El tiempo no existe como algo lineal, es solo una ilusión. Podemos crear un tiempo nuevo, o mejor dicho, una nueva línea temporal, más creativa y con menos carga que aquella que ya tenemos tan manida. Es algo que la mayoría hemos hecho alguna vez, aunque sea de manera inconsciente, y que otros han malinterpretado sus síntomas, impidiendo el cambio, y volviendo a los mismos problemas de siempre. Un poco sobre el tiempo Cuando no somos conscientes de los patrones que nos gobiernan, reaccionamos. Estos patrones, que se definieron en nuestra infancia, nos hacen repetir las mismas experiencias una y otra vez. ¿Por qué siempre te encuentras al mismo tipo de hombre? ¿Por qué tus amigos te decepcionan de la misma manera? ¿Por qué no consigues salir de tu zona de confort? Repetir nos da seguridad. Es instintivo. El bebé repite y repite los mismos movimientos, el niño ve la misma película una y otra vez, porque de esta manera siente que hay algo estable, algo permanece. Y si algo es siempre igual, entonces puede desarrollarse. Pero repetir es vivir en el pasado, y la evolución tiende al cambio. Si te quedas en tu zona de confort, siempre repitiendo, terminarás apático, sin energía, depresivo incluso. Por equilibrio, reaccionamos a este estado con rabia, y esta fuerza nos impulsa hacia adelante. Oscilamos entre la tristeza y la rabia, entre la repetición y el impulso de avanzar. Lo hacemos tanto individualmente, como frente a otros. Esta misma dinámica sucede también entre las relaciones, de tal manera que uno se vuelve apático mientras que el otro reacciona con rabia, uno es víctima o inútil, y el otro se enfada o critica… De esta manera evolucionamos, avanzamos…, aunque sea dentro de una misma línea temporal. En otras palabras, siempre desde el momento presente experimentamos sobre una línea temporal reaccionando ante el pasado, creando así un “futuro” que reafirma y amplía el pasado. No importa si estás mirando al pasado (tiendes a la tristeza) o hacia el futuro (tiendes a la ansiedad), siempre es la misma película, basada en el mismo patrón, que se repite una y otra vez. Y cuanto más futuro proyectas, en más pasado ahondas. Nuestra vida basada en esa línea temporal es un gran fractal sobre un mismo patrón aprendido en los primeros tres años de vida; un patrón que se repite hacia adelante y también hacia atrás (transgeneracional, vidas pasadas…). Proyectamos nuestro futuro en base a carencias de nuestra infancia. Carencias que hemos hecho nuestras, pero que en realidad son una suma de las de nuestros padres, quienes a su vez heredaron las suyas de sus progenitores. Así que imagina lo agotado que puede estar el modelo. Te digo más, si cuando miras hacia el futuro lo percibes con mucha ansiedad, es que ya has repetido tu línea temporal demasiadas veces. Cuanto más repites, más ansiedad. Creemos que la ansiedad es porque tenemos miedo de los peligros que acechan, y buscamos asegurar el devenir comprando una casa, un coche más robusto, pagando un médico privado y contratado seguros. Pero en realidad, la ansiedad es porque intuimos que por el surco tan trillado que caminamos ya no quedan muchas más opciones. Nuestra proyección de futuro (en base a un pasado agotado) no encuentra reflejo y esto nos inquieta. Podemos crear nuestro futuro…, hasta cierto punto. Si proyectamos el devenir desde un pasado caduco, nuestro futuro no se adaptará a los cambios que han sucedido alrededor, en el mundo. Aunque sea inconscientemente, todos podemos intuir si nuestra visión encaja o no en el futuro, aunque se malinterprete. Nostradamus y otros profetizaron caos para esta época en la que estamos viviendo, porque no fueron capaces de adaptar su visión al cambio mundial. Nostradamus no pudo ver más allá de la época de las estructuras y la organización de la época medieval que le tocó vivir, totalmente inmerso en el patriarcado. Si todo tu mundo es jerarquía, es normal que percibir un planeta interconectado y veloz, un Mundo en Red, te parezca un caos.
