith.
 
Aries igualmente se relaciona con la rabia, emoción que en este caso se puede convertir en resentimiento. Y el resentimiento se convierte en depresión si no encuentra un cauce de salida adecuado, por ejemplo, a través del deporte. En algunos casos, la rabia se dirige hacia el propio cuerpo, y el nativo se autolesiona (como Vincent van Gogh), sufre bulimia (Calista Flockhart), se opera sin mesura (Michael Jackson), etc.  

La reacción extrovertida
En cartas más expresivas y extrovertidas, con más fuego o menos agua, Lilith muestra su cara más visible, quizá más conocida, ya sea para bien o para mal. Estos nativos pueden mostrarse como unos seductores, como Marilyn Monroe, Scarlett Johansson o Alain Delon, o pueden ejercer su voluntad sin escrúpulos (Berlusconi), o poseer una personalidad muy fuerte que influye notablemente sobre su entorno (Picasso). Pueden mostrarse exuberantes, magnéticos, muy sexuales, directivos, agresivos o incluso violentos y bestiales.  ​

Pero al igual que sucedía con la versión introvertida, su verdadera identidad no es lo que muestran, sino una identificación egoica exagerada, y a veces hasta descontrolada. Me recuerda a Darth Vader. No tienen un sentido claro de su identidad, aunque puedan aparentar que sí, y su reacción extrovertida es una mera distracción de un sentimiento más profundo de inadecuación e inseguridad…; aunque no sean conscientes de ello y proyecten este sentimiento sobre otras personas. Tampoco son dueños de su impulso, no deciden, sino reaccionan ante la vida o ante una fuerza mayor (Sith).

Hay muchos actores y músicos con esta Lilith. Es una buena profesión para estos nativos, ya que pueden esconderse detrás de personajes y disfraces, y al mismo tiempo irradiar personalidad. Un ejemplo de personalidad exuberante con Lilith en Aries es Prince, que terminó cambiando su nombre artístico por un símbolo, tras un conflicto con su discográfica por la autoría de sus canciones.  

Refugiándose en la polaridad
Es tan difícil sostener a Lilith en la casa en la que está, que la persona aún no lo suficientemente madura y que no ha desarrollado suficiente su mente y su capacidad de abstracción, tiende a "desatender" este ámbito y focalizarse en la casa contraria. En este caso, la casa opuesta de la I es la VII, la de las relaciones, los socios, los enemigos. Así, cuando se activa Lilith, el nativo "saldrá corriendo" de esta casa y se obsesionará con  su relación de pareja, o sus amigos íntimos, creerá que le están engañando, pensará que no le prestan suficiente atención, discutirá con sus socios, sospechará de sus clientes.... Aquí lo importante es darse cuenta de que se ha activado Lilith, y preguntarse que identificaciones egocias en la casa I son las que toca ahora soltar.
 
Lilith y el Perfume
Patrick Süskind, en su libro de El Perfume, narra la historia de un personaje que nació sin olor (podemos decir, simbólicamente, sin Ego), pero con un agudo sentido del olfato (detecta el Egos de los demás), que persigue crear el perfume más puro (conectar con la esencia del Ser), y así atraer el amor de los demás. Sin embargo (por su identificación egoica), esta tarea le lleva a asesinar a varias mujeres, y en última instancia, a morir por su propio éxito. ¡"Casualmente", Süskind tiene Lilith en conjunción con el ascendente!

Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de El Perfume, tiene muchos rasgos de Lilith. Desea seducir para que le vean, y se obsesiona con emanar un atractivo muy especial, magnético. Sin embargo, por mucho que se esfuerza, nunca siente que es suficiente. No se siente reconocido como alguien especial, singular. No siente que le ven cómo realmente es.  Para crear el perfume más atrayente, investiga sin descanso, apartándose de la gente. Su obsesión por destilar el perfume perfecto le lleva a asesinar compulsivamente. Al final del libro aparece una escena en la que el perfume que crea y lleva encima Grenouille impregna y afecta de tal manera a las personas en la plaza de la ciudad, que resulta en una gran orgía colectiva (Lilith y el sexo). Pero Grenouille termina devorado por su propio éxito de manera perversa y genuina. Esta suerte de justicia divina o equilibrio colectivo es también una manifestación de Lilith.
 
