En Astrología Cáncer es el hogar que habitas, es tu cuerpo, tu casa, tu país y el planeta entero. Es el abrazo Universal. Pero también es su ausencia, la falta de un lugar seguro en que habitar, el odio que ello genera, la inseguridad, el miedo y el terror de no tener un lugar que te acoja. La historia de mi mamá Mi mami tiene Plutón en Cáncer y ha vivido este extremo... Desde el bombardeo de su ciudad en la Segunda Guerra Mundial, salir del sótano de su casa, y ver que la única vivienda que quedó en pie en toda la manzana fue la suya, a la deportación a Siberia, donde malvivieron dos años; desde el encarcelamiento y asesinato de su padre, a dormir sobre un horno a -50°C en la estepa rusa. Viajando como nómadas, buscando el refugio que brindaban a los polacos los militares ingleses, quedar abandonada en un orfanato donde murió su hermano pequeño de malnutrición, a ser reencontrada por un familiar justo antes de que fuera enviada a la India. O vivir en un campamento militar en Palestina, y luego ser acogida en Inglaterra, donde estudió para ser profesora de Educación Física (su pasión era el baile), casarse con mi papá español y adoptar su nueva patria (nunca volvería a Polonia), lo que le llevó a viajar por todo el mundo (por el trabajo de mi padre), habitando diferentes casas y creando un hogar para todos nosotros en cada una de ellas. Por fin comprar una casa y empezar a crear un hogar, habitarla pocos años, seguir viajando, volver y vivir de alquiler, comprar otra casa, creer que es la definitiva, cambiarla 15 años después y empezar de nuevo, para pocos años después reexperimentar el miedo de que la Vida se lo puede llevar todo otra vez con una riada, volviendo a amenazar su estabilidad una vez más... Mi historia emocional Por todo esto, y porque mi madre fue rechazada por la suya al nacer (fue una decepción no tener un varón), ella no fue una buena madre a nivel emocional para mí (ella es Luna en Escorpio y yo Plutón-Luna) . [Desde mi Luna en Capri aspectada con casi todos los planetas, Marte-Lilith en la cúspide de la 4 aspectados con casi todo, Saturno y Quirón en Piscis 4-5 y mi Ascendente Escorpio con Neptuno en casa I] Me sentí rechazada, empujada, anulada por ella y por el odio de su campo energético. Lo que yo percibía como terror, miedo y desprecio en mí, eran las emociones que su cuerpo albergaba, pero su consciencia apartaba con la fuerza de un volcán. Fuerza que para ella siempre ha sido su pasión (bendita Luna en casa 9)... Desde pequeña me sentí odiada, rechazada, abandonada…. Me habitaba una soledad tan profunda, era tan intenso el dolor, que todos los días de pequeña rezaba porque Dios me quitara la Vida. En lugar de eso, y después de ser melancólica en toda mi niñez, luego sufrí tres depresiones, a los 18, a los 33 y a los 37, ataques de pánico, mobbing, y una intensidad de sufrimiento que siempre he sabido no era algo digerible para el común de los mortales. Ahora entiendo que sólo eran las Memorias Celulares heredadas, y que llevo 25 años liberando de manera más consciente, a través del deporte y mi propio trabajo personal. Un trabajo que, por cierto, empecé con 8 años yo sola, conmigo misma, aunque desde una mirada de autocastigo y penitencia (no tenía otras referencias). Si bien es cierto que todo ese dolor fue transmitido por mi madre, y por su madre, quien sufrió estrés postraumático (sé que vivió horrores con el ataque de los bolcheviques, y sospecho que fue violada), así como las mujeres de la familia de mi padre, y por mi padre y mi abuelo, dos hombres sensibles en tiempos donde eso se anulaba y castraba…, mi madre también nos dio unos regalos enormes…, desde su ascendente en Capricornio, fue una roca emocional, que si bien no me dio abrazos nunca, jamás mostró ningún desequilibrio emocional, nunca la vi llorar, rabiar, enfadarse, discutir…, y además fue capaz de crear una estabilidad para toda la familia de la nada y casi a espaldas de mi padre, un geminiano con muchas inseguridades escondidas debajo de una capa de cultura e intelectualidad honestas. Durante años pensé que mi madre era cruelmente egoísta, incapaz de empatizar. Me dolió mucho que no viniera a estar conmigo cuando sufrí mobbing, ataques de pánico y depresión en lo que fue mi penúltimo trabajo con nómina (llevo 17 años como autónoma también a nivel laboral). Pero no hace mucho descubrí que eso era lo que su alma intentaba enseñarme: piensa más en ti, ponte tú primero. Y de hecho, conforme he ido volviendo a mí, conectando conmigo, priorizándome a mí, y atendiendo a mi bebé interior, he ido sanando mi fragmentación del alma... Al igual mi madre, viví la mayor parte de mi vida disociada, pensando en los demás y ausente de mí, pero a diferencia de ella, yo fui recogiendo sufrimientos ajenos, que se sumaban al dolor de estar abandonada de mí. “No te quieres”, me decía mi ella. “La culpa es tuya, a saber qué haces mal”, me reprochaba, cuando buscaba su ayuda porque en el cole me hacían bullying… Nunca encajé con los demás (es Quirón a un grado de la cúspide de la 5 y aspectado a Saturno y Urano)... Mi hogar sanador
