Si hay algo que resume los últimos 5 mil años de patriarcado, es una dinámica traumática por la cual, en la pugna por el poder, los inocentes son oprimidos y maltratados. Es la lucha entre el que tiene el poder establecido y el que cree que tiene la razón al proponer los cambios. Esta pugna la podemos aplicar a todas las épocas, ya sea en el medievo o en la actualidad, y en todos los ámbitos, tanto empresarial, social, político, como en el hogar. No importa la dimensión, el color ni los protagonistas, en todos los casos, el sacrificado fue el mismo: el inocente. Dentro de cada uno de nosotros, se ha librado esta misma batalla, y el precio que hemos pagado es la negación de nuestro niño interior, el cierre de nuestro corazón. Imagina una pirámide, una jerarquía, en la que arriba está el rey, quien ostenta el poder. A la derecha su consejero, el que tiene la razón. Y debajo están los súbditos, inocentes, convencidos de que están siendo protegidos y cuidados. Imagina esa misma pirámide en un hogar, papá, mamá y los niños. Imagina una empresa, con el jefe, los sindicalistas y los empleados en la línea de producción. Imagina dentro de ti, tu necesidad de sentir que tienes control de tu vida, y tu necesidad de hacer algo útil y de provecho, y en lo más profundo, tu niño interior, tu inocencia, callada, aplacada, reprimida, suprimida, porque crees que así te adaptarás mejor a la sociedad. Tu corazón queda cerrado para poder protagonizar esta lucha arquetípica del patriarcado.
Plutón-Venus en aspecto simbolizan la bestia y la bella. Plutón se siente como una enorme fuerza destructiva, arrolladora, implacable. Venus no tiene ninguna oportunidad. Venus, que es pura apertura, puro amor, se cierra. Ante la fuerza de la destrucción, lo puro es apagado, sofocado. La frágil belleza de una flor no tiene nada que hacer ante la fuerza arrolladora de una manada de bueyes. Plutón-Venus es una angustiosa sensación de miedo que sobreviene ante un acontecimiento fortuito a partir del cual comprendemos en ese momento que la vida no volverá a ser igual. Se perdió la inocencia para siempre. Es la mujer que se esconde con su bebé en brazos, y le tapa la boca para que no llore, para que el hombre agresivo nos les oiga, pero sin darse cuenta, le sofoca hasta morir. Lo que quería evitar es lo que termina haciendo ella, y el horror de darse cuenta de la consecuencia de sus actos, y la terrible angustia de comprender que no hay vuelta atrás, son tan tremendamente insoportables, que la mente, propulsada por un cóctel adrenalínico, apaga el corazón y se enrola en un viaje de excusas y explicaciones, en el que la culpa sirve como mecanismo de defensa y separación. Yo y el otro. El malo y el bueno. Plutón es el agresor y Venus la víctima. Y ambos se olvidaron que el bebé murió por su enfrentamiento. Los efectos de un corazón cerrado La consecuencia de este desencuentro entre Plutón y Venus en nuestra sociedad es la negación de los sentimientos y la exaltación de la voluntad, lo que nos ha llevado a los enfrentamientos de los Egos, y a la máxima expresión de esto, las guerras. Sobre todo en ambientes competitivos como en las grandes ciudades, las personas están tan desconectadas de su corazón, que viven su vida desde la mente, negándose sentir al considerarlo algo primitivo. Creen que basta con dirigir su voluntad y que se puede prescindir de cualquier emoción que no convenga. Pero también temen explotar en ira, la violencia y cualquier manifestación descontrolada, propia o ajena, de emociones. Como ejemplo de esto, me llama la atención las películas o series de acción (échale un vistazo a la cartelera de Netflix) en las que los personajes se muestran serios, rudos, fuertes, fríos y totalmente insensibles, como si eso fueran rasgos ejemplares!! Por el contrario, la depresión y la ansiedad son vistas como debilidades, las sonrisas y la dulzura son cosas de niños pequeños, y la rabia es