Hasta hace pocas décadas, y con excepción de poetas románticos y algún adepto, la humanidad no manejaba la variedad y complejidad de emociones que consideramos y tanto valoramos hoy en día. El mundo nunca ha sido tan seguro, a pesar de que tengamos la ilusión de lo contrario por la cantidad de información que circula. Y es por eso que ahora sí podemos explorar el mundo emocional e incluso desarrollar nuestra vida en torno a él. Antes, sólo existían tristeza, rabia y miedo al abandono, a la muerte, a la desconexión. Sin embargo, éstas son no-emociones y las únicas emociones reales son paz, alegría y amor, porque son las únicas que el Ser manifiesta a través del cuerpo. Así pues, todo nuestro mundo emocional no es más que una estrategia para no sentir aquellas sensaciones despertadas en nuestro cuerpo por la energía en movimiento (e-moción). La energía es neutra, pero lleva información, y cuando se encuentra con la resistencia de nuestro cuerpo emocional, activa aquellos registros que tienen la misma vibración, pero que no han sido integrados, sino almacenados en forma de polaridades. Estos registros son las Memorias Celulares. Memorias Celulares Cuando se activa una Memoria Celular (por un tránsito astrológico determinado), se activa la emoción/información de aquel acontecimiento traumático que vivieron nuestros ancestros, pero que no pudieron experimentar, es decir, no pudieron sentir en su cuerpo, porque el miedo a la muerte o al abandono era demasiado intenso. Cuando la vivencia es demasiado intensa, la mente se disocia del cuerpo y dejamos de percibir las sensaciones que en él se manifiestan. A cambio, en esa disociación generamos pensamientos, interpretaciones de lo que sucedió. Así, en vez de estar inmersos en la experiencia, obtenemos distancia al posicionarnos desde la mente, y desde allí generamos una película con nuestra interpretación, que a su vez crea una respuesta emocional. Este mecanismo es lo que llamamos Ego. Nuestros razonamientos, interpretaciones, dudas, preocupaciones, etc. son las manifestaciones de nuestro Ego. Esta actividad mental sirve para alejarnos y evitar la experiencia asociada a la vivencia que provocó ese trauma ancestral. A la vez, genera una serie de recursos y talentos adaptativos. Estas estrategias creadas por la mente tienen el propósito de evitar la experiencia, y son la base de nuestras creencias, perpetuadas familiar y culturalmente. Cómo interpretamos las sensaciones en nuestro cuerpo depende de estas creencias. Esto es el Ego. La rabia Toda interpretación mental inicia con una disociación de la sensación que se ha activado en el cuerpo, porque la función más habitual de la mente es separarnos de las sensaciones que percibimos como amenazantes. Esto lo hacemos de manera automática, inconsciente. Pero separarse de las sensaciones que se activan en el cuerpo nos expone al riesgo de ser “habitados” por otros. Es como si, en el momento en el que uno está en la mente, interpretando que alguien le ha hecho algo, no sólo pone toda su energía en esa persona, sino que no está en su cuerpo, no está en casa. Desde este vacío, uno atrae las mismas energías densas con las que mamá le “alimentó” (ver Conectando con el Cuerpo). En mayor o menor medida, la mayoría tenemos el alma fragmentada según los tres Miedos del Ego. La fragmentación por rechazo nos revela de qué manera nos relacionamos con los demás desde nuestro vacío interior. Cuando un bebé tiene un susto o le duele algo, busca el abrazo de mamá para sentir consuelo, pero mamá no siempre está allí para prestarle amor y atención porque tienes sus propios problemas. Entonces el bebé “sale” a buscar a mamá, su alma se fragmenta, se disocia, dejando un registro de vacío en el cuerpo. Y cuando mamá por fin viene y le presta atención, no sólo le da amor, sino también la energía más densa de sus propios problemas (o Memorias Celulares). Esta energía densa provoca una disonancia cognitiva por la contradicción entre el deseo del bebé de recibir todo el amor incondicional de mamá, y la realidad, en la que su nutrición lleva una carga de Memorias Celulares que no es muy agradable. La respuesta más sana, cuando se produce esta disociación, es la rabia. Esta emoción no sólo es señal de que te has disociado o salido de tu centro, sino que se puede utilizar para volver a uno, ya que la rabia implica activación de los chakras inferiores, y en especial el primero, por lo que es la mejor emoción para centrarse y para enraizarse o tomar tierra. El problema que tenemos con la rabia, por lo cual no sabemos aprovecharla, es porque no sabemos aún sostener las emociones en el cuerpo, y esto es porque se ha asociado a ella la culpa culturalmente. Y la culpa lleva a la inconsciencia. Debido a esto, en vez de sentir y sostener la rabia en los chakras inferiores, la sacamos por el chakra de la garganta (insultando o acusando) o del corazón (rechazando, tomando o pegando), con lo que no nos sirve para centrarnos. Lo importante cuando se conecta con la rabia es tomar consciencia de qué y cómo uno se ha salido de su centro, y hacerse consciente de qué es lo que uno quiere y qué no. “Rabia de qué”. Define qué es aquello, o cuál es el patrón, qué has vuelto a repetir pero que ya no quieres más. Hay que tener en cuenta que no es tan fácil, ya que eso que uno no quiere más está íntima ligado al “amor de mamá”… La tristeza La tristeza es en realidad una desconexión