¿Quieres aprender a aquietar tu mente? ¿Quieres que te cuente un truco para estar más presente y más conectada con el fluir de la Vida? Pues primero te voy a explicar por qué no estás conectada contigo misma. Verás, resulta que esa cabecita que pirula sola y no para es lo que llamamos Ego, y es directamente proporcional a tu desconexión con tu alma, tu Ser. Así que el objetivo es conectar el alma con el cuerpo plenamente para estar presente y Vivir desde el Ser. Pero, ¿por qué estás desconectada? Pues muy sencillo, porque mamá no pudo conectar tu alma con tu cuerpo cuando eras bebé. Te explico, en un mundo perfecto, la mamá está cien por cien conectada consigo misma, y de esta manera es capaz de estar cien por cien conectada con las necesidades de su bebé, acariciándole, reconociendo su singularidad, llamándole suavemente por su nombre, para que así su alma, a lo largo de los primeros dos años de vida, puede ir progresiva y suavemente conectando con su cuerpo.
Pero esto no ocurre (me atrevo a decir) nunca, porque mamá tiene algún tipo de desconexión, mayor cuanto mayor el trauma transgeneracional heredado (en las Memorias Celulares). Así, en la medida que ella está desconectada, no posee la sensibilidad necesaria para percibir lo que su bebé necesita, con lo cual no lo puede “atender” en todas sus necesidades. El resultado es que el bebé hereda, no sólo las Memorias Celulares, sino también un patrón de desconexión, de falta de cuidado, que será la base de todos los patrones y carencias de su vida posterior. Por ejemplo, si mamá no da de mamar a su bebé cuando éste tiene hambre, porque está ocupada, porque no tiene leche, porque no percibe su necesidad, de mayor será un adulto que ignora esta necesidad. Además, tendrá la expectativa que otro sea el que se dé cuenta de su necesidad y la satisfaga, porque en su cuerpo y cerebro se quedó grabado la carencia más la necesidad, como un eterno anhelo que jamás puede ser satisfecho. Una pescadilla que se muerde la cola. Experiencias que se pueden tener con esta carencia son, que tu pareja no se de cuenta de lo que necesitas, que tus amigos se olviden de invitarte a cenar, que nadie acierte en darte un regalo, que tu jefe no aprecie tus esfuerzos por hacer las cosas bien… Y así todas las insatisfacciones y frustraciones de nuestra vida. Podemos hacer años de terapias, de desarrollo personal, de yoga y meditación, pero la base de la desconexión viene de cuando eras bebé, por lo que la reconexión completa jamás podrá venir de algo externo. Las buenas noticias son que es mucho más fácil reconectarte tu misma de lo que creías. Te cuento…. Se trata de aprender a reconocer las carencias en la atención de tus necesidades fisiológicas (comer, beber, pipí, caca, abrigo, descanso, ritmos…) y de nutrición/conexión (las palabras que te dices a ti misma, la calidad de lo que ingieres, las emociones y energías a las que te expones), y empezar a atenderte como si fueras un bebé, a hablarte con la ternura que necesita un recién nacido, y ser proactiva en darte y satisfacer tus necesidades básicas. Aprende a tener sed y a beber, a no aguantarte las ganas de ir al baño, a tener tiempo para ti y prestarte atención…, y siempre con las palabras más dulces y tiernas para contigo. Si quieres saber más: Conectando con el Cuerpo Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoaching
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