Una seguidora me ha lanzado el reto de escribir algo sobre el coronavirus y cuál es mi perspectiva desde el punto de vista astrológico. Llevaba ya unos días pensando en cómo abordar el tema porque, la verdad, no está tan claro… No, la parte astrológica, sino la mundana, la tridimensional… Me gusta poder comprender primero, a un nivel más práctico o científico, antes de opinar, pero después de consultar varias fuentes diferentes, hay muy poco que queda claro… Busco cifras en internet y, en lugar de datos claros, hay estimaciones, proyecciones y especulaciones, y lo único que me queda claro es que, hay un virus que llaman coronavirus (un tipo de SARS), la epidemia empezó en Wuhan, una ciudad China con 12 millones de habitantes, han muerto alrededor de 2.000 personas y, como la gente viaja mucho y este país es un destino de moda, hay personas en otros países con síntomas. La OMS muestra su preocupación porque parece ser más contagioso que la gripe común, aunque en la mayoría de las personas sólo provoca tos seca, y porque no se sabe qué puede pasar con este virus.
Los medios de comunicación están encantados porque pueden hablar de algo menos aburrido y menos trillado que la política, y añaden su típico tono sensacionalista porque, cuanto más excitan al público, más venden (por ahora). Nadie dice que hay que tener miedo, pero sí que no hay que tenerlo…. Pero ya sabemos lo que pasa si te digo que no pienses en un elefante rosa… Mientras, mascarillas desaparecen de los hospitales, en los medios surgen imágenes de orientales enfundados en plástico y calles vacías en China, y mensajes con todo tipo de consejos sobre lavarte las manos circulan por las redes… Hay quien dice que no es para tanto, y otros aseguran que no se puede jugar con la salud de la gente, y hay quien piensa que es un ataque a los chinos porque se están convirtiendo en los líderes de la economía mundial… O quizá lo que se está contagiando es el miedo al coronavirus, aunque personalmente no conozco a nadie que lo tema. Seguro que habrá, pero no sé de nadie. Más bien me da la sensación de que la gente como que “respeta” eso de que hay que informar sobre cómo evitar contagios, pero es como que lo hacen por educación o por moda, sin mucha convicción. Algunos hay que están más convencidos de que hay una amenaza, aunque no queda del todo claro cuál es…. Hace unas semanas se tuvo que suspender el Mobile World Congress de Barcelona, porque las grandes empresas americanas dijeron que no iban a enviar a sus empleados a España, por el riesgo del coronavirus… ¿¿¡WTF?!? … Otros dicen que lo que realmente temían era de la presencia de la tecnología 5G de los chinos… (no por la radiación, sino por la ventaja tecnológica). Y luego, me pregunto, ¿qué ocurre con todas las demás amenazas del planeta, desde el Cambio Climático, a la venta de armas para alimentar guerras, pasando por el patentado de productos alimenticios, o el procesado de alimentos, y todas las enfermedades que eso crea, o la sociedad de consumo y las patologías mentales que de él derivan, o el bullying y jóvenes que se quitan la vida...? ¿O quizá es que como ya hemos oído hablar mucho de esto nos hemos inmunizado...? Qué se juega a nivel astrológico En fin, a nivel astrológico toda esta confusión empezó con la cuadratura Marte-Neptuno, seguido del sextil Júpiter-Neptuno, la conjunción Mercurio-Neptuno y Sol en Piscis. Neptuno rige Piscis, signo que nos habla de lo colectivo. Neptuno es difuso y poco claro, y no tiene límites ni fronteras. Marte es el guerrero, y junto a Neptuno puede hablar de una amenaza colectiva de origen o efecto incierto. Júpiter es como una lupa que amplía todo lo que toca, y además se relaciona con los viajes y el extranjero, y ese Neptuno que ya venía influenciado por Marte, ahora es amplificado y propagado. Mercurio es la comunicación, y cuando se junta con Neptuno, y además en Piscis, aparece el engaño y la confusión. Pero no olvidemos que todo lo que sucede este año ocurre en el contexto de la conjunción Saturno-Plutón en Capricornio. Estos dos planetas con mala fama por su dureza, son como dos grandes jueces que están escrutando los cimientos de nuestra sociedad patriarcal (Capricornio), junto al Nodo Sur, que es la Cola del dragón, dando sus últimos coletazos en este signo, nos llevan a examinar nuestras creencias y sobre qué principios estamos basando nuestra vida, tanto individualmente (que seguro que ya te has enterado a nivel personal cómo te están moviendo el piso estos tránsitos), como colectivamente, a nivel de países e instituciones. Hay que recordar que estos pesos pesados planetarios están terminando de desmontar el patriarcado para que podamos entrar en la Era de Acuario el año que viene. En este sentido, y en lo que refiere a la crisis de moda de este principio de año, quizá nos lleve esta situación a plantearnos la información que nos dan los medios, el papel que ejercen los gobiernos en esto, ¿para qué sirve la OMS -o ya de paso cualquier otro macro organismo burocrático-, si no puede con algo tan pequeño?