Vivir desde el Ser es mi proyecto educativo-divulgativo para acercar herramientas prácticas y entendimiento que nos ayuden a Vivir desde el Ser en un Mundo en Red. Además del blog, estoy escribiendo un libro y ofrezco clases y talleres de conocimiento y crecimiento personal. El ser Humano ha recorrido un trayecto muy largo desde que teníamos un estilo de vida nómada y desde que habitamos cuevas. Pero ya en aquel entonces comenzamos a desarrollar nuestra mente, un instrumento tan maravilloso como a veces traicionero. Hoy en día aún poseemos un rasgo que entonces nos sirvió para empezar a pensar, y eso que ya hace mucho que no lo necesitamos. Se trata de la sensibilidad a los cambios en la meteorología. Hace miles de años eran los miembros más débiles, los ancianos, los que sentían que algo malo iba a suceder cuando se acercaba un frente de tormenta. El cielo estaba azul, pero el mal presentimiento les impulsaba a reunir al clan y a buscar un lugar seguro, un refugio. Esto ha sido tan bueno para la supervivencia de la sociedad humana, que aún hoy en día personas mayores, o aquellos que han sufrido una enfermedad o depresión, pueden atestiguar cómo cuándo va a cambiar el tiempo, se sienten mal, y lo único que quieren es reunirse con los suyos, moverse y quedarse en casa. Pero este maravilloso rasgo no desapareció cuando empezamos a habitar cuevas y ya nos encontrábamos dentro del refugio cuando aparecía la tormenta. Pero cuando el cuerpo no corre, lo hace la mente. Así comenzamos a desarrollar la imaginación, y con el tiempo y el lenguaje, desarrollamos el pensamiento. El pensamiento no es más que la huida de sensaciones que asociamos con peligros de manera inconsciente, así que físicamente nos creemos seguros, pero subconscientemente reaccionamos con la huida. Poco a poco, empezamos a huir con la mente más y más, como si escapáramos de una cueva a otra cada vez más profunda. Es así cómo surgieron todos aquellos mitos que hablan sobre los infiernos y los reinos del submundo, ubicados en lo más profundo de las cuevas. Que no son más que un paralelismo del infierno mental producido cuando huimos con nuestra mente de la cueva, a la cueva, a la cueva,… Este desarrollo de la mente y su capacidad de pensar nos llevó a dominar el fuego, y así mantener la ficción de que, gracias a la luz, el reino de los submundos no nos atraparía… Pero hace 8mil años, esta Era de miedo dio lugar al neolítico, gracias al empuje de la mujer, quien inventó la agricultura. Y comenzó una Era de energía femenina (de unir, crear y sentir) que duró unos 5.300 años (coincidiendo con el calendario Maya). Durante ese período, se desarrolló una sociedad igualitaria, en torno a la figura bidimensional, que no era sino el reflejo, la cristalización, de la organización social de aquel entonces. No sólo nos reuníamos en torno al fuego en círculo, sino que se inventó la rueda y se crearon monumentos ceremoniales con forma circular. Durante esta Era desarrollamos la conciencia de pertenencia. 5mil y pico años más tarde, gracias al empuje del hombre que empezó a aventurarse hacia tierras lejanas para intercambiar víveres y productos, obligado por la presión demográfica que resultó de la Era de la Comunidad, la organización social bidimensional dejó de ser suficiente para sostener a la sociedad y nos empezamos a organizar según una estructura tridimensional, el triángulo. Construimos las primeras ciudades, nos volvimos jerárquicos y patriarcales, y empezamos a cristalizar pirámides por todo el mundo, como un reflejo de esa organización social imbricada en la estructura de nuestro cerebro. Había iniciado la Era del Comercio, 5mil y pico años regido por energía masculina (dividir, actuar y pensar), que han servido para transformar la materia y desarrollar la conciencia del intercambio a todos o niveles, pero también para crear los Miedos del Ego. Los Miedos del Ego son tres, porque tres son las energías básicas de la naturaleza (expansión, contracción en intercambio – esto lo vemos claro con los tres primeros signos del zodíaco: Aries, Tauro y Géminis), y porque tres son las necesidades para mantener la cohesión de la manada. A saber, la necesidad de pertenecer, la de intercambiar y la de que exista un orden en el grupo. Pero en la última Era, que empezó alrededor del 3mil antes de Cristo, estos rasgos se convirtieron en los