Nuestra misión en la vida, independientemente de lo que aportemos a los demás, pasa primero por nuestro desarrollo personal: aprender a ser consciente, proactivo y dueño del propio destino para poder crear nuestra realidad. Este camino puede implicar, si el empeño evolutivo es lo suficientemente fuerte, repasar las mismas lecciones una y otra vez, aunque en cada pasada le demos un nuevo giro de tuerca y abarquemos una amplitud que se expande más allá de nuestro Ego personal, primero, luego la familia, la sociedad, la humanidad, conforme nuestra consciencia hace lo propio, entendiendo que formamos parte de un todo al que le hemos de prestar servicio para el bien común. ![]() No somos seres humanos en búsqueda de nuestra espiritualidad, sino seres espirituales (consciencia) viviendo una experiencia humana. Esta experiencia humana es dual y nuestro objetivo es integrarla en el Ser, percibiendo toda nuestra vivencia polar de esa energía que “nos hemos propuesto experimentar”. La Consciencia es información empaquetada El Universo en esencia es información. La Consciencia es información “empaquetada”, se expresa en vibración y se propaga a través de la energía. La Consciencia es una singularidad, y como tal, se sostiene a sí misma gracias a la armonía que le es inherente... Nassim Haramein, genial físico teórico autodidacta explica en su Resonance Project (aquí el enlace al Facebook es español) la organización del Universo, demuestra cómo el vacío se subdivide a sí mismo para crear la singularidad y configura la expresión geométrica de ésta en su teoría sobre la Geometría Sagrada y los Campos Unificados. Os recomiendo ver los vídeos emitidos a través de la Caja de Pandora: http://www.lacajadepandora.eu/nassim-haramein/ La Consciencia no puede sostener información no empaquetada, es decir, dual. Sin embargo, la experiencia en la Tierra, junto con otros seres humanos, lleva a dejar muchos cabos sueltos y muchos círculos sin cerrar. Al morir, la información no empaquetada es vehiculizada por la energía en el campo morfogenético que es el subconsciente colectivo. Pero esta información, al ser incompleta, no vuelve a la consciencia. Al encarnar, nuestras células asumen una parte de esta información no empaquetada, conformando lo que se llama memoria celular. Ésta hace de contenedor de esa información hasta que la activamos para experimentarla. Si no logramos comprender, cobrar consciencia y resolver la dualidad, es decir, cerrar el círculo, se genera karma y habrá que volver a revivirla. Si conseguimos, sin embargo, cerrar el círculo, la información queda integrada (no dual), y por tanto empaquetada. Como tal, el paquete pasa a formar parte de la consciencia colectiva, y estará disponible para otras personas que generen la intención de trabajar el mismo aprendizaje, facilitándoles el camino. Al mismo tiempo, ese paquete pasa a la Consciencia individual, haciendo que ésta cambie su frecuencia vibratoria. Este mecanismo explica también cómo la Consciencia individual está imbricada con la colectiva, y de qué manera una afecta a la otra. Para daros una idea, decir que no es posible que una única persona se desarrolle mucho más allá de la media, ya que su labor de servicio en la forma de trabajo con el karma colectivo se encuentra con el límite entre el disfrute y el sacrificio… Pero esto sería tema para otro post…. Guiomar Ramírez-Montesinos Krogulska Psicóloga y astróloga
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