El otro día me tropecé con un vídeo de Roberto Pérez, conferencista internacional sobre ética, desarrollo personal, comunicación y trabajo en equipos, y valores del liderazgo integral, en el que hablaba sobre los niveles de conciencia. A través de su faceta como antropólogo y estudioso de culturas comparadas, ha investigado qué visión común global hay sobre el desarrollo de la conciencia o niveles de espiritualidad. En este vídeo describe estos niveles, pero a continuación, haré un resumen del mismo.
Tres niveles de desarrollo
En resumen, se puede decir que existen tres niveles de conciencia o desarrollo personal. Hay un nivel intermedio, que sería el nivel de conciencia Integrado, una inferior, el Alterado, y uno superior, el Ampliado. Tanto el inferior como el superior admitirían a su vez varios niveles por abajo y por arriba, respectivamente, dentro del mismo. La conciencia es la dinámica del espíritu humano e implica tres aspectos: la capacidad cognitiva, la volitiva y la emotiva. La cognitiva tiene que ver con los pensamientos, la volitiva con la capacidad de acción y la emotiva con las emociones. En el nivel de conciencia Integrada, estos tres aspectos están en coherencia, de tal manera que, a la respuesta de una de éstas áreas, siguen las respuestas de las otras. Esto no ocurre así en el nivel Alterado.
La conciencia Alterada. El niño inmaduro
En el nivel Alterado de conciencia se vive hacia afuera, de manera reactiva, y acumulando en una de estas tres áreas: conocimiento, emociones o cosas y acciones. Se gasta mucha energía para mantener esa continua acumulación, que sin embargo no repercute en un bienestar interno. No ayuda al equilibrio entre las tres áreas. Así, hay personas que acumulan conocimientos, por ejemplo, estudiando, yendo a cursos, leyendo, etc. Pero esto no se integra con el resto, por lo que no se traduce en una experiencia (nivel del sentir) ni en acción (nivel de la voluntad). Roberto Pérez distingue en este caso, por ejemplo, entre el conocimiento espiritual, que pertenece al nivel de conciencia Alterado, y la conciencia espiritual, que es propio de la conciencia Integrada. En el primero, lo acumulado a través del aprendizaje no repercute sobre las otras áreas, es decir, no hay coherencia, con lo que la persona no experimenta o siente, ni actúa en consecuencia con lo que ha aprendido. En el segundo, lo que se aprende, se experimenta y se vive en consecuencia. Para las personas del nivel Alterado de conciencia prima la cantidad por encima de todo. El sentido de valor está en función de lo que se posee, ya sean objetos, sentimientos o conocimiento. El hacer y el tener es lo más importante. Cuanto más tengo, más alto estoy en la jerarquía. Viven divididos interiormente por este acumular en una sola área y dedicar toda su energía al exterior, dependiente del afuera. Puede que uno tenga una gran capacidad de acción, pero no tiene espacio interior para lograr una unidad con el sentir y el pensar. Hizo mucho, pero no hizo bien. O puede que alguien estudie muchos cursos, pero al gastar toda su energía en acumular y no aplicar, sabe mucho, pero este conocimiento no le hace bien. O hay gente que vive en un torbellino emocional, y sin embargo, esto no les sirve para conocerse mejor ni para actuar. Los tres terminan en un vacío interior. Así, la vida se transforma en un problema a resolver, y se cree que la felicidad es la ausencia de problemas. Pero debido a que la atención está afuera, se cree que la culpa de que uno no sea feliz también está afuera. Y entonces, como uno no puede ser feliz, se queja de todo y vive pensando siempre en lo que le falta. En este nivel el otro es visto como un rival, un enemigo. Cuando te enfrentas al otro es cuestión de ganar o perder, así que uno vive a la defensiva y cuidando lo suyo. De esta manera se establece una conciencia individualista, hasta tal punto de que no se siente responsable de la consecuencia de sus actos. Si el otro no se supo defender, es su problema. No piensa en el bien común, sino en el beneficio propio. Para las personas en este nivel, la intensidad es sinónimo de velocidad. Vive corriendo y siente que un día ha sido intenso cuando ha logrado hacer muchas cosas. Su atención está tan centrada en lo inmediato, que viven sin metas. Atienden lo urgente, mientras que posterga lo importante. Todo "les pasa", y vive como si tuviese que agarrarse o defenderse de las cosas. La vida se vive como llena de casualidades frente a las que hay que estar atentos para aprovecharlas o defenderse. Si eres distraído, perdiste la oportunidad. Toda esta energía tiene su efecto sobre el cuerpo. Estas personas viven en un estado de estrés fuerte y somatizan en el cuerpo toda esa carga, con un pH ácido y a través de enfermedades y problemas. Su mirada está apagada. Sufren de anemia interior porque no tienen tiempo para nutrirse. Por eso solo hablan de lo que hacen y lo que tienen. Tampoco tienen control sobre su vida, ya que, debido a la preocupación por lo urgente, no administran bien ni su tiempo ni su energía. Por eso, si hay un aparato que pertenece a este nivel ese es el reloj. El