Miedos del Ego, ya que el hacinamiento de las ciudades, junto a las leyes necesarias para mantener su funcionamiento, nos hicieron cobrar consciencia de nuestra individualidad (antes sólo teníamos consciencia de grupo). De repente nos sentimos separados de los demás, y eso nos produjo mucho miedo. Si tienes miedo de un animal, en cuanto huyes se te pasa. Pero si tienes miedo de tu vecino, o de tu padre, ya no puedes echar a correr porque tu supervivencia está en juego si huyes. Así pues, la mente empezó a correr y correr como nunca, generando separaciones e individuos, gracias a los miedos sociales, los tres Miedos del Ego: al abandono, al rechazo y al descontrol. Pero hace unos 100 años, gracias al empuje de la mujer, primero con las sufragistas que demandaron el voto femenino, luego las mujeres que descubrieron su independencia después de las Guerras Mundiales, más la invención de la píldora anticonceptiva y la generalización del divorcio, este último siglo ha visto cómo las jerarquías más básicas primero, las familias, y luego las estructuras piramidales de las empresas, se han ido desintegrando poco a poco. Y así, diciembre 2012 supuso un punto de inflexión que marca el inicio de una nueva Era. La jerarquía ya no sostiene la organización social. En un mundo globalizado, la organización social es en red, una figura de 4 dimensiones que hemos empezado a cristalizar en todos los ámbitos, no sólo está internet, sino también las redes de distribución, de transporte, de contactos, etc. Hemos iniciado la Era del Ser, de energía femenina (unir, crear y sentir). Ante nosotros se abre un Mundo en Red maravilloso en el que deberemos aprender a Vivir desde el Ser, desde lo más auténtico y mejor de nosotros, para ofrecer nuestros talentos para el bien común. Para aprender a Vivir desde el Ser hemos de romper nuestras viejas estructuras mentales que aún nos mantienen anclados en el patriarcado, hemos de atravesar el Techo del Ego, y para ello hemos de aprender a ser consciente de qué manera podemos el poder fuera: la culpa, el tiempo y el creer que alguien nos tiene que dar permiso, reconocer o ayudar para ser nosotros mismos, son los mitos, representados en astrología por Saturno y Capricornio, que hemos de disolver para empoderarnos, atravesar el Techo del Ego, y construir la base del nuevo Ser. No es fácil romper el Techo del Ego, nuestras viejas creencias y enganches emocionales, y más si no somos conscientes de la ilusión en la que vivimos porque nuestro Ego aún no ha madurado lo suficiente en eso horno que en astrología está simbolizado por el signo de Cáncer. Creemos que somos individuos únicos que tenemos por misión buscar el placer y la satisfacción personal; como si aspirásemos a ser adolescentes en una fiesta eterna. En realidad vivimos de manera reactiva, sin tomar decisiones conscientes, sino reaccionando a las situaciones y personas que la vida nos pone delante. Somos muy previsibles desde la inconsciencia, y no hay nada original ni auténtico en reaccionar. La meta es empezar a ser conscientes y proactivos para Vivir desde el Ser, pero el camino es desestructurante; al fin y al cabo se trata de romper todas tus estructuras mentales; lo cual equivale a que se rompan las murallas de la ciudad y nos encontremos fuera. Nos da mucho miedo estar fuera, porque tenemos miedo a darnos cuenta de que no estamos dentro de nosotros mismos. En nuestro camino de desarrollo personal nos podemos sentir desorientados y separados de las personas que conocíamos, y ellos nos pueden ver como si nos estuviéramos desintegrando o volviendo raros… Pero en realidad lo que sucede es que estamos renaciendo para Vivir desde nuestro Ser, una vida más plena y libre, más auténtica, y en la que la felicidad vendrá de poner lo mejor de nosotros al servicio de los demás. Desde el Ser nos hacemos conscientes de que somos energía, y mucho más de lo que podemos sostener en nuestro cuerpo. Por eso proyectamos trocitos de nosotros sobre las personas y sobre el escenario de nuestra vida (bien reflejado en el mandala de nuestra carta astrológica), creyendo que las cosas nos pasan, nos ocurren, sin entender que es nuestra energía, nuestra esencia la que provoca experiencias para aprender. Pero Energía = Identidad + destino. Y esto quiere decir que a mayor autoconocimiento, menor el destino. Cuanto más nos conocemos, menos