El 45º presidente de Estados Unidos es alguien que no deja indiferente a nadie. Para los que creemos en la importancia de una Humanidad unida, podemos llegar a sentir miedo o tristeza, y para otros, ver a un loco en La Casa Blanca puede ser muy divertido y buena manera de cargarse el sistema. Trump no es causalidad. Es fruto de su generación y de una sociedad que ha llegado al límite de sostenibilidad del patriarcado. Trump viene a cargarse el patriarcado, al igual que Hitler transformó la visión que teníamos del Mundo. Puede que el camino no sea bonito, pero nos ayudará a poner en evidencia todo lo que ya no sirve, y contribuirá a que la Humanidad abra su corazón para abrazar a los diferentes y a que nos alineemos con nuestro Ser. El undécimo signo del zodíaco nos lleva más allá de las formas y las normas. Acuario es lo nuevo, el futuro, la unión entre personas diferentes, es vínculo. Pero también es la rebeldía, es el trauma, y es rompedor de viejas estructuras. Acuario es eléctrico, chocante, y capaz de estar en varias cosas a la vez. Es un rayo de información que baja desde los cielos, un relámpago que puede fulminar los circuitos de quien lo recibe si no está preparado. Acuario es locura y es lo que se sale del molde. Acuario es el arquetipo del genio, del loco, del visionario, del científico y de todo aquel que conecta con las vibraciones del futuro, mucho antes que los demás. Acuario se afirma en sus diferencias, aunque es parte de una comunidad o sociedad. Para Acuario, el reconocimiento social va unido a la pertenencia al grupo, y de tan importante que para él es, suele sentirse rechazado, en un eterno dilema entre traer lo nuevo y ser uno más, aunque sea perteneciendo al colectivo de raros. Acuario no soporta estar encasillado en sus relaciones, y cualquier persona con mucha energía de este signo puede pecar de ser demasiado libre y desapegado. Y es que el aguador, que está más allá de las formas y leyes capricornianas, nos habla del momento en el que nos liberamos de los roles y etiquetas para ser nuestra versión más auténtica, lo que a su vez nos lleva a canalizar “la información del Universo” para co-crear un nuevo orden, junto a otros que también están alineados con su Ser. El acuariano Trump La energía de Acuario también puede ser rompedora, para bien, o para mal si el ambiente que le rodea está estancado o muy regido por las formas -aunque a la larga siempre trae un futuro mejor-. Y el mejor ejemplo que tenemos estos días es Donald Trump. El presidente de Estados Unidos es muy acuariano, aunque su signo solar sea el ambiguo Géminis. Lo que lo convierte en acuariano es que su Sol está conjuntado con Urano, el regente de Acuario, mientras que su Luna está en oposición a estos dos, lo que además le confiere una fuerte energía de este signo. Además, su ascendente es Leo, por lo que en la casa VII tiene Acuario, es decir, sus relaciones son acuarianas, o en otras palabras, el espejo que ve frente a él le devuelve un reflejo de lo nuevo, progresista, rompedor y de relaciones en red. Trump es doblemente interesante por la paradoja que alberga, ya que su Luna está en casa IV, la de Cáncer, lo que indica que es una persona que tiene mucha resistencia a evolucionar, que prefiere no cambiar y quedarse como está. Además, esa Luna está en Sagitario, que le da ese pronto de “las cosas son así porque lo digo yo”. Una Luna muy fanática. A esto hay que sumar su Sol en casa X, la de Capricornio (el patriarcado), que en su estado de desarrollo más básico es muy rígido y autoritario. Y para rematar, Saturno, el regente de Capricornio, está en la casa XI de Acuario. Así que, aunque Trump tiene mucho de Energía de Acuario, a su estructura psíquica más primitiva le cuesta mucho asimilarla, por lo que se comportará de manera más rígida, buscando además la aceptación, ya que toda su carta rezuma a que su mayor herida es el rechazo. Debido al dolor emocional que ha ido acumulando durante toda su vida, ha ido cerrando su corazón hasta convertirlo casi en una piedra. Pero toda esa energía acuariana, tarde o temprano, entrará como