Llevo casi 25 años viviendo en mi casa, pero la siento como nueva y cada vez más hogar... Por todos los cambios que en ella he vivido... Mi casa me ha enseñado la importancia del deporte en mi vida: la bici, que me ha permitido expresar la rabia reprimida, Pilates, que ha fortalecido mi core, Yoga, que me ha ayudado a abrir mi cuerpo y soltar contracciones, soltar el dolor… Un dolor que pasó de ser emocional a ser físico (Sol y Luna en Capri), y que llevo 7 años trabajando también a través de masajes y otras terapias corporales como la bioenergética, la kinesiología, la acupuntura, además de la fisioterapia. Y por supuesto, una de las cosas que más me ha ayudado a mover el dolor son las Memorias Celulares (ya casi no tengo nada). Mi casa, mi hogar ha ido reflejando todos mis cambios desde que vivo en ella. Tanto es así que la siento como si fuera nueva, y sobre todo después de los últimos 3 años, en las que he ido redecorándola, repitándola y cambiándola por completo. Lo he hecho poco a poco, sintiendo profundamente cada objeto, cada mueble, cada color, eligiendo con consciencia... Y ese trabajo, ahora lo veo, me ha sanado profundamente... 🙏🏻 Cada detalle hecho o elegido con amor me ha ido tranquilizando, calmando, y me ha permitido conectar tan profundamente conmigo, con mi cuerpo y con mis emociones, mis Memorias Celulares, sanándolas, liberándolas… Primero me fui dando cuenta con el Feng Shui cómo mi casa reflejaba mis carencias, y poco a poco fui cambiando cosas, redistribuyendo, tirando o regalando lo que ya no me sirve o no me representa, repitando… Me asesoré en el Feng Shui con profesionales y leí lo que pude, pero los cambios los hice desde lo que fui sintiendo. A veces hice cambios bruscos, y luego me quedaba unos días mareada del meneo energético. Paralelamente iba tratando mi cuerpo con Shiatsu y acupuntura… La Medicina Tradicional China entiende el equilibrio de una manera holística que está a años luz de la comprensión occidental. Sanando mi desequilibrio en agua Comprendí mi desequilibrio en el meridiano de riñón (nací con él, lo heredé de mamá y mi abuela, quien perdió literalmente un riñón…) observando la energía de mi casa… Un día me di cuenta de que el hueco de la chimenea estaba abierto (no está bien construida y no se puede usar), y por allí entraba y salía el viento, la energía… Tenía en el salón un sofá grande que frenaba en flujo del Qi por la estancia… Llevaba años con eso así, y sabía que no estaba bien, pero fue un día en concreto y hace poco que realmente comprendí que debía cambiarlo. Así, después de cambiar las habitaciones, baños, terraza y cocina, le tocó el turno al salón… El salón es el corazón de la casa… Le llegó el turno a mi corazón. Como en la vida no hay casualidades, empecé a tratarme la debilidad en el canal de riñón con acupuntura, y a la vez, se rompió el termo de agua caliente solar, y el aire acondicionado/calefacción (entre otras cosas)... Lo que me permitió arreglarlo todo!! Y descubrí algo curioso…, que llevaba 12 años con el grifo de agua medio cerrado, y por tanto con un caudal escaso... , economizando sin querer en el flujo del agua… Ahora también entiendo por qué las cosas me iban lentas... Todo esto sucedió en el 2019, un año después de un 2018 donde la Vida me dio la oportunidad de sanar mi herida de abandono (no sin dolor, evidentemente). Sentí como toqué fondo, pero al mismo tiempo pude disfrutar del proceso, con consciencia y gratitud. Fue por eso que cree las cartas de los 40 pasos, para terminar de sanar el dolor transgeneracional que llevaba. Ahora ya he terminado de redecorar mi casa, ya está mi bonito salón, y cada rincón acogedor que me abraza cada día que disfruto de mi HOGAR. Ahora siento que habito en mí, en mi cuerpo, en mi hogar… Y eso me conecta con el AMOR, un AMOR inamovible, una base sólida, que yo misma he podido crearme, tal y como me enseñó mamá con su ejemplo… Mi casa me ha sanado, me ha dado la oportunidad de realizar esta labor para mí, me ha acompañado a lo largo de estos 2 años con paciencia, y ha visto cómo, poco a poco, he ido sanando mis heridas y las heridas de mis ancestros…. Heridas Humanas que todos compartimos... Y ahora me dedico a enseñar a los demás a conectar profundamente con ellos mismo y su cuerpo, a sentir, sanar y amar desde dentro...💖 … Te enseño a Vivir desde el Ser… 🙏🏻 Guiomar Ramírez-Montesinos Ser Humano
2 Comentarios
Lorena
13/2/2020 20:59:33
Hola, encontré tu blog por que buscaba acerca de las lunas y me gusta mucho tu forma de redactar, seguire leyendo tus demás publicaciones. Bendiciones
Responder
Guiomar
13/2/2020 22:48:16
Gracias, Lorena <3
Responder
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Mis librosCualquier reproducción parcial o completa de este artículo ha de incluir autoría
La AutoraCategorías
Todo
|