… ¿O para qué sirve un gobierno, si no atiende a sus ciudadanos? ¿Qué utilidad tiene ya el patriarcado [nuestro sistema de creencias], si esas creencias no me ayudan, no me dan seguridad, no me permiten crecer, y no puedo ser YO con ellas? Adiós a la codependencia En el último mes y pico también se ha constelado una configuración astrológica muy interesante, que de paso nos prepara para el inminente ingreso del Nodo Norte en el signo de Géminis, y las lecciones que aprenderemos del eje nodal Géminis-Sagitario. A principios de febrero hubo una Luna llena en Leo, signo que nos habla del brillo personal y la singularidad. A esto hay que sumarle Lilith, que acababa de ingresar en Aries, otro signo de fuego individualista, uniéndose a Quirón, el sanador herido, y haciendo un semisextil con Urano, que acababa de ponerse directo. Lilith es el lenguaje del alma, y lo que necesita es sinceridad, autenticidad y nada de Ego. En Aries, no soporta ser atrapada, encarcelada. Con Quirón, le duele la imposibilidad de hacer lo que quiere, y con Urano, revienta o crea cortes inesperados. Así que, si este principio de año te has divorciado, separado, perdido una relación o algo similar, y no entendías el por qué… Que sepas que no es personal, sino que los planetas se han puesto de acuerdo para sabotear nuestra manera codependiente de relacionarnos. Es decir, nuestro deseo de libertad y autenticidad, estos días puede más que nuestros apegos e inseguridades. Hasta ahora, y durante todo el patriarcado, hemos sido muy codependientes. Nos cuesta ser individuos soberanos y sostenerlos desde nuestra singularidad. A cambio, dependemos de los demás para todo. Necesitamos del permiso, la opinión, el reconocimiento de otros, y nos da seguridad saber que el otro se acoplará al rol al que le hemos metido. Se dice que un amigo está allí para cuando tienes que vomitarle (más o menos) tus problemas encima… Eso es codependencia… Al igual que también lo es preocuparte por lo que siente el otro, porque no te gusta sentirte mal. Aprendamos a gestionar nuestras emociones, antes de echarlas encima de otra persona, y tomar acción productiva, en vez de reaccionar. Pero bueno, aunque no te lo hubieses planteado, esto es lo que hay activo ahora, y de alguna manera u otra, te estará afectando. El coronavirus también está remarcando esta codependencia que tenemos. La preocupación y el miedo, que son virus mucho más pandémicos, ponen en evidencia nuestra propia inmadurez emocional: aquellos que tienen miedo no es por un problema real, sino por una información sobre algo que puede que algún día cause algún efecto que no se sabe qué será, pero por si acaso (OMS dixit… más o menos). Al igual que codependientes somos porque estamos todos conectados, ya sea por los viajes de avión o por el comercio chino. El lejano oriente ya no está tan lejos, y el mundo se ha hecho mucho más pequeño. Para bien y para “mal”. Somos seres codependientes que hemos de aprender a ser independientes y soberanos, pero a la vez estamos todos conectados en este pequeño planeta que habitamos, y nos toca ser plenamente consciente de esta conexión. Si nos dejamos llevar por el miedo, no podremos ver ni sentir esta maravillosa unión con todo ser viviente. Si nos obsesionamos con el coronavirus microscópico, perderemos de vista el marco macro que es todo el planeta y su ecosistema, y haremos oídos sordos a las Greta Thunberg y otros jóvenes que están aquí para crear consciencia de unión, cuidado, respeto y singularidad. Y si tienes miedo a un virus, porque tienes miedo a la muerte, quizá debas plantearte si no será que no estás viviendo tu vida, tu misión, tu pasión, sino que estás entregado a lo que se supone, según el patriarcado, que tienes que hacer. ¿Eres o perteneces? Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoach
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