de todas las emociones que han sido retenidas sin expresión. La rabia se expresa hacia afuera, pero hay personas que de bebés son anuladas e invalidadas por unos padres, y en especial una madre, que era incapaz de conectar con su bebé debido a sus propias traumas personales o heredados. En estos casos, la rabia se dirige hacia adentro en la forma de resentimiento. Es como un autoataque emocional, o como si el balance entre lo nutritivo y lo no nutritivo que mamá dio al bebé estuviese muy descompensado en el lado del dolor. La tristeza te desconecta del pensar, del sentir, del mundo y de los demás. Es un mecanismo de defensa que se activa cuando uno no puede alejarse de lo que le daña porque es también lo que le nutre (según su fantasía infantil). Otra forma de verlo es que la tristeza, y por extensión la depresión, es resultado de fijar la mirada siempre en la misma dirección y hacia el pasado (la energía vieja es siempre más densa que la energía nueva). Si la nutrición energética-emocional que mamá dio al bebé tiene una mayor carga negativa, porque el transgeneracional está lleno de dolor, el individuo se queda con la mirada fija hacia “mamá”, esperando que de ella provenga más amor que dolor (pero esto nunca sucede). De esta manera, el niño nunca aprende que pueda haber más emociones (energía emocional) positivas (nuevas y de apertura) que negativas (viejas y contractivas), y crece con la creencia de que la Vida, y los demás, no tiene interés en satisfacer sus necesidades o ayudarle. Es por esto que no se “molesta” en buscar lo que necesita en ningún otro lugar que no sea mamá, y alberga la fantasía de que algún día de ella surgirá más nutrición que dolor. Miedo al Abandono Tanto la rabia -respuesta que se relaciona con el Miedo al Descontrol- como la tristeza - Miedo al Rechazo- son respuestas ante el Miedo al Abandono, a sentirse solo, o lo que es lo mismo, el miedo por el olvido o desconexión de nuestra alma al nacer. Es decir, estas tres emociones serían las más básicas y están relacionadas con los tres Miedos del Ego. Al mismo tiempo, la tristeza y la rabia funcionarían como tapaderas que sirven para enmascarar o tapar la sensación profunda de soledad del Miedo al Abandono. Mientras nuestro foco esté en aquellas dos, nos distraemos de sentir la soledad más profunda de nuestra desconexión. Así, cuando alguien siente rabia, no siente su vacío interior, su soledad, y cuando alguien está triste, no siente o admite su rabia y, por tanto, su vacío (a pesar de que esta sensación no le sea tan ajena como en el caso de la rabia)… Aunque la desvitalización de la tristeza hace que uno esté más cerca de conectar con el abandono y el vacío creativo… Emociones relacionales Así que cuando veas a alguien manifestarse con rabia, o cualquier otra emoción, ante ti, intenta no replegarte, absorbiendo su rabia y convirtiéndolo en tu resentimiento oculto. Y no me refiero sólo a cuando alguien te insulta o te echa algo en cara, sino también cuando te “escupen” encima sus problemas. Tampoco es lo mejor gritarle de vuelta o vomitarle tus problemas (aunque sí un poco más sano para ti, porque te ayuda a centrarte más en ti), ocultando tu vacío interior. A cambio, lo ideal es poder ver al otro desde la compasión o aceptación de que el enfado y la rabia ocultan el miedo al vacío, y de que la tristeza alberga rabia no expresada. Desde esta comprensión podemos empezar a ayudar, primero a nosotros mismos, y luego quizá a los demás, a recuperar su centro y a aceptar el vacío creativo de su singularidad. Y es que ser uno mismo implica hacerse consciente de cómo los humanos hasta ahora no hemos encarnado completamente, porque nuestra alma está fragmentada en nubes de emociones colectivas (ver Conectando con el Cuerpo), reminiscencia de nuestro pasado en el Neolítico (la Era de la Comunidad). Nuestra labor ahora, en la Era del Ser, es recuperar esos fragmentos, integrando nuestra alma en nuestro cuerpo, lo que permite que la consciencia individual “se acerque”, es decir, Vivir desde el Ser. En otras palabras, ser una unidad cuerpo + alma + consciencia individual. Sin embargo, ahora no estamos plenamente encarnados, ni por tanto conectados a nuestro cuerpo, sino que estamos enganchados unos a otros emocionalmente, formando una red energética que nos une como Humanos. Como todos tenemos miedo a nuestro vacío interior y a sentirnos desconectados y abandonados, proyectamos unos sobre otros nuestras emociones, creando un enganche tal que, ante la acción de uno, aparece la reacción del otro, ¡¡y esto nos hace sentirnos unidos!! (escribiré más sobre esto en mi siguiente artículo) El Vacío creativo Sin embargo, es justo atravesando el vacío, conectando profundamente con la soledad, permitiéndose, en un momento de profunda tristeza, entregarse completamente a sentir la desconexión absoluta (ver Líneas Temporales) cuando uno puede conectar con su Ser en el cuerpo, y así, con el amor y las otras emociones más “elevadas”, a saber, la paz y la alegría. Desde allí surge la verdadera creatividad y desde allí seremos capaces de Relacionarnos desde el Ser. [Transmitir estos conceptos de manera lineal en un artículo relativamente corto es difícil, pero espero haber podido inspirar tu imaginación. Prometo desarrollarlo más y mejor en mi próximo libro 😉] Guiomar Ramírez-Montesinos Psicoastrocoaching
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