un rayo y pedirá ser expresada... Y en primer lugar lo hará desde el espejo de los otros: serán los grupos sociales quienes le pongan delante su energía de lo nuevo, de la red, de la unión entre diferentes..., tal y como ya hemos empezado a ver con las manifestaciones de mujeres. Un niño que se sentía separado de los demás Como todo buen americano que se precie, Trump es hijo de una inmigrante escocesa, y su abuelo, quien llegó a las Américas desde Alemania e hizo su fortuna con hoteles que hacían las veces de casas de citas. Su padre también prosperó en la tierra prometida, comprando y vendiendo propiedades a la clase media. Donald, ha seguido con el legado familiar, pero con propiedades de alto standing, casinos y hoteles de lujo. Con el Sol conjuntado a Urano en Géminis y en casa X (la de Capricornio), además de Saturno en Cáncer en la XI, el padre de Trump era alguien, para él, autoritario, severo, estricto, a la vez que negociador y alguien adelantado a sus tiempos. De niño, con esa Luna en Sagitario y casa IV, habría sido bastante feliz, correteando a sus anchas dentro de un entorno seguro, aunque desde bien pequeño sufriría la separación de su madre, y le faltaría su cariño. El cuarto de cinco hermanos, seguramente tendría más relación con estos, y alguna conexión (puede que una “lealtad” transgeneracional) con un abuelo (Sol-Urano), más que con sus propios padres. Acostumbrado a hacer lo que le apetecía de pequeño, pronto las durezas de la vida empezarían a hacer mella en él. Tiene a Escorpio en la cúspide de la IV, con Lilith en Sagitario en esa misma casa, lo que presagia circunstancias duras, incluyendo muertes o finales desgarradores de relaciones familiares e íntimas, algo que luego se repetiría como adulto con su sonado divorcio. El joven Donald, seguramente más bien un niño alegre y dicharachero, huiría del rechazo que se encontraría en su hogar (ascendente Leo y esa energía acuariana protagonizando su carta), buscando refugio en el grupo de iguales, entre sus amigos. Pero Saturno en la XI no te lo pone fácil, y menos con ese Urano-Sol y el ascendente Leo. Una y otra vez, intentando pertenecer, de la misma manera que de pequeño intentó que su padre le hiciera caso (imagino que se tiñe el pelo de rojo porque ese es su color natural, un color que en biodescodificación significa, “papá, mírame, reconóceme)... Tiene una combinación de signos y planetas que dicen que siempre será el diferente, el raro, que siempre sentirá el rechazo de los demás... Se defendió antes esto comportándose como el rebelde, el indisciplinado. Fue expulsado del colegio de Queens por su mala conducta, y los padres le ingresaron en una academia militar para ver si se disciplinaba. Las consecuencias del dolor de un corazón roto Como no podía ser de otra manera cuando alguien sufre siempre el rechazo y se ve diferente, se enamoró de una extranjera, una esquiadora y emprendedora checoslovaca llamada Ivana Zelnícková, que conoció en Nueva York. En 1977 se casaron. A partir de su matrimonio, su fortuna empieza a dispararse. Pero en 1992, Ivana pide el divorcio. A este duro golpe sentimental para Trump, hay que sumarle la muerte de su hermano unos años antes. Si vemos diferentes retratos del 45º presidente de Estados Unidos a lo largo de su vida, podemos apreciar cuando aparece la marca del dolor en su rostro. De ser un joven que emana alegría, a un amargado que empieza a retorcerse, a un tirano xenófobo e intolerante. Los aspectos más oscuros de la carta de Trump son su Escorpio y Lilith en casa IV, Plutón en la XII en Leo, y ese Marte en la XII conjuntado con el ascendente, que quiere más y mejor, y que se expresa con agresividad y rabia. Dolor, poder y, a un nivel que escapa por completo su consciencia, él absorbe todo “lo oscuro” de los demás (de su entorno, que por ser presidente, pasa a ser todo el país) y lo depura expresándolo como odio.