tiempo es oro, y lo que importa es ganar tiempo y ganarle al tiempo. Es el nivel del Niño Inmaduro. Se queja de todo, quiere más, siempre está inquieto, le cuesta disfrutar y se rige por intereses. Estas personas dicen que sí a todo, aceptando los dictados de la sociedad consumista. Y al centrarse en el hacer y el tener, suelen también ser muy críticos de los demás. Cambiando de nivel El nivel de conciencia no es algo fijo, sino que nacemos en un estado de conciencia Ampliada, pero luego, entre los 3 y 4 años, merced al proceso de socialización, lo normal es bajar al estado de conciencia Alterada. Allí vivimos de manera reactiva, con la mirada en el exterior, hasta que algo nos sucede, una crisis, una enfermedad, un dolor, y empezamos a cuestionarnos nuestra vida. En esa primera mirada hacia el interior uno puede encontrarse con vacío y soledad. Además, las personas en un nivel Alterado, no comprenden a aquellas en un nivel Integrado. De hecho, piensan mal de ellas, no comprenden por qué no les importan las mismas cosas, y las ven como pasotas o vagas, o directamente sospechosas. Así, los primeros pasos vividos desde la coherencia del nivel Integrado pueden parecer solitarios, se tiene la sensación de vivir contra corriente, hasta que uno va descubriendo que hay mucha gente que también está en ese estado de conciencia. También se puede subir del nivel Alterado al Integrado a través del deseo, es decir, por admiración a gente que está en ese estado. Y es normal también que, cuando ya alcanzas un estado Integrado, o incluso Ampliado, puedas caer un día por algún acontecimiento, a un estado Alterado. Pero cuanto más afianzado estés en esos niveles, menos tiempo estarás en los niveles inferiores, es decir, más pronto recuperas tu equilibrio. La conciencia Integrada. El Maduro El cambio a este nivel se da por una decisión o por un darse cuenta de que se puede vivir de otra manera, en coherencia, más sostenible, y en unión con los demás. Este cambio de percepción se produce típicamente al enfrentar una situación límite. Para enfrentarlo no queda otra que interiorizarse y darse cuenta de que las cosas pueden ser de otra manera: que el tener y el lograr han de estar en función del Ser. Una persona en el nivel de conciencia Integrada tiene una mirada cualitativa, y aunque no desprecia la cantidad, ésta está siempre en función de la calidad. Ahora lo que realmente importa es la propia vida y conocerse a uno mismo, para cambiar lo que sea necesario. Hay coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer. Ahora ser mejor es sinónimo de ser coherente. Al salir de los niveles densos del Alterado, la persona se sutiliza, necesita comer y dormir menos, y el pH se hace más alcalino. Su mirada irradia luz. Ahora lo urgente se deja de lado y se atiende lo realmente importante. Ya no se vive reaccionando, sino eligiendo a qué atender en función de la propia coherencia y felicidad interior. Cuidar la coherencia y querer ser lo mejor para dar lo mejor de uno al mundo se convierte en el objetivo principal. La vida se contempla como una oportunidad para crecer. Hasta los problemas son oportunidades para conocerse y superarse. La persona se rige por sus valores, en vez de por el interés. En lugar de quejarse de lo que falta, disfruta de lo que tiene. Ya no se trata de ganar-perder, sino de dar y recibir. Lo importante es aprender y compartir. Al otro ya no se le ve como un competidor, sino como un compañero en la vida. Todos aprenden y crecen juntos. En vez de vivir a la defensiva, uno trata siempre ver de qué manera puede intentar acercarse al otro. De la conciencia individualista del Alterado, se pasa a la conciencia comunitaria. En este nivel uno se hace responsable de las consecuencias de sus actos. En el nivel Alterado, si tu conducta le afecta al otro, se ve como una debilidad del otro. Pero en el nivel Integrado, a uno le importa cómo su conducta afecta a los demás, y le importa que todos se beneficien. Ya no importa tanto el beneficio propio, sino el bien común. En esa mirada hacia el interior, uno empieza a pensar en su vida y qué sentido tiene. Ahora quiere conocer sus talentos y alinearse con su misión de vida. No lo sólo le importa ser mejor, sino también ayudar a que otros lo sean. Y empieza a compartir desde dentro. El aparato de este nivel es la brújula, que indica el camino, la meta. Las personas de conciencia integrada van en contra de la sociedad de consumo. Ya no dicen que sí a todo, sino que se plantean si las cosas son buenas para su crecimiento. Ya no acumula conocimientos, actividades o sensaciones, sino vivir en armonía con lo que piensa, siente y hace. Tiene control sobre su propia energía y su tiempo. La soledad para este nivel pasa a ser una necesidad. Es una oportunidad para reencontrarse con uno mismo, revisar lo que hay que cambiar, y mejorarse. Es el nivel de la conciencia Madura. Ya no critica a los demás, ni da consejos, sino que se limita a predicar con el ejemplo. Ahora, los de conciencia Alterada, esto lo pueden usar como inspiración o pueden criticarlo, limitando y condenando, porque no lo entienden. A pesar de todo, las