Sublimando a Lilith en la I
Lilith es intensa, y en especial cuando está sobre el Ascendente. Sean conscientes de ello o no, estas personas vienen a ayudarnos a desmontar el Ego y la creencia de que somos dueños de nuestro impulso y nuestra voluntad. Lilith en la I (y en Aries o en aspecto con Marte) quiere que nos alineemos con el Ser, con la llama de nuestro espíritu. El individuo portador de esta configuración no puede elegir lo que hace, no es dueño de su voluntad. Su egoísmo lo paga con una rabia que no puede controlar que, si es inconsciente, lo vivirá como un ataque hacia él (por la ley del espejo), y su victimismo se salda con resentimiento y enfermedad. En ambos casos sufrirá aislamiento y soledad.  

No puede tener lo que quiere. No puede dirigir el curso de su vida. No puede lograr lo que desea de otros si es para fines egoístas. Si no comprende esto, vivirá mucha frustración o pagará las consecuencias. Y si se siente frustrado y fracasado, la energía de Lilith le sobrevendrá con aún más fuerza. Entonces atacará o será atacado. Agredirá o se deprimirá.
 
El nativo ha de comprender que su personalidad y su voluntad están a merced de su alma, y que no necesariamente lo que él desea (su Ego) está alineado con ella. Por eso, lo mejor es desarrollar la fe en el que existe un propósito mayor, sea el que sea, y permitirse estar al servicio de éste, aceptando cualquier resultado, ejerciendo acción sin expectativas y sin entrar en frustraciones, ni victimismos.

Lilith en la I (y en Aries y en aspecto con Marte) ha de comprender que la clave es alinearse con su espíritu, con su Ser, convertirse en un canal de información Universal, y conectar con otros para co-crear una realidad mejor. Son guías, maestros, abren caminos. Son personas únicas y singulares, pero como de pequeños se vieron anulados o aplastados por personalidades fuertes, o se sintieron como bichos raros, inadecuados, tienen dificultad para sostener la fuerza de su alma.

Como siempre, mientras el Ego esté activo, Lilith en la I se llevará mejor dedicando su energía a comprender las cosas desde una perspectiva más amplia, y en especial, a ser consciente de cómo es el ser humano, o expresándose a través de un medio creativo. Asimismo, si la acción está al servicio de los demás de manera desinteresada, y el foco en los grupos o en la sociedad, la energía de Lilith se disipará de manera colectiva. Cuanto más impersonal y colectivo, mejor se lleva, y más magnetismo puede emanar el nativo.

Ahora, es muy importante no perderse en el colectivo, no servir para ser aceptado o pertenecer, no esperar resultados, y no exigir acciones o reconocimiento a nadie. Si tienes esta posición de Lilith aprende a reconocer en ti la fuerza de la llama de tu alma, de tu Ser. No busques ni esperes reconocimiento de nadie. Sólo brilla con lo que haces. Da desde lo mejor de ti, mostrando tu niño interior al mundo. Confía en que tu alma te guía, aunque no tengas ni idea de hacia a dónde vas. Se espontáneo, No eres carente. Sí te mereces fluir con la Vida porque llevas la energía vital para mostrar y guiar a los demás. Ofrece al mundo lo que tienes que dar, y si no sale bien, da igual, sigue dando sin esperar nada a cambio, tu alma es quién decide el camino. Sólo asegúrate siempre de que das desde el Ser y no desde el Ego, de que no esperas nada a cambio, y de no tener expectativas. Tampoco te pares. Haz algo, siempre en movimiento, siempre hacia adelante, pero sin perder tu centro de vista, sin perderte en el futuro ni en el colectivo.

¡Muéstrate desde tu niño interior, brilla desde tu Ser, y camina pasito a pasito, hacia adelante, hacia dónde tú sabes que hay que ir! Los demás ya te seguirán. Ese es tu camino.
 
Guiomar Ramírez-Montesinos
Psicoastrocoach
Lilith en Acuario, en la cúspide de la casa IV y en conjunción con Marte