La línea temporal y la política Creamos nuestra evolución sobre una línea temporal a base de enfrentamientos. Avanzamos hacia el futuro, enfrentando el pasado. La mejor manera de ver esto es a través de la política. La derecha se enfrenta a la izquierda, y vveversa, y así juntos pretenden avanzar. Se necesitan mutuamente para crear futuro expandiendo la línea temporal en la que están encerrados (a la vez que amplían el pasado con la memoria histórica). Pero este futuro que crean está llegando a su límite de expansión. El modelo de esa línea temporal se está agotando. La izquierda tiene valores que se relacionan con el pasado, con el no querer cambiar. A nivel emocional, estos valores se relacionan con la tristeza o la depresión, emociones de energía centrípeta (femenina), hacia adentro, que hacen de refugio, como la culpa, el apego, el sentimiento de ser inútil, de no poder, o la obligación. Por eso defienden a los más vulnerables del sistema, buscando la unión de los trabajadores. La derecha, por su parte, tiene emociones que se relacionan con el futuro, con una energía expansiva (masculina), que tienen que ver con la ansiedad y con la rabia, y que incluyen la impotencia, la frustración, el deseo de ser especial, o la búsqueda de superación, entre otros. Por eso su política es más individualista, deseante y ambiciosa. No estoy diciendo que uno sea mejor que el otro, sino que ambos forman parte de una misma realidad, comparten una misma línea temporal. La derecha es lo que es porque se enfrenta a la izquierda. Sin ella, no tendría la energía de enfrentamiento que es la que usa para mirar hacia adelante. La izquierda también defiende sus valores y políticas por oposición. Ambos se necesitan para existir. Y cuanto más “futuro” creamos, simultáneamente, creamos también más pasado: se ahonda más en el pasado y en las reivindicaciones históricas. El problema que vemos ahora con la política, es que ese enfrentamiento ya no tiene ningún sentido. La percepción de la población está cambiando. Ya no hay tanta polarización en uno u otro partido, sino que la mayoría se está dando cuenta que son la misma cosa, son parte de un mismo sistema, y estamos dejando de apoyarlo porque está caduco. Ahora, traslada todo esto que acabo de plantear al tema, por ejemplo, de las relaciones de pareja. En vez de un partido de izquierdas, tenemos a una mujer, que siente culpa o se cree inútil, se deprime, y frente a ella, su pareja, que siente rabia y desde la frustración le reprocha. No hay víctima ni verdugo en esta historia, sino dos personas enfrentadas que de esa manera “avanzan”, expandiendo su línea temporal, en base a un pasado inamovible y un futuro definido y predeterminado. Pero esta cuerda ya no se puede estirar más, ya no puede expandirse en más futuro. El modelo está caduco. Cómo cambiar de línea temporal Estamos viviendo una época fascinante. Un cambio de Era, desde el patriarcado a un Mundo en Red, en la que todos los modelos que han estado vigentes durante los últimos 5 mil años están quedando desfasados a la vez. Estamos dejando atrás una forma de crear futuro basado en la expansión de líneas temporales pasado-futuro, creadas mediante el enfrentamiento. Y estamos empezando a cambiar a un presente en el que nos acompañamos para co-crear futuro desde un instante presente, y no desde el pasado. ¿Cómo podemos realizar este cambio? Creo que muchos ya lo hemos experimentado, aunque sea de manera inconsciente. Creo que se trata de entrar en el hábito de crear varios de estos cambios de línea temporal para poder flexibilizarnos lo suficiente como para poder soltar cada vez más la influencia del pasado y sus patrones. Este cambio ocurre de forma natural en cada uno de nosotros, el problema es que cuando empieza, nos resistimos, y es la resistencia la que evita que podamos vivir la transformación. A continuación, describiré la dinámica de cómo entramos y conectamos con un cambio de línea temporal. La idea es que, reconociendo el proceso, será más fácil aceptar el cambio. Cuando una línea temporal se está agotando, nos genera presión, bloqueo, desasosiego. La energía se estanca y hay un momento de bajón energético. Por inercia tendemos a huir de este punto porque nuestros valores culturales nos llevan a la acción y a la resolución, más que a la contemplación. Pero es precisamente en ese estado en el que puedes realizar el cambio. En lugar de huir de esta sensación de bajón, casi tristeza, quédate contigo mismo y observa todo lo que sientes. Observa como tu mente o tu cuerpo quieren impulsarte a que hagas algo, observa cómo tus pensamientos oscilan entre aquellos que te generan tristeza y otros que te impulsan al movimiento. Siente lo que sucede en tu cuerpo. Conecta con la soledad, pero no la amplifiques, es decir, no te cuentes películas sobre lo desgraciado que eres por no tener a nadie quien te comprenda. En realidad, esta sensación no es personal, ya que absolutamente todo ser humano en el planeta, los 7 mil millones que somos, tiene esta herida de desconexión. La paradoja es que en el sentimiento de soledad estamos todos unidos. Todos somos iguales.
