El solsticio de verano de este año ha sido muy especial, astrológicamente hablando. Después de casi dos años limpiando y liberando memorias, definitivamente nos toca soltar todos aquellos patrones anquilosados y agotados que nos unían al patriarcado. Ya no necesitamos estar pendientes del pasado, con la mirada hacia abajo, siendo fieles a nuestros ancestros. Ya solo queda atravesar el sentimiento de abandono. Una emoción, un miedo, que podemos atender en presencia. Cuando sientes soledad, si de verdad te dejas sentirla, tu mente no corre, sólo sientes. Y si profundizas, en esa sensación de desconexión, conectas con la comprensión de que, si sólo hay una cosa que une a los siete mil millones de personas en este planeta, eso es la soledad. Paradójicamente, ¡estamos todos unidos en nuestra soledad!
Te invito a aprovechar un momento de quietud, de bajón energético y de soledad para profundizar en esta sensación. Siéntela profundamente, no la resistas, no hagas nada, permanece quieto, no pienses en qué tienes que hacer, ni en los porqués de esa sensación. Sólo siente. Siéntete solo. Siéntete unido. Es en ese preciso momento cuando se abren las puertas a todas las posibilidades. En ese instante en que tocas fondo y todo da igual es cuando puedes darte cuenta de que no hay nada que te impide crear lo que quieras. Es entonces cuando puedes soltar creencias definitivamente, liberarte del pasado y de crear un futuro predeterminado, para abrir una nueva línea temporal. El tiempo no es un hecho, sino un constructo delimitado en nuestro imaginario colectivo por el sonido de las agujas segunderas. En su tic tac creemos que el tiempo se despliega hacia adelante, pero nada más lejos de la verdad. El tiempo es una percepción, sólo una ilusión. Desde nuestra percepción, desde nuestro punto de vista, desplegamos una línea temporal, siempre desde el momento presente, y simultáneamente creamos el futuro y el pasado mediante el enfrentamiento de polaridades. Así, el futuro es creado por la rabia ante la apatía del pasado. Y el pasado reafirmado por el determinismo. Ambos se expanden a la vez. Lo vemos en nuestro camino de desarrollo personal: cuanto más avanzas, compruebas que hay más y más pasado que te condiciona (infancia, concepción, transgeneracional, vidas pasadas... ) y que te lastra. Es así para poder explorar el presente con una mayor amplitud. Cuando ya está todo visto, podemos replegar e integrar la experiencia para abrir una nueva línea temporal, más corta, menos saturada y más libre. Y en el futuro, aprenderemos a co-crear líneas temporales sin pasado, sólo con alegría... ¡Feliz solsticio! ¡Feliz alegría! Guiomar Ramírez-Montesinos psicóloga, astróloga y terapeuta psíquico PD: estoy terminando un artículo más extenso en el que explico cómo crear un una nueva línea temporal
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