personas del nivel de conciencia Integrado miran con amor a los Alterados, porque saben lo que es estar allí. El nivel Alterado es muy denso, y de hecho, hay una densidad que tira hacia abajo, hacia subniveles inferiores, cuando se vive desde la incoherencia. Pero desde el integrado, uno habita su centro, y desde ese centro, algo aspira hacia arriba, hacia el nivel superior de conciencia. La intensidad ahora es sinónimo de profundidad. Hoy fue un día intenso, no porque hice mucho, sino porque puse mucho amor y atención a lo que hice. La conciencia Ampliada. El Niño maduro El paso a este nivel desde la conciencia Integrada se produce en un salto. Un salto que obliga a soltar. La persona entra en el ritmo armónico de la vida, y para ello deja el control de su vida que adquirió en el nivel anterior. Fluye y se entrega. En el centro interior que se va ahuecando, empieza a surgir la experiencia de que “hay algo que me habita”, una fuerza, una energía, que da sentido a todo y que está en todo. Uno ya no está centrado en sí mismo, y empieza a percibir que hay algo más que da sentido a la vida y sobre el que puede descansar, como un hijo sobre su padre. Es el nivel del Niño Maduro. Más allá de la coherencia, la preocupación es ser íntegro para poder ser usado como canal. Pero no se trata de una resignación pasiva, sino de una entrega activa ante una providencia amorosa. Uno percibe la fuerza del amor que lo sostiene todo. Ya no se es individualista, ni siquiera comunitario, sino que se adquiere una conciencia sagrada de la vida, en la que uno siente la unión con todos los seres vivos, en una conciencia de red que une a todos. Ahora la meta no es lograr nada, sino el camino mismo que se recorre. Uno se desapega de los resultados por completo. Ahora lo que importa es estar presente, en vez de tener o ser. Por eso aquí la intensidad es sinónimo de espiritualidad. Ser espiritual no es mirar más arriba, sino mirar más adentro. Todo es sagrado y de lo que se trata es hacer especial lo que uno hace. Importa la calidez, y no la cantidad, ni siquiera la calidad. Importa que en el aquí y ahora uno sea un refugio para los que quieran estar a tu lado. Esta persona es un imán que atrae a los demás, es una luz que emana lo mejor de uno. Este nivel es aún más sutil que el anterior y hay mucha alcalinidad. La soledad es aquí una oportunidad para cargarse con la fuente. Y al tomar de aquí la energía, dejas de tomarla de los demás. Es más, uno se convierte en la fuente de energía de los demás. Uno ya no está pendiente de lo que los demás dicen o hacen, no necesita reconocimiento, ni siquiera afecto, ni le importa que le olviden. La persona con un nivel de conciencia Ampliado siente que cada uno da lo que puede, pero su fuente de energía es otra. La soledad es una experiencia energética. Es más, uno ya no está nunca solo porque siente siempre la unidad donde está. En este nivel la mente se amplia. La vida es un misterio continuo a descubrir. Siempre se quiere investigar. Se despierta la capacidad de asombro, y se vive sombrándose todos los días. El perfume de este nivel es la gratitud por todo lo que se tiene y vive. La gratitud es una actitud existencial como consecuencia de ser consciente de que todo está unido. Hay una gratitud existencial por la vida que es dada. Si en el nivel Alterado uno se cree dueño de todo, y en el integrado uno se da cuenta que no posee nada, pero es administrador. En el nivel Ampliado uno también administra, pero se siente cocreador, y que todo lo que uno es, es para ponerlo al servicio de los demás para que todos crezcamos. Ahora el otro ya no es un compañero de viaje, sino que todos somos hermanos. Aparece una sensibilidad hacia todo el mundo. El crecimiento del otro es mi crecimiento; el dolor del otro es mi dolor. Somos, no soy. A este nivel se vuelve a decir que sí a todo, pero no es un sí cualitativo, ni cuantitativo, sino un sí unificador. De todos aprendo. Todo es verdad. En este nivel de conciencia de unidad y totalidad, el aparato sería el GPS. Aquí os dejo una tabla resumen de los tres niveles:
Conclusiones
Conocer, comprender, el orden y el sentido de los niveles de conciencia nos ayuda a ubicarnos, a situarnos, y quizá a desear algo más, o al menos, afianzarnos en el nivel de conciencia Integrada. Este nivel corresponde al que yo llamo Vivir desde el Ser, que es el de la coherencia y en donde uno se alinea con su misión de vida. Saber hacia dónde dirigirse, en qué dirección apunta la brújula, nos ayuda a ver más allá del bosque consumista que nos rodea. Espero que este vídeo de Roberto Pérez y esta transcripción te ayude a ver dónde estás y dónde deseas estar. con amor Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga y astróloga
2 Comentarios
Mauro
8/2/2020 12:09:40
Muchas gracias, estaba buscando un resumen del vídeo y lo has hecho fantástico! Muchos saludos!
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Irma
30/8/2021 03:29:40
Gracias, gracias, gracias, excepcional bendiciones a donde quiera que vayas por preocuparte por dar tu tiempo y tu espacio.
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