Los Miedos del Ego surgen durante la Era del Comercio, durante el patriarcado, y han servido para crear nuestro sentido de la individualidad, nuestro Ego. Ahora toca aprender a reconocerlos, para aprovechar los talentos que hay detrás y dar lo mejor de nosotros al mundo.
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Cada uno de nosotros somos como células de un órgano, dentro de un organismo más complejo que sería la Humanidad. Todos contribuimos al funcionamiento del órgano en cuestión, y a su vez éste sirve al organismo. Pero como célula, tienes la misma función que la célula de al lado, que forma el mismo tejido que tú. Miremos esto desde la perspectiva de nuestros dramas personales. Creemos que es el mundo que nos agrede y nos frustra, pero en realidad estamos respondiendo a una estimulación de nuestras memorias celulares. Para mí es indiferente hablar de vidas pasadas, transgeneracional o la infancia. Al fin y al cabo, son patrones de conflictos, que podemos ver repetidos, miremos la escala que miremos. Se puede decir que no encarnamos como individuos, sino como constelaciones de vínculos que representan una visión determinada, un punto de vista concreto, del drama de la Humanidad. Y éste drama no es más que el intento de resolver e integrar en equilibrio las tres fuerzas o energías básicas de expansión, unión y conexión, que durante los últimos cinco mil años de patriarcado han generado los Miedos del Ego (descontrol, abandono y rechazo, respectivamente), y nos han servido para crear nuestro Ego. Identificados en gran medida con un Ego que aún no está maduro, tendemos a creer que la vida es algo personal. Esto nos lleva a reaccionar para defendernos o atacar a la persona que tenemos delante, o a la mentarnos y quejarnos, o a sentir que somos impotentes. Para la evolución nos está llevando a otro lugar. Un Ego inmaduro sólo se sostiene si el poder está fuera, y al mismo tiempo, si nos creemos que somos el centro del Universo. Si Yo creo que soy el centro de mi experiencia y todo gira en torno a mí, es lógico que mi enfado sea proporcional a la contradicción de mis deseos. No paramos de leer o escuchar que lo importante es estar en el momento presente, un acto de rendición que implica no estar afectado por el pasado, ni intentado que el futuro sea de ninguna manera. Pero por mucho que lo intentamos, por mucho empeño que pongamos, parece casi una utopía sostener esa vivencia, ya que si es que lo logramos, la vida rápidamente “nos pone en el sitio”.
Buscamos la paz que dicen habita en el momento presente, pero cuando nos acercamos, malinterpretamos las señales que percibimos y salimos corriendo para refugiarnos en nuestros viejos hábitos. Estar presente tiene que ver con rendirse, entregarse, a algo mayor que uno mismo; es estar receptivo, perceptivo, sensible, integrado. Paradójicamente, la voluntad tiene poco que ver. El otro día me encantó leer el artículo de Bo Heimann (traducido por Berna Wang) sobre el libro “Spiritual bypassing” de Robert Masters, en el que el autor advierte que el camino del desarrollo espiritual es largo y está lleno de escollos y sufrimiento, y que de ninguna manera se puede saltar al escalón más alto. El riesgo está en rechazar una buena parte de la realidad, de tú realidad, centrándote sólo en los pensamientos positivos, ejerciendo una bondad artificial, que esconde un alejamiento de las propias emociones y de las de los demás, miedo al enfado, falso desapego (en realidad, falta de implicación) y dificultad para poner límites.
En anteriores posts hablé de la culpa y la gratitud, y hoy os quiero ofrecer mi visión del perdón. Estos tres conceptos van muy de la mano como ya muchos sabéis, especialmente los que conocéis Un Curso de Milagros o el Ho'oponopono. El perdón libera, pero no siempre al Ser del Ego... El perdón, si no se comprende en profundidad, puede ser sólo una ilusión del Ego que termina generando aún más culpa.
Ya hablé en un anterior post de que la culpa refleja y mantiene nuestra separación, y es importante soltarla para poder empezar a realizar un trabajo introspectivo. En cierta manera se puede decir que la culpa es miedo porque separa, mientras que el perdón es amor porque integra. Desde el desarrollo de la física cuántica y la teoría de cuerdas, cada vez la ciencia y la espiritualidad se acercan más. La conciencia crea la realidad para experimentarla. Nuestros pensamientos proyectan lo que vivimos con el único fin de comprender a través de lo que sentimos.
En libros como “El Secreto” o documentales como What the bleep? (traducido como “¿Y tú qué sabes? Dentro de la madriguera”) se insiste en la posibilidad de crear nuestra realidad, o mejor dicho, en el hecho de que la estamos creando, pero desde la inconsciencia. La película “Matrix”, con Keanu Reeeves nos invita a despertar y desconectarnos de la matriz de ilusión que nos mantiene en la inopia. Y ahora el libro "Un Curso de Milagros" (UCDM) nos abre a desprendernos de los deseos e ilusiones del Ego para conectarnos con nuestra esencia. Escorpio, y su regente Plutón, es fascinante, misterioso, oculto, peligroso, desafiante, doloroso y sublime a la vez. Es el signo más complejo para abarcar con nuestra conciencia, que sin embargo está cerca ya de comprender sus misterios. En este post trataré de acercaros un poco al enigmático Escorpio y daros algunas claves de cómo aprovechar sus aprendizajes. También quiero daros una nueva visión de Plutón… Espero que os encandile y enamore como a mí.
En la anterior entrada de mi blog os hablé de los Miedos del Ego y cómo son fruto de la Era anterior. Su sentido de ser es nuestra individuación. La consciencia de separación siempre es dolorosa, pero necesaria para poder dar lo mejor de nosotros en esta Era del Ser que hemos iniciado. El Ego es necesario para comunicar con los demás y transmitir nuestros talentos. A continuación os detallo las características de los tres Miedos del Ego. Son sólo tres los miedos que nos separan de nuestro centro, de nuestro Ser: abandono, rechazo y descontrol.
En las siguientes dos entradas de mi blog quiero explicaros un poco sobre los Miedos del Ego. Identificarlos es uno de los pilares fundamentales del trabajo de desarrollo personal que nos permitirá Vivir desde el Ser. Así que aquí os dejo lo que he escrito sobre ellos; un pequeño avance de mi próximo libro, Vivir desde el Ser.
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