Sigue profundizando en esa sensación. La mente se aquieta (por esto ayuda aprovecharse de momentos de baja energía. Observarás un sentimiento de resignación, rendición y de que nada importa. Es cierto, nada importa. Al menos no cómo nos lo habíamos planteado hasta ese momento. Quédate en es este momento. Nada importa. Toca fondo. Entonces te puedes plantear, “si nada importa, ¿que me impide a mí crear el futuro que yo quiera?” ¡Nada! En ese preciso instante es cuando creas una nueva línea temporal. En ese momento, una dicotomía que permanecía en tu psique, y que se reproducía en sucesivos conflictos en tu vida, deja de existir en antagonismo porque puedes ver cómo se combinan ambos factores de esa polaridad para crear tu instante presente, a la vez que comprendes que ese presente es perfecto. La línea temporal se cierra y te quedas durante unos segundos en un punto neutro.
Cada vez que haces uno de estos giros, partes de una visión de pasado nueva y más sintética. Con la práctica, tu psique no necesita la “seguridad” de la referencia al pasado para crear su futuro. Poco a poco podrás crear tu futuro sin pasado. O mejor dicho, co-crearlo. Este futuro se crea en el vínculo con el otro (ya hablaré de esto en otro artículo… aún no sé cuándo lo co-crearé :-P ). Si quieres ampliar más sobre este concepto, te recomiendo el libro de “Inteligencia Planetaria” de Eugenio Carutti (también hay varios vídeos en YouTube). Un ejemplo de cambio de línea temporal Una mujer, que lleva años en su trabajo de desarrollo personal, ve cómo una circunstancia familiar parece reavivar la herida provocada por tener una madre que no supo cuidar de sus cinco hijos (el padre se divorció de ella y tampoco fue ayuda en este sentido), los cuales hubiera preferido no tener. Una herida sobre la cuál ha llorado y elaborado muchísimo, pero que le vuelve a replantear su propio rol como madre. Si ella no fue querida como hija, ¿de dónde puede obtener la referencia para ser ella misma buena madre de sus hijos? ¿Por qué no puede entregarse incondicionalmente a ellos como debe de ser? Llegó a consulta con este desasosiego. Oscilaba entre su propia sensación de inutilidad (emoción de izquierda) a echar la culpa a su marido con rabia (emoción de derecha, posicionando al otro como izquierda). “¿Me acompañas?”, le dije, y le llevé su atención hacia ella misma, para centrar su energía, evitando que eche culpas fuera o que se sienta culpable. Pusimos el foco en su pasado y la vivencia con sus propios padres, y en especial, la madre. Resignificamos su experiencia: le demostré que en realidad tener unos progenitores que no ejercieron su rol de padres tiene mucho sentido. Ella tenía que experimentar el agotamiento de un modelo. Tenía que vivir en su propia piel el sinsentido de “ser padres, como la sociedad espera de uno”, en vez de ser padres que acompañan a sus hijos desde el corazón. Sin esa infancia que le tocó vivir, ahora no sería una preocupación para ella educar de otra manera, más integra, más coherente, en la que su felicidad es tan importante como la de sus hijos. De repente, todo tenía sentido, su pasado, su presente y su futuro. Es un instante liberador, creativo, en el que durante un momento todo es posible. Elige ahora, “qué futuro quieres crear?, ¿cuál es tu nueva definición de madre? Y esta nueva visión es la que abre una nueva línea temporal… Te invito ahora a que reflexiones sobre cuándo has tocado fondo en tu vida y cómo ha sido. ¿Qué cambios hubo después? ¿Cómo cambió tu percepción sobre tu realidad? Te invito a que sientas tu soledad en tu momento presente hasta quedarte con la mente en blanco y casi sin energía. Resignifica tu pasado. Toca fondo. Permítetelo. Entonces, ábrete a todas las posibilidades, y elige una nueva línea temporal, dónde el futuro no es el resultado de aquel enfrentamiento que ya has integrado. ¿Me acompañas? Guiomar Ramirez-Montesinos Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico
4 Comentarios
camila
10/3/2021 03:59:11
maravilloso !!!!
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Maria Del Carmen Ugarte
9/12/2021 01:59:28
Muchas gracias por ayudarme a clarificar.Me asusta sentir y me escondo en la racionalidad.Pero ya no quiero mas repetir esos mecanismos.Es mi primer contacto contigo.Entrare en tu pagina para conocerte mejor.Gracias
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Carolina
30/3/2023 18:23:58
Maravilloso, gracias por la explicación!
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Carolina Urrutia
30/3/2023 18:27:29
Lo había leído ya, y vuelvo nuevamente a leerlo después de haber visto tu último video sobre Plutón en Acuario y el cambio de líneas temporales. Gracias Guiomar 🙏 Me gusta como para seguir profundizando. Me gustó que hayas puesto el ejemplo de la mamá con los 5 hijos y el agotamiento del modelo de cómo ser mamá (cómo había sido ser mamá en el pasado, en su pasado, en su transgeneracional ).
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