negada o proyectada sobre colectivos políticos, étnicos o religiosos, a los que se rechaza. No me sorprende que las personas que viven de esta manera, con su corazón totalmente suprimido, teman que los robots algún día se apoderen del mundo. Ya que, al negar su corazón, niegan sus emociones y su dimensión espiritual, haciendo comprensible que no se puedan distinguir de un autómata. Otro efecto es que, al no tener el corazón abierto, no pueden sentir a los demás. Al estar cerrados, no solo no pueden disfrutar de lo enriquecedor que es un intercambio de información a nivel energético con otro ser humano, sino que necesitan pruebas directas de sus vínculos, como que la pareja demuestre de manera patente su amor diciendo “te quiero” o mediante manifestaciones de celos. Los aspectos arquetípicos del patriarcado y los Miedos del Ego Hay otros dos aspectos arquetípicos del patriarcado, además de Plutón-Venus. Las tres combinaciones describen las energías que son la base de las dinámicas del patriarcado que gestaron los Miedos del Ego. No es que determinen éstas, cuando aparecen en una carta, los Miedos del Ego de un individuo, sino que constituyen el escenario que permitió el despliegue de estos y, por tanto, la creación de los Egos. Uno es el de Urano-Luna. Urano es como un rayo que fulmina, es el trauma y el corte repentino, mientras que la Luna es la madre, el clan y el país natal. Es el exiliado que emigra y se encuentra como extranjero en otra tierra. Esta combinación también habla del trauma que hace que el alma de un niño salga de su cuerpo. Cuando aún somos pequeños, el alma no está bien cogida al cuerpo, de tal manera que, ante un acontecimiento brusco y repentino, ésta se sale. La conexión entre alma y cuerpo es frágil y se sostiene a través de las relaciones: el individuo se esfuerza por acoplarse a las proyecciones de los demás. Esta combinación es la que de manera arquetípica describe la dinámica del Miedo al Rechazo. El otro aspecto es Neptuno-Marte, que es como el siervo cuya voluntad personal no pinta nada, sino que está completamente sometida a algo mayor, como el rey o dios. Es el sacrificio del propio deseo o la entrega sacrificada del trabajo. Si con el aspecto anterior el alma estaba débilmente conectada al cuerpo, en éste la conexión es prácticamente inexistente. Representan a esas personas que actúan como zombis o autómatas y no son dueñas de su vida, sino que viven dirigidas por la consciencia colectiva y sus vaivenes, o a las que viven en un mundo ilusorio y les cuesta conectar con la realidad. Esta combinación describe la dinámica del Miedo al Abandono. Plutón-Venus es diferente. El alma no se desconectó, sino que quedó atrapada en el cuerpo, sofocada. Sostener el alma y todo su potencial en el cuerpo pero sin expresar implica incorporar una gran cantidad de energía, que si no se le da un cauce creativo, puede provocar situaciones dramáticas, violentas o enfermedades. Describe el Miedo al Descontrol. Con el fin del patriarcado y el inicio de la Era del Ser, desde que Saturno entró en Capricornio, uniéndose a Lilith, y el Sol estaba en conjunción con Plutón y Venus, ha llegado el momento de sanar estas heridas, y en especial la del Miedo al Descontrol, el drama más “in-corporado” y denso de los tres. Cuando Plutón-Venus se libra de su particular yugo, integrando el nivel de experiencia que implica enterrar el corazón, la fuerza transformadora de Plutón queda al servicio del corazón. “Me abro a mi transformación, y desde mi apertura, con el corazón abierto, tengo el poder de abrir y liberar a los demás”, dice esta combinación cuando la dimensión personal por fin se abre para recibir la transpersonal. Asumiendo la apertura del corazón El proceso de apertura de consciencia es doble. Primero es la mente que, al vibrar más rápido, puede acceder a realidades más sutiles, más allá del Techo del Ego. Y en segundo lugar, es el cuerpo el que