estamos al servicio del destino, más proactivos y más capacidad para crear nuestra realidad. Desde el Ser también nos hacemos conscientes de qué manera el otro no es más que un reflejo de mí, una proyección. No nos relacionamos con otras personas, sino sólo con nosotros mismos, ya que la forma de relacionarse es de cada uno. Al otro, a no ser que estemos alineados con nuestro Ser, ni lo vemos. Una relación desde el Ser es una relación consciente, en la que entiendo de qué manera yo he dado al otro una mochila que es mía, hasta que llegue el día en el que me pueda hacer cargo de ella, de las sombras y los talentos que hay dentro de ella. Por eso el otro no es más que un mensajero mío, con el que pacto entre vidas para que me traiga aquello que necesito en ese preciso momento para crecer, desarrollarnos y conocernos mejor. Nuestra evolución personal no es independiente de la evolución del colectivo. Nos une la conciencia colectiva o campo morfogénico. Un campo que reúne toda la información empaquetada, es decir, todas las polaridades resueltas e integradas en la conciencia, el resultado de todas las experiencias de las que la conciencia ha aprendido. La conciencia es información no dual, integrada, empaquetada gracias a la energía femenina. Mientras que el subconsciente contiene toda la información no empaquetada, transmitida por la energía masculina. Esa información es activada en nosotros a través de nuestras memorias celulares. De esta manera se activan las experiencias duales, para que podamos experimentar todas las polaridades necesarias hasta integrar la información. Una vez integramos la información, ésta pasa empaquetada a nuestra conciencia individual y también a la colectiva. La próxima persona que ponga la intención en solucionar la misma polaridad, automáticamente baja la información disponible en la conciencia colectiva, y por eso le resultará un poco menos difícil. A su vez, con su integración, enriquece la conciencia colectiva. Llega un punto de masa crítica, a partir del cual el aprendizaje se produce en el resto de la sociedad casi de forma automática. En mi libro, que espero sacar dentro de este 2016, y en mis cursos y talleres, ésta es la información que desarrollo para que podamos comprender con perspectiva el momento histórico en el que estamos y hacia a dónde nos dirigimos en este Mundo en Red donde hemos de aprender a Vivir desde el Ser. Hablo también del viaje de la mente humana y cómo hemos creado nuestra sensación de separación, nuestras emociones y nuestros miedos. Y sobre cómo madurar nuestro Ego para que sea un instrumento eficaz para comunicarnos en estas tres dimensiones, atravesando el Techo del Ego, dejando atrás los Miedos del Ego y aprendiendo a ser proactivos. La manera que mejor podemos aprender sobre nosotros mismos es a través de nuestras proyecciones, de las mochilas que entregamos a todas nuestras relaciones y de los mensajes que tenemos para nosotros mismos. El libro, los cursos y talleres son prácticos, llenos de consejos, herramientas y propuestas de fácil aplicación. Sólo hace falta querer y tener constancia. Y por supuesto, no puede faltar la astrología, que a través de pinceladas sobre la energía de los signos podemos comprender mejor el sentido de las fuerzas inconscientes que nos condicionan pero también nos impulsan a sacar la mejor versión de nosotros mismos. “El aprendizaje es el camino. Y el camino es para toda la vida. Nunca dejes de estar fascinado por descubrirte y descubrir a la sociedad y al mundo que te rodea.” Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga y astróloga y aquí os dejo la presentación del vídeo...
1 Comentario
Fátima guisado gomez
25/1/2016 11:59:46
Gracias por este texto tan maravilloso que has ofrecido,y es todo tan verdadero que le puedo decir que he vivido,muchas de las cosas que se mencionan,ya que el otro somos uno mismos y somos espejos los unos de los ojos con la proyección de aprender de nuestros propios fallos y errores,esa es la manera que tenemos y hemos venido a aprender y desaprender al mismo tiempo,aunque parecezca contradictorio, y lo que enviamos al otro desde lo mas profundo de nuestro ser nos lo estamos enviando a nosotros mismos,por eso hay que tener especial cuidado con nuestros deseos y proyecciones,un saludo,le deseo mucha paz,
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