Trump y su energía de cambio Trump ha venido a romperlo todo, a destruir Egos y creencias anquilosadas y anticuadas. Viene a purgar, depurar, y poner en evidencia precisamente esa mentalidad primitiva, xenófoba y repleta de odio a lo diferente, que es la de aquellas personas que le votaron y a quien él representa con su ejemplo. Su rigidez y autoritarismo, sus formas violentas, llenas de desprecio hacia los diferentes. El despotismo más decadente del patriarcado es precisamente lo que viene a desmoronar. Trump viene a destruir todo lo que representa. Al igual que en su día lo hizo Hitler. El Tercer Reich hizo bien su labor. Merced a las atrocidades cometidas bajo su mandato, la Humanidad despertó a un nivel de empatía para con los demás seres del planeta que nunca antes había existido. Ahora con Trump veremos algo similar. La destrucción, el caos, el odio que provocará servirá para que aprendamos, toda la Humanidad, definitivamente, a distinguir personas como él de otros más civilizados y evolucionados. Aprenderemos a apreciar la empatía, el desarrollo de la consciencia, la unión entre todos los seres vivientes, el valor de la diversidad, la belleza del planeta, la coherencia, e incluso el verdadero amor, gracias al contraste que nos ofrece. Y si no me creéis, sólo pensar en cómo antes cualquier persona normal valoraba a un individuo violento y prepotente solo porque tenía el mérito de poseer muchos bienes y dinero. Es verdad que desde la crisis financiera que hemos vivido a partir del 2008 esto ha ido cambiando, pero a partir de Trump, veremos el contraste aún mejor. Dejaremos de darle el poder a alguien, solo porque es poderoso y rico. A veces veremos su cara más radical y rebelde, y otras su lado más autoritario y xenófobo. ¡Al fin y al cabo, es Géminis! Antes de jurar el cargo parecía más rompedor y “moderno” (motivo por el que muchos le votaron), pero el rechazado reacciona con rigidez, más si tiene Sol en la X y Saturno en la XI... Cada vez se vuelve más rígido, más intolerante. Su ascendente Leo le llevará a buscar otro grupo de pertenencia, otros que le reconozcan y admiren, conforme le vayan rechazando todos los que le rodea. Al final, le quedará Putin (su carta es muy escorpiónica), quien busca pasar a ser un grande de la Historia, porque es lo único que le queda ya para demostrar lo poderoso que es. Trump está acostumbrado a hacer lo que le da la gana, como reacción al dolor del rechazo. Pero con el ruso, se meterá en la boca del lobo.... El deseo y el poder de la Energía de Escorpio chocarán arquetípicamente contra el anhelo de liberarse de las formas en el encuentro entre estos dos hombres que muchos ven como los más poderosos del planeta. Es muy probable que el corazón de Trump no lo aguante... Tendremos Trump hasta que nos despertemos En cierta manera, Trump es fruto o consecuencia de una mentalidad alimentada por Hollywood, que se viene gestando desde la Primera Guerra Mundial, cuando Plutón entró en Leo (transformación del poder personal, que se manifiesta en la dualidad: abuso de poder y empoderamiento). Desde 1939 hemos experimentado el aspecto más desgarrador de la dualidad, con la división de poderes en el mundo en dos grandes bloques, el capitalista y el comunista, y todas las consecuencias de una visión basada en la victoria del más fuerte, y en el rechazo de la debilidad. Los nacidos entre 1939 y 1958 (cuando Plutón pasó a Virgo) son ahora los políticos que dirigen el mundo. Cuando estos se vayan podremos empezar la siguiente etapa, de políticos aprovechados o al servicio de los demás (Plutón en Virgo). Hemos empezado la Era de Acuario; estamos en esa transición. Mientras, el mundo del séptimo arte es quien refleja esta imagen arquetípica que llevamos dentro, en la forma de películas en las que los malos intentan derrotar a los buenos, o donde el rebelde se alza contra el sistema, por supuesto, de manera violenta, a un ritmo trepidante, y saltándose todas las normas. La elección de Trump es la consecuencia lógica de ver tantas de estas películas y terminar creyendo que esa es la realidad. Trump estará todo lo que tiene que estar para que nos despertemos a nosotros mismos. Mientras nos siga pareciendo normal ver películas en las que unos matan a otros, en las que las personas se comportan