tiene que ampliar su nivel de consciencia para sostener la ampliación de la mente. En este proceso, necesariamente surge la sombra -siempre primero como una sensación-, la cual está asociada a una emoción no agradable. Abrir el cuerpo duele, porque duele el Ego cuando rompe sus cristalizaciones. Para la mente que acaba de dar n salto de consciencia, de alcanzar un punto de percepción más allá, toparse ahora con la sombra resulta decepcionante -cuando se ignora la realidad de este proceso necesario-. Da la impresión de estar dando un paso hacia atrás. Este proceso, que no es más que una Prueba del Techo del Ego, es necesario para liberar memorias celulares e identificaciones egoicas. Si comprendemos profundamente la sencillez de este proceso, en vez de volver e cerrarnos al activarse los Miedos del Ego, permitimos que la memoria se exprese a través de nuestro cuerpo y que la energía salga, fluya y se libere (ver Memorias Celulares). Así, podemos empezar a integrar Plutón-Venus y abrir el corazón para liberar el alma. Esta labor la estamos haciendo ya a nivel colectivo a través del trabajo personal de aquellas personas que resuenen con este conflicto arquetípico. La Humanidad está conectando con su niño interior y abriendo el corazón. La apertura de corazón es el fin de las identificaciones egoicas que llevan a una cristalización de las relaciones en roles, y el principio de una nueva forma de relacionarnos, desde el Ser, desde el corazón, desde lo más puro que somos. Ya podemos sentir al otro desde el corazón con simplemente proponérnoslo. Ya hemos comprendido que el poder del corazón es el más poderoso de todos. Mucho más que el de cualquier bestia cruel. Sólo un corazón abierto puede comprender profundamente, desde la compasión, que detrás del más cruel de los actos de cualquier humano hay un niño muy asustado y solo. Esta conexión pura es capaz de derribar todos los muros que el Ego en su defensa ha erigido. Te invito a que lo compruebes. La próxima vez que te descubras enganchándote desde el Ego en una discusión, prueba poner tu intención en conectar desde el corazón. Para, siente, suaviza tu tono de voz, abre tu corazón, escucha…. Y mira a ver qué pasa. Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico
5 Comentarios
Oriol Comellas Jodar
29/9/2020 21:24:46
Hola! Yo abrí el corazon!! Tengo conjunción venus-pluton y cuadratura urano-luna. Curiosamente yo identifiqué mi herida como miedo al abandono. De todas formas he resonado mucho con tu escrito. Creo es una buena faena para la humanidad. Gracias!
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patricia
4/11/2020 14:05:37
Muy buenas!!! me gusta la diagnosis!!! yo me encuentro en las tres heridas!! oleeee!!! así que siempre he estado bastante perdida sin saber qué era el tsunami de emociones que sentía... cual coctel molotov... también me he sentido desconectada de mi misma y de la realidad y también me he sentido frustrada (rabiosa) con enfermedades varias y enrolada en el drama!! así que mi tozudez de repetición me ha llevado a reconocer y reencontrarme con escenarios ocultados... y el estar aquí y ahora, trabajando el desapego, me ayuda a que los sucesos repentinos no sean tan duraderos en su dolor y sufrimiento... y entregarme a lo que me mueve, me libera de estar por y para otros... siento el servicio como algo elegido y no impuesto...
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Jesús Bautista Fernández de Sanmamed Marina
11/4/2021 12:41:05
Pues llevo 2. Plutón cuadratura venus y marte oposición neptuno. Y por supuesto tuve miedo al descontrol (que poco a poco voy superando) y miedo al abandono.
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Guiomar
12/4/2021 07:14:55
Un abrazo, Jesús
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Jesús
22/9/2023 18:28:48
Que bonita tu transformación. Espero sigas en ella.
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