de manera violenta, en las que las mujeres son débiles e inseguras, en las que los hombres son poderosos..., mientras el deseo de dominar al otro, de poseer y comprar cosas, de manipular y machacar a los demás, a los que no piensan como tú, prevalezca por encima de la verdadera conexión desde el corazón, tendremos a Trump cada día en el telediario. Hasta que no ampliemos nuestra consciencia y abracemos a toda la Humanidad con sus diferencias, hasta que no empecemos a alinearnos con nuestro Ser, hasta que no nos demos cuenta del papel tan importante que juegan los niños y las mujeres en esta nueva Era, Trump estará allí para recordarnos que lo que él representa, que su forma de comportarse y de tratar a los demás es algo que la mayoría de las personas de este planeta no desea. Trump y lo que rechazas en ti Trump rechaza visceralmente a los inmigrantes, a los diferentes, porque es lo que él es. Es la ley del espejo. La Energía de Acuario es la del rechazo, porque es la que nos enseña a ser individuos y unirnos a los demás para crear una nueva realidad, y para ello es necesario salirse de los patrones, de las creencias anquilosadas, de las estructuras jerárquicas rígidas. Pertenecer a la vanguardia da miedo, es un salto al vacío que encoge el corazón, y que hace al poseedor de esta energía distraerse en cientos de eventos sociales, en miles de personas, con tal de no enfrentarse a la posibilidad de depender de alguien, algo tan deseado como rechazado por aquel que vibra con Acuario -y en especial con esta Luna-, por la angustia que supone sentir el dolor de la pérdida y la falta de herramientas para sostener el mundo emocional. Cada uno de nosotros tenemos miedo a sentir el vacío que precede la conexión con nuestro Ser. No queremos ver los Miedos del Ego que nos evidencian el terror a sentirnos separados de los demás, a saber, el Abandono, el Rechazo y el Descontrol. Te invito a dar un salto al vacío, salir de tu zona de confort y conocer la naturaleza de tus Miedos del Ego para dejen de condicionar tu vida. Y te invito a conocerte mejor a través de Trump. El 45º presidente de Estados Unidos es la perfecta fuente de inspiración para proyectar sobre él todos los aspectos que no queremos ver de nosotros mismos. Si reconocemos nuestras proyecciones en él, podremos también empezar a comprender los talentos que albergamos, pero que no asumimos como propios por miedo a nuestra propia grandeza. Y es que nuestro peor defecto siempre oculta nuestra mayor virtud. ¿Qué proyectamos sobre los demás? Aquello que no está integrado en nosotros. Al no conocernos, al no empoderarnos por dependencia de los demás, al creer que estamos a expensas de circunstancias externas, al vivir la vida desde la necesidad, siempre pidiendo o esperando algo de los demás, no asumimos que aquello que criticamos de los demás es en realidad un rasgo nuestro que a veces mostramos por exceso y otras por defecto. Unas cualidades que, si las hacemos conscientes, podemos dejar de proyectar y empezar a operar con ellas desde su mejor versión. Por ejemplo, si yo critico a otro por ser manipulador, entonces he de preguntarme cuándo o de qué manera soy yo manipulador, y también, cuándo y de qué manera me dejo manipular, o no soy manipulador y quizá debiera serlo. Una vez que realmente pueda ver todas las expresiones en mí de este rasgo, podré entonces empezar a comprender el talento que alberga. Así, la manipulación se convierte en la capacidad para estimular, inspirar y elevar a los demás hacia situaciones en la que todos ganan (win-win). Y tú, ¿qué ves en Trump? ¿Qué es lo que más te molesta o te duele de él y de lo que hace? Observa, mira tu sombra, conócete en el espejo de Trump. Él te mostrará todo aquello que más alejado esté de tu consciencia. Te ayudará a conocerte a ti mismo. Y cuando te conozcas, podrás contribuir con tus talentos a crear un mundo mejor Guiomar Ramírez-Montesinos Psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico El libro “Vivir desde el Ser” está disponible en papel y en ebook aquí
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